SALVOS O CONDENADOS?
Salvos o condenados?
Síntesis del Mensaje compartido por el Pastor
Carlos Musso el 02/04/2017
IGLESIA CRISTIANA EVANGELICA “SIGUEME”
España 155 – Godoy Cruz – Mendoza –
Argentina
Acceda al video de este documento desde aquí.
Quiero comenzar en esta mañana con una
declaración. Quizás un tanto fuerte, pero es una declaración real.
Dice así: Todos los aquí presentes, TODOS los que estamos aquí
presentes, estamos hoy viviendo en una de dos condiciones. O somos
SALVOS y tenemos totalmente conocimiento y seguridad de eso, o
estamos condenados. Y quizás, hasta hoy no tenías conocimiento
de eso. Precisamente este es el título de nuestro mensaje en esta
mañana: CONDENADO o SALVO.
Quiero decirle que vamos a leer muchos textos
bíblicos. Yo los he traído ya escritos y luego del final del
mensaje, Matías y Brenda les van a repartir las hojitas con los
textos para que Ud. no tome nota, sino que al final del mensaje ellos
les van a repartir las hojitas con los textos que vamos a compartir
esta mañana. Quizá alguno y quizá especialmente las visitas, o
cualquier otra persona, podría decirme “¿Y vos con qué
autoridad, o en qué te basás para decirme que yo soy una persona
SALVA o CONDENADA?
Bueno, quiero decirte que me baso en la
autoridad de la Palabra de Dios, que es la verdad, y que en ella dice
lo siguiente, en San Juan 3:16 al 18, que compartió Orlando en la
Cena del Señor. Dice así la Palabra de Dios:
Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por él.
El
que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de
Dios. (Juan
3:16-18 RV1960)
Esta es una declaración muy fuerte de la
Palabra de Dios y dicho en palabras de la boca del mismo Señor
Jesús. Es en esta verdad de la Palabra de Dios en la que baso la
afirmación que les acabo de decir y les reitero, hoy cada uno de los
que estamos aquí somos SALVOS o estamos CONDENADOS.
Quiero que veamos en esta media hora, que
veamos tres preguntas si llego a un lugar como este, una iglesia, y
la persona que se para la frente me dice lo que yo acabo de decir. Y
yo escucho que o puedo ser SALVO o puedo ser CONDENADO y eso depende
según lo que dice la Biblia, si he creído o no he creído en el
Señor Jesús. Las preguntas que yo me haría, me anoté TRES, quizás
Ud. tenga alguna más, y estoy abierto, también Diego o alguna
persona de su confianza para luego de la reunión compartir si Ud.
tiene alguna duda alguna pregunta. Las que yo me anoté dicen:
I-¿Por qué la Biblia dice que si no creo
en Jesús estoy condenado? Quizás Ud. se pregunte eso en esta
mañana.
II-¿Qué es lo que debo creer de Jesús?
y…
III-¿De qué voy a ser salvo o a dónde voy
a ir condenado?
Estas son las tres preguntas y las vamos a
desarrollar. La primera:
I-¿Por qué ya estoy condenado si no creo
en Jesús?
La respuesta también está en la Biblia. Está
en los textos que luego les vamos a entregar en esa hojita. Vamos a
leer sólo algunos pasajes donde aclara esto, hay muchos más.
Por
tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,
así
la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
(Romanos
5:12 RV1960)
Por eso San Juan dice que ya han sido
condenados.
¿Qué,
pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya
hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; (Romanos
3:9-10 RV1960)
Porque
la paga del pecado es muerte, mas la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos
6:23 RV1960)
por
cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios,
(Romanos
3:23 RV1960)
Y este “todos” es TODOS. TODOS los que
estamos aquí presentes, TODOS los que habitan este planeta Tierra.
Destituidos es separados. Separados, vivir
lejos de la presencia de Dios.
