Las peleas con Dios siempre se ganan por "K.O."


Las peleas con Dios siempre se ganan por “K.O.”


Hace un tiempo supe a través de las noticias de una pelea de box insólita ganada por Knock-Out en el último asalto. Digo: a través del noticiero porque habitualmente no me intereso por el box, y digo: “insólita” porque el ganador había venido perdiendo toda la pelea desde el primer round. Había llegado al final del encuentro en penosas condiciones, destrozado y extenuado. Cuando nadie daba medio centavo por él, sacó con sus últimas fuerzas un potente cross de izquierda que se estrelló en la mandíbula de su oponente enviándolo directamente a la lona. En una fracción de segundo pasó de tener la victoria del combate asegurada, a la más absoluta e inobjetable derrota.

Esto me hizo recordar cómo trata Dios con muchas personas. Una de ellas, quien esto escribe.

“Me están pegando de todos lados” le comenté al pastor de la iglesia en la que me congrego, hace unos días atrás…¿No te has sentido así alguna vez?

Hay períodos en nuestras vidas en las que todo sale mal. Cada cosa que emprendemos parece destinada a hundirse en el fracaso. Los reclamos y quejas de quienes nos rodean arrecian, los golpes también. Parece como que todo lo que tocamos “se mufa”… Y pasa el tiempo y en vez de tender a mejorar las cosas, éstas van de mal en peor.

Como el boxeador de la historia con que comenzamos el presente artículo. Llegó al último asalto de la pelea extenuado, le faltaba el aire, con un ojo casi cerrado, los pómulos sobremanera inflamados y una ceja sangrando profusamente a consecuencia de los golpes recibidos.

Aunque el aire falte, las piernas no respondan y ya casi no puedas tenerte en pie. Aunque tu alma se esté desangrando y la visión se nuble. Aunque el dolor muerda y el veredicto de los jueces sea “perdedor”… siempre queda un último round.

Las peleas con Dios SIEMPRE se ganan por K.O. Dios no admite “resultados por puntos”. Ello implica la intervención de un jurado que califica y finalmente se toma la autoridad de decir quién perdió y quién ganó. Eso le resta de su Soberana Majestad.

La ex congresista y embajadora norteamericana Clare Boothe Luce, dijo en una oportunidad: “No hay situaciones sin esperanza. Hay personas sin esperanza en ciertas situaciones”.

Si estás tomad@ de la mano de Dios, tu lucha sólo conoce un final: VICTORIA y por K.O., toda vez que un “Knock-Out” es absolutamente inobjetable, aunque hayas tenido toda la pelea perdida.

¡ANIMO!

Comentarios

  1. Yo también puedo dar testimonio de las veces que el Señor convirtió mi derrota en un KO para su gloria. Creelo!! Gracias Hno. Luis. Ale P.

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