CUMPLIR EL PROPÓSITO DE DIOS O USAR EL NOMBRE DE DIOS PARA MI PROPÓSITO
Por: Luis Caccia Guerra
En nuestra región tenemos un dicho popular que dice algo así como: "cuando las aguas bajan, se ven las piedras del fondo". Todos los ríos que tenemos en esta parte del país, son de montaña; por lo tanto, cuando el caudal de deshielo baja, se ve el lecho del río árido y pedregoso, como río de montaña que es. Cuando las pruebas, los azotes, llegan a nuestras vidas; cuando Dios nos saca de la zona de confort y equilibrio en la que estábamos, se revela qué es lo que hay verdaderamente en el fondo del alma.
En estos tiempos de confusión, de miedo, de incertidumbre; en que el mundo entero ha sido sacudido y literalmente detenido por una peste, quienes no conocen a Dios o por lo menos quienes creen conocerlo, pero en verdad conocen poco de Él y de su Palabra, tienden a creer lo que se les dice o aquello que esperan oír, algo que les dé esperanzas, calme su ansiedad, mitigue sus temores. Aunque ésto sean verdades a medias, o aunque en muchos casos sean francas mentiras.
En estos días, unos cuantos "profetas" y "hacedores de milagros" han tenido que guardar silencio. Es la mejor respuesta que pueden brindar a sus seguidores. Antes de la peste, llenaban sus congregaciones con reuniones de milagros y sanaciones. Pero cerraron sus templos. ¿En obediencia a las autoridades o para no contagiarse por la pandemia? Cuando quieren desobedecer a las autoridades, sencillamente lo hacen; sus voceros, contadores y abogados se encargan del resto. Pero ahora parece que están en "modo obediente".
Preguntamos, entonces: si han esgrimido tanto poder de lo Alto durante tanto tiempo, ¿por qué no reprenden la peste de una vez y que ésta se retire? Evidentemente cuando las aguas bajan -y de cierto, bajaron- puede verse de qué clase de materia está hecho el lecho del río.
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