Tal vez pueda haber alguien que dice: “¿Sabes
qué? Está todo bien, pero yo nunca he pecado; yo no estoy
condenado.” A pesar de que la Biblia dice que TODOS han pecado.
Pero la Biblia aclara un poco más y dice:
Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos
a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Si
decimos que no hemos pecado, le hacemos a él
mentiroso, y su palabra no está en nosotros. (1ra.
Juan 1:8 y 10 RV1960)
¿Y qué es pecado? Pecado es ofender la
santidad de Dios. ¿Cómo ofendemos la santidad de Dios? Mintiendo,
siendo injustos, robando, dañando, no creyendo lo que Dios dice. Ese
es un pecado. Muchos otros más que Uds. pueden pensar o imaginar. Es
la Biblia, la Palabra de Dios la que nos dice que todos somos
pecadores. TODOS hemos ofendido a Dios. Por nuestra conducta, por
nuestro corazón. Y esos pecados nos han condenado como leímos en
Juan 3:17 a una separación presente y eterna de la presencia de
Dios. ¿Sabías esto? ¿Sabías que tu pecado te separa de la
presencia de Dios? ¿Sabías que tu pecado te condena a una vida
eterna, dice la Palabra de Dios, separado de Dios? Hoy la Palabra de
Dios te lo está revelando, quizá no tenías conocimiento de esto. Y
te está diciendo, y me está diciendo y nos está diciendo a todos
aquí presentes, que nuestra condición delante de Dios si no hemos
creído en Jesús, es: PECADOR CONDENADO. PERO, al comienzo también
leímos que Dios por causa d esu gran amor, por vos, por mí por
todos nosotros, envió a su ÚNICO HIJO JESUS, a este mundo para que
toda persona que en Él crea no sea condenado, es decir, no siga
separado de Dios, sino que sea SALVO. Es decir: PERDONADO de su
condena.
Y aquí podemos ver la segunda pregunta que yo
recién me formulaba:
II-¿Qué es lo que debo creer de Jesús?
¿Por qué ya estoy condenado? Porque TODOS
hemos pecado. Y el pecado nos separa de Dios, como Dios dice en su
Palabra. Pero la Biblia dice que si creemos en Jesús, NOS LIBRA, nos
PERDONA esa condena. ¿Qué debemos creer d eJesús?
1.Que Jesús es el HIJO de DIOS. Parece algo
obvio que en nuestra sociedad decir que Jesús es el Hijo de Dios,
nadie lo cuestionaría. O quizás alguien sí. Pero en otras culturas
no es así. En otras culturas, Jesús es un profeta, Jesús es un
buen Maestro, Jesús es alguien que vino que tuvo buenas enseñanzas,
pero no es el Hijo de Dios. ¿Por qué? Porque no creen lo que dice
la Palabra de Dios. Y ahí ya hay un pecado: no creer lo que Dios nos
ha dejado escrito.
2.Reconocer a Jesús como Hijo de Dios. Lo
primero que debemos creer para pasar de condenación a Salvación, es
que Jesús es el Hijo de Dios. Lo segundo que debemos creer es que Él
vino a este mundo. De hecho con esto avanzamos, en unas semanas más
celebramos Semana Santa. ¿Y qué celebramos en Semana Santa? Que
Jesús vino y que murió en la cruz del Calvario. Hasta ahí casi que
también aceptamos, pero no es solamente aceptar. Dice la Biblia que
también debemos CREER. ¿Qué otra cosa debemos creer? Que Jesús
vino a este mundo no a condenarlo, sino para pagar el precio de
nuestra condenación.
3.Que sólo Jesús, y esto es muy importante,
que sólo Jesús por medio de su muerte en la cruz del Calvario,
habiendo derramado su sangre, habiendo sido puesto en una cruz, y
habiendo resucitado, es el ÚNICO que tiene PODER y AUTORIDAD como
dice la Palabra de Dios para perdonar pecados. No hay nadie más que
pueda perdonar pecados. Yo no puedo perdonar pecados. Nadie puede
perdonar pecados. Sólo Jesús, el Hijo de Dios, quien murió y
resucitó y eso le da el PODER y la AUTORIDAD para limpiar pecados, y
limpiarnos y librarnos de nuestra condenación para una salvación.
