Escribe tu historia

Escribe tu historia
Por: Jésica Andrea escrito originalmente para www.mensajesdeanimo.com

Cuando dejamos ir al primer amor de nuestra vida:
Hace poco escuché una canción que habla de esto, cuando el primer amor se va. Queda un vacío que no se puede llenar, una vida que empieza a decaerse y ni siquiera cuenta te das. Te da lo mismo como cristiano orar o no orar, hablar con Dios. La pasión por El Señor se va, lo primero está en último lugar, y cuando cuenta te das y debes despertar, temes al hacerlo, porque debes enfrentar una realidad difícil de aceptar.
Buscas pretextos para huir y tener la razón, prefieres luchar solo, y crees poder hacer todo por cuenta propia, prefieres creer en el hombre y no en Dios.
Cuatro cosas importantes que Dios nos da:
Si nos preguntáramos cuál es nuestro primer amor, responderíamos: una persona que nos atrajo, o nos pareció linda, que creó algo nuevo y lindo dentro del corazón. Pero ese no es nuestro primer amor.
Hay un amor más real, perfecto, puro y verdadero.
Si tuviera que dar una clase y me dieran la opción de elegir, elegiría a gente creyente y no creyente y les plantearía estas preguntas:
  • ¿Qué es la Fe para ti?
  • ¿Qué es el Amor?
  • ¿Qué es Perdonar?
  • ¿Qué es tomar una Decisión?
Cuatro preguntas que se relacionan entre sí
  • La fe:
Creer es fácil cuando todo marcha bien, cuando no tienes ninguna contra, cuando tu vida parece perfecta.
Pero es difícil creer y mirar cuando en el suelo estás, todo parece en contra, y al mínimo obstáculo que se te presenta, vencido te das.
Definiría Fe como una de las mayores fuerzas que tenemos los seres humanos, pero capaz de debilitarse o morir si no hay acción. La fe es una convicción, creer en aquello que no vemos, que parece imposible, que no está a nuestro alcance, aquello que no se da o no llega. (Hebreos 11:1).
También es fe no darse por vencido al mínimo o gran obstáculo que se presenta. Suena y resulta fácil escribirlo, pero no lo es.
Es más, si alguien lee esto, alguien que pasa por una situación difícil, tal vez esa persona empezaría a plantearse unos cuantos “pero”.
  • El Amor:
Al amor se lo define como un sentimiento que, para la mayoría de las personas, sólo existe entre dos personas o más, definido como “amor carnal”. Una persona que sólo cree en Dios de la boca para afuera, respondería esto si se le preguntara: ¿Crees en Dios? Su respuesta es: -Sí, creo.
Ahora, si le preguntaras a alguien que sin importar su denominación, se defina como “cristiano”: -¿Amas a Dios? Tal vez aquí se presente un silencio. Ese silencio es frío. ¿Por qué? Porque el ser humano tiene la mala costumbre de priorizar cosas de menor importancia como el trabajo y otras como sus sueños, o proyectos.
A estas cosas las ponemos como prioridad número uno; es más, es tanto el afán que le tenemos, que llegamos a priorizar y resaltar como sumamente importante, estas cosas que llegamos a obsesionarnos con ellas, las denominamos como “amor”.
Quiero decirte que hay un amor más fuerte, perfecto, puro, verdadero. Un amor que no lastima, no hiere, no abandona, no mata; es mas da vida y en abundancia, da fuerzas, da gozo, da esperanza, te levanta, te alienta, te acompaña, te sigue, te busca y no te abandona. Nunca. (I Corintios cap. 13)
Ese amor es el del Padre, aquel que sólo muchos tienen en cuenta cuando enfrentan alguna situación difícil. Aunque lo nombramos, lo buscamos; pero ¿hay razones para enojarse con Dios? Muchos responderán que sí, sobre todo cuando las cosas no marchan bien o como nosotros queremos. Le echamos la culpa a Él, pensamos y creemos que nosotros tenemos razón.
Dios no se equivoca, El es sabio y su entendimiento no hay quien lo alcance. Es difícil como he escrito en otros mensajes, entender, aceptar los planes y especialmente los tiempos de Dios. Siendo joven estoy aprendiendo mucho de Él y hay veces que me cuesta aceptar sus tiempos pero trato de hacerlo y El lo sabe. Alguien dijo: “No hay nada que yo pueda hacer para que Dios me ame más de lo que me ama. No hay nada que yo haya hecho que haga que Dios me ame menos de lo que me ama.”
  • El Perdón:
Últimamente vivimos en un mundo donde el perdonar cuesta cada vez más. Ahora la pregunta es: ¿Qué es perdonar?
El perdonar es renunciar al castigo que le damos a una persona por sus ofensas, daños, dolor que nos ha causado, sin guardar resentimiento y rencor. Pedirle al Señor que bendiga su vida, que la restaure, que transforme y limpie el corazón quebrantado.
Jesús murió por nosotros en una cruz, para perdonar nuestros pecados, faltas, ofensas hacia El y otras persona. El ya lo hizo, el pagó por nosotros.
Cuesta hoy en día perdonar, más aun con los hechos que últimamente suceden en el mundo actual. Jesús ya pagó por ellos, su precio fue la sangre derramada en la cruz; por todos y cada uno de nosotros, por los que estuvieron estamos y estarán hasta que EL vuelva y venga a buscarnos
  • El Decidir:
Decidir ¿Qué es?
Resolver con firmeza, valentía algo que queremos hacer. El perdón, no es un deseo, ni un sentimiento, es una decisión. El decidir perdonar a alguien; actuar, avanzar, concretar, alcanzar cosas importantes, eso es decidir.
Estas cuatro cosas nos da El Señor, el poder decidir, perdonar, amar, creer.
Dios, nos da la opción de elegir qué es lo que queremos para nuestra vida aquí y en la eternidad. El nos ofrece cosas grandes y buenas. Nosotros decidimos qué camino tomar y qué hacer. Si tomamos y caminamos con Cristo o seguimos el camino que nos parece. Podemos decidir, perdonar o no. Lo mejor es perdonar. Podemos decidir amar y cómo amar, a quién amar. Podemos decidir en quién creer, si creer o no creer.
Eso está en cada uno de nosotros.
Ahora, lo que El Señor te entrega, te da, te brinda, no te lo da nadie en el mundo ni en el universo. Lo que Dios te da es amor puro y verdadero; te da fortaleza, esperanza, te afirma y sostiene si estás por caer, te extiende su mano para que te levantes si estás caído.
Dios te ama, El quiere lo mejor para ti, pero sólo te entregará, te mostrará y hará grandes cosas en ti, si tú lo dejas entrar en tu corazón y en tu vida; que camine cada día contigo, que sientas su presencia, que no estás solo, que no te olvida.
Como Moisés, Josué, Noé, Isaías, Pablo, y sólo por nombrar algunos; El Señor, los llamó y ellos respondieron, porque creyeron y aceptaron al Dios Eterno. Sus vidas fueron transformadas, fueron guiadas, hoy son parte del Gran Libro, la Biblia. Hicieron grandes cosas de la mano de Dios.
Tu vida puede ser un ejemplo para los demás, para el mundo. Escribe tu historia, que El Señor te guiará en cada palabra a lo largo de tu vida.
Yo ya estoy escribiendo la mía.
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

(Jeremías 33:3 RV60)

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