13 consejos para encontrar una mala pareja
Alex López
La Catapulta
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Desespérese y diga que sí a quien aparezca primero.
Hágase novio(a) tan sólo semanas después de conocerse.
No vea las debilidades de la otra persona: en su hablar, en su trato con los demás, en sus costumbres, en sus cualidades organizativas, en su liderazgo, en su manejo del dinero y en su concepto del trabajo.
No se pregunte objetivamente qué aporta y qué resta como candidato(a) para ser su único(a) socio(a) para la mejor empresa de la vida, la familia.
No se pregunte el precio que hay que pagar ahora y en el futuro por las diferencias de religión, edad, dinero o nacionalidad.
No se pregunte si va a cambiar todo lo malo o negativo que ve en esa persona que le gusta. Al final de cuentas “todos podemos cambiar a otro” y, las promesas de: “Te prometo que casados voy a ser diferente”, se cumplen en un “99.9%” de las veces.
Haga caso omiso a todos los consejos de sus papás, familiares y amigos cercanos. Ellos no han de “saber nada”, lo que quieren es que “yo sea infeliz” y “han de estar celosos o envidiosos”.
Haga caso omiso a la revelación de Dios para su vida en la Biblia. Y viva para ser tratado como un rey o para ser tratada como una reina, mientras que el otro(a) es un esclavo(a). Viva sólo para recibir y no para ofrecer. Si consigue a alguien que sólo da y usted sólo recibe, “¡Qué buen negocio!”
Busque a su pareja en cualquier lugar. Al final de cuentas no hay diferencia alguna para buscar y encontrar una buena pareja entre una fiesta, un bar, un lugar que frecuentan los vagos (no porque no tengan dinero, sino porque no hacen nada bueno más que holgazanear), una universidad, una biblioteca, una fundación de ayuda al necesitado o una iglesia.
Crea todo lo que la persona dice de ella, de usted y no haga nada por verificarlo. Al final de cuentas, todo el mundo es “sincero” y jamás tiene “motivaciones ocultas”. Por eso las empresas no tienen un procesos de análisis de nuevos candidatos que quieren trabajar con ellos, sino que creen sin pensar las palabras de los demás.
Crea a ciegas que alguien ha sufrido mucho, cuando cuenta historias de su(s) ex pareja(s). Y en todos los casos, él o ella son las víctimas del cuento. Siempre la culpa de todo ha sido de los demás. Nunca de ellos, siempre otros. Esta persona es la víctima, jamás podría ser un victimario.
Quédese con alguien que sinceramente es incapaz de pedirle perdón cuando le ofende. Pero cada vez que falla, le compensa con algo o le echa la culpa a usted. O que dice cuando le ofende y usted se lo hace ver, que usted es muy exagerado(a).
Quédese con alguien que tiene muchas debilidades pero su físico es maravilloso. Al final de cuentas, la luna de miel y las relaciones sexuales son algo que ya casados, se realizan 5 veces al día y cuando va “muy mal”. El amor físico al final de cuentas “es lo más importante”.
Lo bueno de todo, es que la idea del matrimonio es de Dios. Y, Dios es perfecto y sus planes también. Nosotros somos los imperfectos. Pero su plan de compañerismo para el hombre (Adán estaba sólo y por eso le creó una compañera llamada Eva) maravilloso. Y, la Biblia, nos enseña claramente lo que de un esposo y de una esposa, se espera del cielo. Y, eso, hace toda la diferencia.
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