Veamos también estas verdades que acabamos de
mencionar de Cristo Jesús, en la Biblia, que afirman y confirman
esto que les estoy diciendo:
Porque
también Cristo padeció una sola
vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a
Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en
espíritu; (1
Pedro 3:18 RV1960)
De
éste dan testimonio todos los
profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de
pecados por su nombre. (Hechos
10:43 RV1960)
porque
todo aquel que invocare el nombre del Señor,
será salvo.
(Romanos
10:13 RV1960)
Y
en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos. (Hechos
4:12 RV1960)
No es por obras, no es algo que nosotros
podamos hacer, para agradar y decirle: “Dios perdoná mi
condena.” El único sacrificio que Dios acepta para perdón de
nuestros pecados, es la muerte de su Hijo, el Señor Jesucristo.
Pero
éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre. (Juan
20:31 RV1960)
El
que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa
creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está
sobre él. (Juan
3:36 RV1960)
Le
dijo Jesús: Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,
vivirá. (Juan
11:25 RV1960)
¿Y
saben cómo termina Jesús esta declaración? Dice:
¿Crees esto? (Juan
11:26)
Es la pregunta que yo te quiero hacer a vos
esta mañana. ¿Crees esto?
¿Crees que Jesús es el Hijo de Dios? ¿Creés
que sos pecador, pecadora? ¿Creés que estás condenado, de acuerdo
a lo que acabamos de leer en la Biblia, a una separación eterna de
Dios? ¿Crees que Jesús puede perdonar tus pecados? Él dice que lo
puede hacer. Todos los que estamos aquí presentes, hemos pecado. Hoy
hemos pecado, antes hemos pecado y vamos a seguir pecando. Es
imposible que ninguno de nosotros en el diario vivir no ofenda a
Dios. Pero otra cosa es saberse salvo y perdonado, porque la Biblia
dice que Jesucristo nos limpia de TODO pecado, los pasados, los
presentes, los futuros. Y otra cosa: a partir de hoy es saber que hay
una condenación que me espera, que es estar separado de Dios y no
hacer nada al respecto. Uds. me dirán “entiendo que soy
pecador, que ofendí a Dios y creo que Jesús es el Hijo de Dios y
creo, sí, que murió en la cruz del Calvario y que resucitó y que
puede perdonar mis pecados …” y Uds. me podrán decir a mí
“¿Y cómo hago?, ¿Qué tengo que hacer?” Muy simple: es
una sencilla pero sincera oración desde su corazón a Dios. Y yo
quiero preguntarle en este momento, hasta aquí con lo que llevamos
si hay alguien aquí que ha entendido y que quisiera hacer esta
oración y decirle: “Señor quiero que entres en mi corazón”
¿Habrá alguien que nunca le haya pedido a Cristo perdón por sus
pecados? Yo también pasé por este momento. Batallando con mis
pensamientos ¿Será tan así todo esto que me están diciendo? Es
una lucha espiritual dice la Biblia. Permítame leer una oración que
Ud. puede, ahora, enseguida, cuando medite en estas palabras, elevar
a Dios para perdón de sus pecados. Tiene que decirle algo así. No
es una oración estricta que tiene que ser así de esa forma, sino
Dios no la escucha. Es la oración sincera de su corazón y es por
ejemplo:
“Dios, reconozco que soy pecador que
estoy condenado, pero creo que Jesús ya pagó el precio de mi
pecado. Me ha perdonado todos mis pecados, porque hoy le pido perdón
por todos mis pecados. Sé por lo que dice tu palabra, la Biblia, que
a partir de hoy ya no estoy condenado y que ya no estoy separado de
ti eternamente.”
