ESPECTATIVAS
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Cuando mi hija aún era una niña, le prometí construirle una casa de muñecas. Tenía todas las herramientas necesarias para hacerlo y algunos conocimientos que tal vez hubiera sido necesario ampliarlos un poco. La cuestión es que sólo tenía que adquirir los materiales y hallar los tiempos para ponerme a trabajar. Cuando le prometí hacerlo, estaba en condiciones de hacerlo. A esta altura de los acontecimientos, ya no recuerdo por qué, pero la verdad es que nunca cumplí. Hoy ya no es una nena, no tiene el menor sentido apurarme a construir la casita de muñecas… el tiempo pasó inexorablemente. Sólo una vez recuerdo haber hablado del tema, pero lo cierto es que ella jamás me reclamó nada. Tal vez cuando ella tenga sus hijos pueda saldar la deuda… o tal vez eso nunca ocurra, no lo puedo saber a ciencia cierta. También es probable que sólo soy yo el que se siente así, ya que son muy pocas las veces en que le he prometido a...