HORA DE RESISTIR... LA REBELDIA
HORA DE RESISTIR… LA REBELDÍA
Síntesis del mensaje compartido por el Pastor
Diego Brizzio el 26/02/2017
IGLESIA CRISTIANA EVANGELICA “SIGUEME”
España 155 – Godoy Cruz – Mendoza –
Argentina
¿Tendrá algo que ver Satanás con la
rebeldía, con la desobediencia?
En realidad el material en la Biblia sobre la
Rebeldía es tan amplio que he tenido que enfocarme en un solo
pasaje. Esto no quiere decir que no haya aparte de este pasaje otras
enseñanzas, otras cosas útiles acerca de la rebeldía.
Desde
entonces comenzó Jesús a
declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y
padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de
los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces
Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo:
Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate
de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la
mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si
alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Porque todo
el que quiera salvar su vida, la perderá;
y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Porque ¿qué
aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su
alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el
Hijo del Hombre vendrá
en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada
uno conforme a sus obras.
(Mateo
16:21-27 RV60)
En este pasaje yo encuentro dos cosas. En
primer lugar, las Estrategias de Satanás acerca de cómo promover la
rebeldía. Y en segundo lugar, encuentro Cómo resistir a Satanás y
obedecer a Dios.
I. ESTRATEGIAS DE SATANÁS PARA PROMOVER LA
REBELDÍA
a. Satanás nos apunta a TODOS
Satanás procura en este pasaje conducir a la
desobediencia, nada menos que a Jesús, usando a Pedro, para que por
esta desobediencia, fracase el plan de Dios. Esto nos enseña a
nosotros que Satanás nos apunta a TODOS. Si ni siquiera se cuidó de
procurar la rebeldía del Hijo de Dios, entonces, nos apunta a todos.
No discrimina por funciones, por niveles de autoridad. No es que
porque tengan funciones de autoridad no va a influenciarlos. Tampoco
va a dejar de lado a los que tienen funciones de poca
responsabilidad. Tampoco discrimina en cuanto a la edad espiritual
del creyente. Va a querer bajar a los pastores, a los diáconos, a
los líderes y va a apuntar a a los recién convertidos. No
discrimina tampoco por edad cronológica. Les va a apuntar a los
niños, a los adolescentes, a los jóvenes y a los adultos. No
discrimina por sexo. Satanás apunta a todos. ¿Por qué apunta a
todos?
Porque Satanás no quiere que nadie que se
identifique con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo, que se
haya puesto del lado de DIOS, lo represente. Los quiere a todos abajo
para que no reflejen la Gloria de Dios.
El recién convertido está muy entusiasmado y
quiere compartir con otros la fe que acaba de abrazar. A ese le va a
apuntar Satanás porque tiene un gran potencial para atraer a otros
hacia Cristo. A los líderes, a los ancianos, a los pastores, porque
ellos están influenciando a una gran cantidad de creyentes. A los
varones casados porque son líderes de hogar. A los adolescentes
porque están en una edad de decisión. El va a apuntar a todos
porque tienen el deber, el llamado, la tarea de glorificar al Señor.
Y él no quiere de ninguna forma que Dios sea glorificado por medio
de la Iglesia. Un cristiano desobediente, un cristiano que rehúsa
aceptar la voluntad del Padre o cualquier autoridad, es un cristiano
que desluce, resta brillo a la persona de Dios. Es un cristiano que
no presenta un Dios atractivo.
b. Satanás ataca mientras consideramos el
costo de obedecer (v.21)
Ver. 21: “Desde entonces comenzó Jesús a
declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y
padecer mucho… y ser muerto” ¿En qué momento atacó Satanás
al Hijo de Dios? ¿Qué estaba haciendo en ese momento el Hijo de
Dios cuando Satanás atacó? Les estaba diciendo que era necesario
padecer y morir, estaba CONSIDERANDO EL ALTO COSTO DE OBEDECER AL
PADRE. Satanás nos ataca mientras consideramos el costo de obedecer.