Algo así en sus palabras. Debe reconocerse
pecador, debe reconocer que Jesús es el Hijo de Dios y el único que
puede perdonar sus pecados, y debe pedir perdón por sus pecados. Y
la Biblia dice que Jesús perdona sus pecados. Podríamos terminar
aquí el mensaje. La presentación del Evangelio. Este es el
EVANGELIO. Las BUENAS NUEVAS DE SALVACIÓN ya están presentadas.
Pero yo dije TRES preguntas, si alguien escucha esto por primera vez;
la tercer pregunta es:
III-¿De qué voy a ser salvo o a qué estoy
siendo condenado?
Dijimos que la primera condenación es MUERTE,
separación de Dios. Jesús habló mucho del lugar de la condenación.
Algunas palabras escritas en la Biblia dichas por Jesús:
Enviará
el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos
los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los
echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de
dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino
de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga. (Mateo
13:41-43 RV1960)
Una vez que pedimos perdón por nuestros
pecados, Dios nos ve a través de Jesucristo como JUSTOS porque
Cristo nos JUSTIFICA.
Así
será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los
malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí
será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo
13:49-50 RV1960)
Por
tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión
de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo
o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego
eterno. Y si tu ojo te es ocasión
de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo
en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de
fuego.(Mateo
18:8-9 RV1960)
Jesús no está diciendo que si estás viendo
cosas que ofenden a Dios, literalmente te arranques el ojo. Lo que te
está diciendo es que cortes con eso que estás haciendo y que ofende
a Dios. Pero en el contexto de esta enseñanza, dos veces, Jesús
menciona el LUGAR de la CONDENACIÓN.
Pero
los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras
y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda. (Apocalipsis
21:8 RV1960)
Jesús compara a los que no creen en las
palabras de Jesús con fornicarios, hechiceros, homicidas. Si yo
preguntara: ¿quién en su vida no ha dicho jamás una mentira?
¿Cuántas manos se levantarían? Yo creo que ninguna… ¡salvo la
de un mentiroso!
La muerte segunda. Tal vez llegaste a este
lugar esperando escuchar otro mensaje. Pero Dios es Dios de
oportunidades y a Él, más que palabras bonitas, le interesa la
salvación de tu alma. Por ello vino Jesús a esta tierra y pagó un
alto precio por tu vida. Una cruz, soportó escupidas, soportó
latigazos, soportó bofetadas, soportó una corona de espinas que se
clavaban en su sien y que chorreaba sangre, soportó que un soldado
le clavara una lanza cuando ya le habían clavado sus manos y sus
pies. Y, ¿sabes qué dice la Palabra de Dios? Enmudeció. Y ¿sabes
por qué dice la Palabra de Dios que enmudeció su boca? Por amor de
vos y de mí. ¿Crees esto? ACEPTALO! Reconocete pecador. Y quiero
darte la Vida Eterna.
Leímos al principio que Dios ha amado a las
personas de tal manera que no negó ni a su propio Hijo Jesús, por
salvarnos de esta condenación. Y la Biblia dice que dios ha
preparado un lugar para todos los que creen en Jesús como su
Salvador y junto al creer tenemos bendiciones adicionales que Dios
otorga a sus hijos. Ud., yo, cualquiera de nosotros podemos hacer un
favor a alguien en la calle, inclusive un familiar. Pero nunca vamos
a darle la atención y el cuidado que le damos a uno de nuestros
hijos. Eso es algo especial. Los hijos tienen una atención especial
de parte de sus padres. Yo amo a las personas que están aquí
adentro. Pero nunca las podría amar como amo a mis hijos. Es un amor
especial, es un amor de un padre por sus hijos. Ese amor nos ha dado
Dios a los que somos sus hijos. Pero para ser sus hijos, primero
debemos creer en Jesús.
El
que venciere heredará todas las
cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. (Apocalipsis
21:7 RV1960)
Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo; (Romanos
5:1 RV1960)
Ya no estamos enemistados con Dios, sino que
ahora tenemos PAZ PARA CON DIOS por medio de Nuestro Señor
Jesucristo.
Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; (Juan
1:12 RV1960)
Vos no podés decir si no has creído en Jesús
que sos un HIJO de DIOS. Podés decir que sos una CRIATURA de DIOS
porque Dios te ha formado en el vientre de tu madre. Así dice la
Biblia. Pero para TENER EL DERECHO de DECIR QUE SOS HIJO DE DIOS
DEBÉS CREER EN JESUCRISTO y RECIBIRLO COMO SALVADOR.
Ahora,
pues, ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos
8:1 RV1960)
De una vez y para siempre. No es necesario
dentro de un tiempo volver a creer. Creer una vez en Jesús,
sinceramente, pedir perdón por los pecados, y la Biblia dice que no
hay más condenación.
Así
que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios, (Efesios
2:19 RV1960)
Me encanta esta frase: “MIEMBROS DE LA
FAMILIA DE DIOS” . Los que formamos parte de esta parte de
la familia de Dios, pasamos por necesidades, pasamos por pruebas,
pasamos por sufrimiento, pasamos por momentos de angustia… no hay
nada más bello, más lindo, que cuando pasamos esos momentos ser
acompañados por la familia. Que nos alienta, que nos consuela, que
nos contiene, y que se pone verdaderamente a disposición. ¿Por qué?
Porque somos hijos del mismo Padre. ¡ES MARAVILLOSO PERTENECER A LA
FAMILIA DE DIOS! Ese es uno de los beneficios, esa es una de las
bendiciones de creer en Jesucristo.
en
quien vosotros también sois
juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. (Efesios
2:22 RV1960)
Esto es tremendo! La Biblia dice: Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Y Él dice en su Palabra que cuando nosotros
creemos en Jesús como nuestro Salvador, su Espíritu Santo, una de
las personas de la Trinidad, mora en todo aquel que ha confiado en
Cristo Jesús. Y esto es tremendo decirlo, pero mucho más
maravilloso y tremendo es VIVIRLO. La Biblia nos muestra y enseña
cuántas cosas hace el Espíritu Santo con nosotros. Nos guía al
Padre, intercede por nosotros ante el Padre, nos alienta, nos
corrige, nos ayuda a entender la Palabra de Dios, y muchas, muchas
otras cosas más. Es un beneficio para sus hijos.
Recién leíamos como Jesús describía el
infierno, el lugar de condenación. Pero también Jesús en distintas
pates en la Biblia nos habla del lugar donde iremos todos aquellos
que confiamos en Jesús para nuestra Salvación. Ya nos dijo a dónde
van a ir los que lo rechazan. Es un lugar de fuego, es un lugar de
llanto, es un lugar de lloro, eternamente.
No
se turbe vuestro corazón; creéis
en Dios, creed también en mí.
En
la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me
fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí
mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. (Juan
14:1-3 RV1960)
Es lo que estamos esperando los que hemos
confiado en Jesús. Así como vino, Él dice que va a volver. Ya no
naciendo como un bebé, sino que dice que va a venir en los cielos
con sus ángeles y que toda la tierra lo verá. ¿Cómo será eso? No
lo sé. ¿Lo esperamos? SÍ, lo esperamos.
¿Quieres conocer un poquito del lugar que
Jesús está preparando para sus hijos? Y Él nos lama “hermanos”…
Y
oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él
morará con ellos; y ellos serán su pueblo,
y Dios mismo estará con ellos
como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya
no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron. (Apocalipsis
21:3-4 RV1960)
Ya no habrá muerte. ¡Qué tristeza que causa
la muerte! Qué sensación de impotencia. Cuando Dios te dice este
lugar que estoy preparando para vos que sos mi hijo, en donde ya no
habrá muerte.
