ESFUÉRCENSE POR CULTIVAR LA UNIDAD I

Por: Pastor Diego Brizzio


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Vamos a suponer que yo soy muy amigo de Mario. Pero le dijo a Mario que con su mujer Paula, no quiero saber absolutamente nada. ¿Cómo será mi relación con Mario?
Otro ejemplo: Le digo a mi papá que con él está todo bien, pero que con mis hermanos no quiero saber nada. Que puedo venir a verlo a su casa, pero que no quiero encontrarme con ninguno de mis hermanos. ¿Cuán feliz podría sentirse su papá con Ud. si Ud. no quiere ver al resto de sus hijos?
¿Es lógico esto? En un mismo sentido, y éste es el tema que vamos a abordar ahora:
¿Puede un cristiano vivir sin iglesia?

I.          Crece la idea de que no necesitamos una iglesia para vivir nuestra fe.
Argentina se dice religiosa. En efecto, la espiritualidad está allí. La mayoría se autodenomina cristiana. Sin embargo, fijémonos en este dato: El 61,1% de los que se dicen religiosos, afirma vivir su fe en Dios solo, sin pertenecer a una iglesia, ni concurrir frecuentemente. Quiere vivir su espiritualidad de manera personal privada o individual. ¿Por qué?
¿Puede llevarse bien con Dios si no quiere saber nada con sus hermanos? ¿Puede llevarse bien con el esposo si no quiere saber nada con la esposa? Hay varias razones por las cuales la gente cree esto.
·Porque los líderes religiosos han perdido credibilidad moral: se han conocido numerosos casos de abuso sexual infantil por parte de sacerdotes, lo que ha hecho que muchas personas ya no quieran ser parte de esas congregaciones. Y en el ámbito evangélico se han descubierto estafas, abuso económico de la congregación, en que los líderes han exigido ofrendas, donaciones económicas importantes y que luego se usan mal o en beneficio de ellos mismos.
·Porque la posición de las iglesias sobre temas “actuales” es vista como retrógrada; por ejemplo, sobre el aborto, el matrimonio homosexual, la educación sexual integral. Entonces, muchos no quieren formar parte de un grupo así.
·Por malas experiencias pasadas en iglesias: heridas emocionales, maltratos, ausencias en momentos críticos, abuso de autoridad, abuso económico. Por estas razones, no quieren volver, no quieren saber nada.
·Por resistencia a ser acompañado o rendir cuentas en la vida personal. Mucha gente no acepta la idea de que la iglesia pueda supervisar o pastorear a sus miembros, y ayudarlos. Hay personas que no quieren saber nada con que haya alguien queriéndolo ayudar o corregir, pidiéndole cuentas acerca de su vida. "Estos caminos que has elegido no son convenientes para vos…" “no quiero que alguien me cuide, me controle, me supervice”.
·Por haber caído en la trampa de reemplazar la presencia por la tecnología. Muchos han caído en la mentira del reemplazo tecnológico, en la trampa de pensar que la tecnología reemplaza sin pérdida alguna la presencia y la vivencia personal: “Las aplicaciones de mensajería y las redes sociales es lo mismo que la comunicación personal frente a frente, cara a cara.” “La música escuchada por auriculares es igual que la alabanza comunitaria de la iglesia.” “Escuchar mensajes en YouTube, es lo mismo que escuchar la Palabra de Dios de un hermano personalmente presente.” Por aceptar esa mentira, no forman parte de ninguna iglesia. Uno puede ser edificado, ciertamente, a través de estos medios cuando no es posible la presencia personalmente. Pero no es lo mismo estar presente. Un beso, un abrazo, una mano en el hombro, sus gestos… la tecnología no puede reemplazar eso. No es lo mismo cuando el Espíritu Santo está obrando para sus propósitos en grupo, como congregación.
·Por la incapacidad y la pereza para socializar: Mucha gente ya no sabe acercarse a otros, cómo se inicia una conversación, cómo se continúa, qué se dice… Y lo peor de todo es que no tenemos ganas de aprender ni de intentarlo. “No tengo ganas de estar con gente”. A veces por timidez, o porque no se animan a acercarse a la gente o piensan que es la gente la que no se acerca a  ellos.
·Porque se sospecha de las estructuras, las organizaciones y la autoridad (anarquía). No quieren formar parte de nada que tenga autoridad, instancias. No quieren saber nada con todo lo que sea “organizado”. Quiérase o no, siempre que haya un grupo de personas algo básico de organización tiene que haber, porque si no sería un caos, una anarquía. Esto es necesario en todo grupo humano que vaya a funcionar bien.
Lo cierto es que está creciendo la mentalidad de que no necesitamos de una iglesia para vivir nuestra fe. ¿Hasta qué punto esta mentalidad es la nuestra? ¿Se puede vivir la fe sin que deba estar presente? Me temo que entre alguno de nosotros, esta idea está creciendo.
Vamos a ver un video que tiene que ver con hacerse presente en la iglesia, que nos aclara un poco todo esto que hemos querido decir. Es de un pastor de la República Dominicana,  Miguel Nuñez.
Acceda al video haciendo click AQUÍ.
II.         Pertenecer y compartir con una iglesia es indispensable para vivir nuestra fe
Veamos algunos fundamentos para esto. ESTO, MIS QUERIDOS HERMANOS, DEBE QUEDAR MUY CLARO:
