¡LO QUIERO PARA AYER!
Señor dame paciencia; pero la quiero ya!…
Cualquiera diría que aquello solo podría
darse en la mente fantasiosa del humorista. Sin embargo no es así, pues de
alguna forma representa el actual estilo
de vida de una sociedad apurada, en donde la gran mayoría
prefiere cualquier atajo, pasando por encima de quien sea, con tal de lograr metas instantáneas, evitando
en lo posible los procesos. Lo que cuenta para esas personas son los resultados, parecidos a los que mostraba el
ilusionista frente a su público, con solo
pronunciar el clásico: “abracadabra.”
Querid@ visitante:
Si tu vida se caracteriza por un caminar
angustioso, ansioso y estresante, debes
hacer un alto y tratar de entender que los
triunfos no se dan de la noche a la mañana, pues son el resultado
de largos y a veces hasta dolorosos procesos.
En la vida espiritual es igual; no
se trata de que hoy aceptas a Jesús como tu Salvador, y mañana mismo ya andas
por Medio Oriente de misionero, con una fe a toda prueba, dispuesta a ofrendar
tu vida por el evangelio. Claro, a menos que esa sea la voluntad de Dios en un
caso específico.
Más bien, pídele al Señor que te otorgue paciencia, serenidad, paz y sabiduría, para avanzar hacia la meta paso a paso, metro a metro, regalándote tiempos cortos para descansar, retomar fuerzas en la fuente de Su Palabra, y continuar.
Echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros.
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