Y
no vi en ella templo; porque el Señor
Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no
tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la
gloria de Dios la ilumina, y el
Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas
andarán a la luz de ella; y los
reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas
nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
(Apocalipsis
21:22-25 RV1960)
No sabemos qué es esto. Lo podemos imaginar y
pensar, pero… ¿qué será vivirlo? Sus puertas no cerrarán porque
allí no hay noche. Hoy tenemos nuestras puertas con rejas, candados,
alarmas, perro… y así y todo, sufrimos! Y dice el Señor: en la
ciudad que estoy preparando ya no hay noche.
Y
no habrá más maldición;
y el trono de Dios y
del Cordero estará en ella, y sus
siervos le servirán, (Apocalipsis
22:3 RV1960)
El
material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro,
semejante al vidrio limpio; (Apocalipsis
21:18 RV1960)
Y me guardé este texto para el último:
Recordemos: está el infierno que es lugar que
te espera por no creer en Jesús. Y yo ruego en el Nombre de Jesús
que ninguno de los que está aquí presente, pase su eternidad en ese
lugar. Está el cielo, el lugar que Jesús está preparando para los
que han creído, y hay algo más para todos aquellos que crean en
Jesús como su Salvador.
y
verán su rostro, y su nombre
estará en sus frentes. (Apocalipsis
22:4 RV1960)
¡Verán su rostro! ¿Quiere ver el rostro de
Jesús? ¡Yo, sí! ¿Quieres ver el rostro de quien más te ha amado
y más te amará? ¿Quiere ver el rostro del crucificado? ¡Yo, sí!
¡Y mirarlo a sus ojos! ¡Y poder entender! ¿Dónde querés estar?
La Biblia es muy clara. No tiene “grises”.
Es “blanco” o “negro”. Es el cielo o el infierno. Es creés
o, rechazás. Compañía eterna con Dios en este maravilloso lugar,
ver el rostro de Jesús, o llanto, angustia, dolor, crujir de
dientes… La decisión de creer en Jesús como tu único y
suficiente Salvador es personal. Yo no puedo creer por vos, yo no
puedo creer por mis hijos, ninguno de nosotros puede creer por otra
persona. La decisión de creer en Jesús como tu único y suficiente
Salvador, es personal. La responsabilidad también es personal. No es
personal ni es tuyo las consecuencias de esa decisión. Esas
consecuencias ya las estableció Dios. Y Dios dice: vos tenés la
responsabilidad de creer o de no creer. Jesús es mi hijo y yo lo
mandé al mundo a morir por vos. Esa es tu responsabilidad. Ahora, te
digo: si vos rechazás eso que yo hice, hay consecuencias y ahí ya
no tenés parte. Te espera le infierno. También te digo: si creés
en Jesús te espera el Cielo. La responsabilidad y la decisión es
personal de cada uno. Las consecuencias ya las ha establecido Dios en
su Palabra.
Quiero volverte a invitar a pensar en esta
decisión, porque en verdad yo no conozco sus mentes, sus corazones.
No conozco si alguna vez han tomado esta decisión, y quiero volverte
a invitar a tomar HOY una decisión por Cristo.
Te animo a que pienses en Jesús. Todo aquél
que es Salvo tiene la seguridad de esto. Si vos no tenés la
seguridad de tu salvación si jamás, le has dicho a Dios, “Soy un
pecador, pero creo que Jesús perdonó y pagó mis pecados y tiene
poder para perdonar mis pecados, si nunca le has dicho eso yo te
invito a que lo hagas y Dios va a perdonar tus pecados. Pero si no
haces esto, y si nunca lo has hecho, quiero decirte que dice la
Biblia que ninguno de nosotros tiene autoridad sobre el tiempo,
ninguno de nosotros tiene seguridad sobre qué va a pasar al salr del
templo. ¿Cuántos años más vas a vivir? ¿Cuántas horas, cuántos
días? No lo sabemos. No demores esta decisión por Jesucristo. Antes
de que sea demasiado tarde.
He
aquí, yo estoy a la puerta y
llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo.
(Apocalipsis
3:20 RV1960)
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