Siempre obedecer a Dios tiene un costo. Un costo humano, pero tiene
costo. Algunas veces es más alto, algunas veces, más bajo.
Identificarnos con Cristo delante de nuestros compañeros, plantarnos
como cristianos delante de alguien que no lo es, TIENE UN COSTO.
Burlas, incomodidades, marginación. Apartar para Dios el 10, 15, el
20% de nuestros ingresos, tal vez cuesta avanzar más lentamente con
los proyectos materiales que uno tiene. Congregarse todas las
semanas cuesta una renuncia a gustos, a descanso físico, o la
reorganización de otros compromisos. Ser sexualmente puros antes del
matrimonio, cuesta que posterguemos la satisfacción emocional y
física que tanto necesitamos, que es urgente y que es fuerte.
Cumplir con un servicio que edifica a la Iglesia, un aporte práctico,
un ministerio, cuesta organizar nuestros tiempos, esforzarnos mental
y físicamente, mantener una comunicación responsable con mi
coordinador, con mi autoridad. Siempre obedecer al Señor tiene su
costo. Cada vez que nosotros estamos considerando ese costo, sabemos
cuál es la voluntad de Dios, paralelamente sabemos lo que cuesta, a
qué tenemos que enfrentarnos; EN ESE MOMENTO INTERVIENE SATANÁS.
Una de las estrategias de Satanás es intervenir cuando en nuestra
mente se nos cruzó el costo de la obediencia.
c. Satanás nos incita a anteponer nuestros
intereses humanos (vv.22-23). “Señor, ten compasión de ti;
en ninguna manera esto te acontezca” – “Pones la mira en las
cosas de… los hombres” (Mateo 16:22-23)
v.23 dice: “Entonces Pedro, tomándolo
aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión
de ti…”, en griego, ten misericordia de ti, Señor.
Autocompasión, autoprotegete. La estrategia es ésta: Satanás nos
incita a anteponer nuestros intereses humanos a los intereses de
Dios. A las 9:20 de la mañana vos sabés que la voluntad de Dios es
que te congregues con los hermanos, entonces, sentís la sabanita, te
das cuenta del costo que tiene, entonces aparece Satanás y te dice:
“Ten compasión de tí”. ¿Cómo que identificarte con
Cristo te cuesta burlas y marginación? De ninguna manera, protegé,
perseguí tu integración social, necesitás pertenecer a grupos, es
una necesidad legítima. No permitas que te margine el grupo. Dejate
de indentificarte con Cristo y lo resolvés. ¿Cómo que el 10, el
15, el 20% de tus ingresos para Dios? No! Ocupate de hacer mejoras en
tu casa, comprate lo que te gusta, de tener un buen nivel de vida.
Como trabajador tenés derecho de disponer de tu dinero. Después de
todo, a Dios no le hace falta nada. Congregarte todas las semanas, y
dormir menos, no ir a la cancha, decirle a tu familia que vas a
llegar más tarde al cumpleaños… No! ¿Cómo vas a ser tan poco
cordial de llegar más tarde? Hemos creído que vamos a dar más
Gloria a Dios llegando temprano al cumpleaños. ¿Conducta sexual
solamente con tu cónyuge? ¿Al costo de perderte a otras personas?
¿De descargar tu tensión psicosexual? ¡Qué castrador y represivo
que este Dios! Protegé y perseguí tu necesidad de satisfacción.
Cada vez que nosotros tenemos en nuestra mente
el costo de obedecer a Dios, la estrategia es aparecer y atacar
tratando de que nosotros antepongamos nuestros intereses y depongamos
los intereses de Dios. Muchas veces nuestros intereses no tienen nada
de malo. Lo malo es que los estamos anteponiendo a los intereses de
Dios.
d. Satanás procura nuestra incredulidad
(Números 14:9-11; Hebreos 3:18 y 19)
Esto ocurre cuando habían vuelto lo espías y
el pueblo se desmoraliza con los informes que traían estos diez
“mala-onda”:
Por
tanto, no seáis rebeldes contra
Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los
comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con
nosotros está Jehová; no los temáis.
