"La Roca" Nro.74-Diciembre/2016
http://www.laroca-ministerios.com.ar/docs/2016121074d.pdf En las épocas coloniales, un elemento característico de las antiguas casas, era el aljibe. Un pozo destinado a recolectar el agua de las lluvias con un arco del que pendía una cuerda con una polea que permitía subir y bajar baldes para extraer el agua de su interior. Cada balde bajaba vacío hasta el fondo y volvía lleno de agua. Pero los baldes que nos ocupan, parece que pensaban y hablaban entre sí. Uno estaba continuamente quejándose del largo viaje vacío y en oscuridad que tenía que hacer varias veces al día hasta el fondo del aljibe. El otro, en cambio, estaba feliz porque cada vez que tenía que hacer ese mismo largo camino de bajada, era seguro que volvía a la superficie lleno y desbordante de agua. Y los seres humanos no distamos mucho de ser como los baldes de este aljibe. Hay quienes sufren el vacío de su vida sin poder ver ni disfrutar el grato momento de la subida lleno. Otros, viven más felices con una actitu...