Cuando el árbol nos tapa el bosque
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Los que saben, coinciden todos en afirmar que un duelo es una de las situaciones más difíciles de elaborar. Es un proceso que por ser de nivel inconciente que no se pone en evidencia claramente, no se percibe a simple vista, pero que sin que uno se dé cuenta de ello, consume ingentes cantidades de la energía vital de las personas. Sobreviene entonces, la sensación de cansancio, desánimo, desgano, agotamiento e inclusive depresión en ciertos casos y no sabemos porqué. Pero un duelo no solamente se desencadena a raíz de la triste y lamentable partida hacia la eternidad de un ser amado. La pérdida del trabajo, una ruptura, una separación, una partida, inclusive la pérdida de un objeto o un bien; no importa su valor material, sí en gran manera su valor afectivo; también pueden ser determinantes de una situación de duelo. Pero aún hay más. El no poder lograr lo que tanto deseamos es capaz de generar un duelo. Hay