(Números
14:9 RV60)
¿Y
a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que
desobedecieron? Y vemos que no
pudieron entrar a causa de incredulidad.
(Hebreos
3:18-19 RV1960)
Esta estrategia es que Satanás procura nuestra
incredulidad. Ya algo de esto vimos el domingo pasado. Siempre que
hay desobediencia, es, por absoluta ignorancia, o por incredulidad.
La fe, habíamos dicho, es experimentar certeza profunda acerca de
algo que Dios ha revelado y descansar allí, confiar allí.
Experimentar una convicción espiritual, interior y viva y confiar en
eso que Dios ha mostrado en su palabra. Cuando nosotros
experimentamos esta clase de convicción y estamos descansando y
confiando en ello, se genera automáticamente gozo, que es una
emoción positiva que fortalece. Y cuando hay gozo, confianza,
descanso, HAY FUERZA PARA OBEDECER. Hay poder para cumplir la
voluntad del Señor. Cuando no hay fe, no hay gozo, no hay poder, no
hay obediencia. Por eso Satanás, que lo sabe muy bien, otra de las
estrategias que él usa, es provocar la incredulidad. Esto lo vimos
el domingo pasado. Él no quiere de ninguna manera que nuestro
corazón adquiera certeza ni convicción acerca de todo lo que Dios
ha revelado.
II. CÓMO RESISTIR A SATANAS Y OBEDECER DIOS
De la forma en que Cristo respondió, yo
aprendo cómo resistir a Satanás y obedecer a Dios.
a. Identificar a Satanás intentando
derribarnos “Aléjate de mí Satanás! Quieres hacerme
tropezar” (v.23)
Lo primero que hizo Jesús aquí es identificar
a su enemigo tratando de hacerlo tropezar. Estaba Pedro delante de
Él, pero Jesús identificó a Satanás. Esto es lo que nosotros
tenemos que hacer: identificar a Satanás intentando derribarnos.
Esto es un ejercicio que nosotros tenemos que pedirle al Espíritu
Santo que nos ayude a hacer: Cada vez que nosotros nos demos cuenta
que estamos pensando en el costo de obedecer y cada vez que nosotros
nos demos cuenta que un susurro, una incitación, que puede ser por
medio de un amigo, brujos, un medio de comunicación, puede ser
simplemente por un discurrir mental; cada vez que nosotros escuchemos
“anteponé tus propios intereses” , “ten compasión
de ti mismo”,” te lo merecés”, “date el gusto”; cada
vez que eso pase, nosotros tenemos que decir: aquí está de algún
modo, Satanás. Y la forma de resistirlo es tener la luz espiritual,
la lucidez, el discernimiento, para ver que detrás de ese mensaje,
está el enemigo de Dios y el enemigo mío intentando hacerme
tropezar. Conducirme hacia la desobediencia. Que nos escabullamos del
plan del Señor. Tenemos que afinar, afilar, ejercitar el
discernimiento cada vez que nosotros pensamos anteponer nuestros
intereses y deponer los intereses del Señor. En ese momento tenés
una confrontación personal con Satanás. IDENTIFICALO.
b. Antepongamos los intereses de Dios a los
nuestros. “Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que
negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme” (v.24)
Antepongamos los intereses de Dios a los
nuestros es justamente lo contrario que quiere Satanás. Debemos
anteponer los intereses del Señor renunciando a los nuestros. Se
trata de que SU PERSONA sea conocida, de que SU GLORIA sea percibida.
No se trata de mantener nuestros intereses, se trata de los suyos.
