Malabares
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Días atrás observaba a un malabarista callejero, hacer sus destrezas en una esquina, mientras duraba el corte del semáforo. Más allá de su extraordinaria habilidad, lo realmente sorprendente es que favorecido por la oscuridad de la noche ¡hacía su improvisado número con unas antorchas encendidas! Las teas volaban alto y con una precisión y sincronización admirables eran recibidas abajo y vueltas a lanzar hacia arriba en una exhibición de habilidad y destreza verdaderamente increíble que se podía ver desde varias cuadras de distancia. Si el extraordinario espectáculo que se ofrecía en aquella esquina de mi ciudad a cambio de unas pocas monedas, que acaparaba todas las miradas, ya era de por sí interesante; no eran menos dignas de observar las caras de transeúntes y automovilistas, con una expresión mezcla de estupor, sorpresa, admiración… ¡y terror! Imagínense el desastre que podría provocar no sólo par