·Dios es una Trinidad. La Biblia dice que Dios es uno. Pero da a entender que subsiste en tres personas: porque al Padre se le llama Dios, al Hijo de le llama Dios, y al Espíritu también se le llama Dios. Dios es ÚNICO pero subsiste en tres personas. El único Dios es una Comunidad en tres personas. Aparte, ese Dios vive en íntima comunión: “Y el Verbo era con Dios” (Juan 1:1). El “Verbo” es el Señor Jesucristo, la expresión perfecta de todo lo que concierne a Dios. Escuchando al Hijo, conocemos al Padre. Así como una palabra expresa lo que hay en el interior de una persona, Cristo, como “Palabra” da a conocer perfectamente al Padre. Por eso se le llama “verbo”. El verbo era “con” Dios quiere decir que estaban orientados el uno hacia el otro, cara a cara, rostro a rostro, frente a frente, en íntima comunión. Podríamos decir que Padre e Hijo tenían una comunión Eterna.  “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Ese Dios en tres personas en una relación íntima de comunidad… ¿a quién creó? Al ser humano. ¿Y cómo lo hizo? A su imagen y semejanza.
·Nosotros fuimos creados a imagen de Dios. De alguna manera traemos esa naturaleza social, esa necesidad de comunidad. Por eso dijo: no es bueno que el hombre esté solo (Génesis 2:18). No estaba hablando solamente de la esposa. Estaba diciendo también que este ser que hemos creado a nuestra imagen y semejanza, no puede estar solo, no puede vivir toda su vida aislado, permanecer en soledad. Es una creación un ser que NECESITA estar en COMUNIDAD, relacionado con otros, o si no, SE MUERE. Teresa de Calcuta, dijo: “La pobreza no es el peor de los males de nuestro tiempo. El peor de los males de hoy en día es la SOLEDAD”. ¿Por qué? Porque el ser humano fue creado para vivir en COMUNIDAD, en comunión con alguien de nuestra naturaleza, semejante a nosotros. Partamos de esa base, necesitamos estar con otros. Usted dirá: “pero yo me las arreglo con mi familia, con mi vecino, con mi club". Pero Cristo hizo SU GRUPO.
·Para ser representado en la tierra, Cristo formó una comunidad: No dejó una sola persona, ni un grupo de dos, ni de tres. Primero escogió a un grupo de DOCE, y en Pentecostés hizo una gran comunidad. Pedro predica su primer mensaje evangelístico, anuncia la obra de la cruz, que Cristo murió por nuestros pecados, que Cristo fue resucitado de entre los muertos, llama a la gente al arrepentimiento y a la fe y cinco mil creen y se hace una comunidad mucho más grande. Y esa comunidad empieza a esparcirse por el resto de la tierra. Y Cristo resulta ser bien representado, no por uno, no por dos, sino por una comunidad. Y la gente podía ver a Dios. ¿Por qué podía ver tan bien representado a Dios en todos lados? Porque solos no representamos bien a Cristo  y siempre se destaca cómo compartían. Podemos representar a Cristo individualmente, por supuesto que sí, pero no lo vamos a hacer tan bien si no hay una representación que es COMUNITARIA. Se considera a la iglesia como una comunidad ejemplar.
·Las imágenes de la iglesia siempre son comunitarias o corporativas: ¿Cómo se la llama a la Iglesia también en el Nuevo Testamento? Cuerpo. ¿Qué es un cuerpo? Un conjunto de muchos miembros. ¿Y esos miembros, cómo están? ¿Sueltos? ¡No! Están unidos y unidos no solamente funcionan, sino que también se alimentan, se nutren y todos se benefician por el funcionamiento de cada uno.
Otra metáfora que alude a la Iglesia es un EDIFICIO. ¿Qué es un edificio? Un conjunto de ladrillos y de muchas otras partes. Que cuando están juntos, trabados, cohesionados tienen un funcionamiento y dan un resultado. Pedro lo llama un grupo de piedras vivas (I Pedro 2:5). Cada uno de nosotros es un ladrillo vivo que tiene la vida de Cristo.
Otra metáfora: Un pueblo. Un conjunto de personas. Todos conciudadanos de un reino.
También se menciona rebaño, familia. , cuerpo, pueblo, templo.
Siempre se concibe a un cristiano, metido dentro de un conjunto entre otros semejantes, perteneciente a un conjunto de personas que creen en lo mismo y ha experimentado lo mismo y va hacia el mismo lugar. Nunca el Nuevo Testamento concibe, admite ni permite un cristiano suelto. Ni siquiera los misioneros. Porque puede ser el caso de un misionero solo en un lugar donde no hay Iglesia, está solo. Pero ese cristiano debe permanecer dentro de lo posible, en comunicación con los cristianos que lo mandaron o con algún otro cristiano que esté cerca. Un cristiano solo por mucho tiempo termina apagándose.
·Sólo en la vinculación y la relación personal hay permanencia y crecimiento: sólo cuando me mantengo cerca del resto de las partes de la comunidad (hermanos, miembros, piedras vivas, ciudadanos), y me relaciono con ella, y trato de ayudar y recibir ayuda, Cristo me envía a mí todo lo que necesito, y les envía a los demás todo lo que ellos necesitan. Puedo permanecer vivo y puedo crecer.
de quien todo el cuerpo,  bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,  según la actividad propia de cada miembro,  recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. (Efesios 4:16 RV60)