No se trata de nosotros, se trata de Ti (Salmos 115:1). Se trata de
tu voluntad, se trata de tu plan, se trata de tu Gloria. Mi
integración social no primará sobre el interés divino de que yo me
identifique con Cristo. Mi interés de avanzar con mis proyectos
materiales, que no son malos, no primará sobre la adoración que
Cristo me pide por medio de las ofrendas. Mi interés de descanso o
de recreación no primará sobre le interés divino de que yo tenga
comunión con la Iglesia de Cristo. Mi interés de satisfacción
emocional y sexual no primará sobre el interés divino de pureza y
lealtad. NINGUN interés mío debe primar sobre los intereses de
Dios. Por más que sean 100% legítimos, si entra en conflicto con
algún interés divino, debe anteponerse éste y deponerse aquél.
c. Creamos en las consecuencias de
desobedecer. “El que quiera salvar su vida, la perderá…
¿Qué provecho sacará el hombre si gana todo el mundo, pero malogra
su alma” (vv.25-26)
O lo que es lo mismo: el que anteponga sus
intereses, va a perder lo que quería ganar. ¿Cuál es el otro modo
de resistir a Satanás? Creamos en las consecuencias de desobedecer.
Cristo nos advierte que hay consecuencias por desobedecer. La
rebeldía tiene consecuencias. Dejar de lado la voluntad de tu jefe,
dejar de lado la voluntad de tu líder ministerial cuando es algo
justo lo que te está pidiendo, dejar de lado la recomendación
pastoral, no rendirle cuentas a nadie; tiene consecuencias siempre.
Lo malo es que nosotros nos hemos creído que no tiene consecuencias.
O que de todos modos, nunca será tan grave. Si no renunciamos a
nuestros intereses y seguimos adelante y no anteponemos los intereses
del Señor, sucederá que vamos a abrir los ojos en la Eternidad y
tal vez nos acordemos de todas las satisfacciones humanas y naturales
que experimentamos aquí en la tierra a causa de nuestra
desobediencia; pero también vamos a ver por toda la Eternidad, que
hemos tenido pérdidas irreparables y muy serias. Esto no lo perdamos
de vista. Creamos en las consecuencias que tiene la desobediencia.
d. Creamos en la recompensa por obedecer.
“El que pierda su vida por mi causa, la encontrará”
(v.25)
Un modo de resistir al diablo y obedecer a dios
es creer en la recompensa que tiene la obediencia. Si renunciamos
incluso al derecho de la integridad física, al derecho a la vida,
por la causa de Cristo, NI HABLAR DE TODOS LOS OTROS DERECHOS, de
todos los otros intereses naturales; si renunciamos a ellos y
anteponemos los intereses del Señor, SIEMPRE HABRÁ RECOMPENSA
MARAVILLOSA POR TODA LA ETERNIDAD. El mismo Señor se encargará de
darnos esa recompensa. Siempre lo que recibiremos por obedecer será
superior. En realidad no se puede comparar. Nosotros a la hora de
optar entre obedecer o desobedecer, tenemos que acordarnos que habrá
consecuencias por desobedecer.
Nuestra Iglesia está en UN DIA MALO y un signo
es la generalizada desobediencia o rebeldía a las autoridades. A
veces escucho a los líderes ministeriales, a los hermanos adultos:
“yo le dije, pero no me hizo caso”, “ya le dije un montón de
veces, pero nunca ha hecho nada”. ¿Cuántas recomendaciones?
¿Cuántos consejos? ¿Cuántas indicaciones? Caen en el vacío
porque se sigue haciendo lo que se le da la gana. Pero la Palabra de
Dios enseña el principio de la subordinación a las autoridades
legítimas que ordenan cosas que no se contradicen con la Palabra.
Tenemos que aprender SUBORDINACIÓN, OBEDIENCIA. Tenemos que conocer
las estrategias de Satanás para promover la desobediencia y conocer
cómo resistir para terminar OBEDECIENDO.
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