Otras versiones:
Cristo es quien va uniendo a cada miembro de la iglesia, según sus funciones, y hace que cada uno trabaje en armonía, para que la iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor. (Efesios 4:16 BLS)

Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor,  sostenido y ajustado por todos los ligamentos,  según la actividad propia de cada miembro. (Efesios 4:16 NVI)

Cristo como cabeza del cuerpo, su cuerpo, su Iglesia. Cuando ese Cuerpo, cuando todos sus miembros están bien ligados, unidos, cumpliendo cada cual su rol, cuando NO HA DEJADO DE CONGREGARSE, sino que permanentemente asiste, y cuando ASISTE, se RELACIONA, no permanece aislado, solo; y cuando al relacionarse quiere ayudar en algo, o se mantiene abierto para ser ayudado, AHÍ, EN ESA DINAMICA DE PRESENCIA, DE RELACIÓN Y DE FUNCIONAMIENTO, Cristo puede enviar lo que quiere enviar para hacernos crecer. Solamente en esa presencia, relación, cumplimiento del rol de cada uno, Cristo puede enviar lo que cada cual necesita para crecer y para permanecer vivo. Un cristiano que no está, no se relaciona, no funciona ni quiere recibir ayuda de los demás es un cristiano rumbo a desaparecer. Muchos “desaparecidos” es porque de alguna manera se “desconectaron” de la familia. Dijeron: “Yo con fulano me llevo bien, pero con la esposa no me llevo bien”.  “Yo con mi padre me llevo bien, pero con mis hermanos no quiero saber nada”.  

Si entre nosotros, a alguno le está creciendo la idea de que puede vivir su fe en Dios, su fe en Cristo sin Iglesia, es una mentira de Satanás. Por el contrario, estar presente, relacionarse bien, tratar de ayudar como sea y con lo que sea, y estar abierto a la ayuda de los demás, eso permite que sigamos vivos y podamos crecer cada día más. 

Imagen: https://pixabay.com
( * ) Audio: Equipo Sonido y Multimedia Iglesia "Sígueme"

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