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En el amor no hay temor

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com A poco de mi conversión, el pastor me invitó a leer una porción de las Escrituras desde el púlpito, delante de la congregación. ¡Qué emoción! En realidad, ya conocía, ya había tenido la oportunidad de experimentar esa sensación de estar delante de mucha gente leyendo algo. Durante mis años en la escuela elemental y luego en alguna celebración en la escuela secundaria (preparatoria). Pero en la Iglesia, era la primera vez y eso le daba un toque muy especial al evento. ¡Si hoy viniera el pastor a ofrecerme una oportunidad como esa -cosa que dudo que haga- seguro le diría que no! Recuerdo que aquella vez, vencido ese pequeño temor y nerviosismo del principio, leí mi porción bíblica con claridad y sin problemas. Pero algo raro que no podía discernir estaba sucediendo. Era más que una lectura. En otras iglesias tuve la oportunidad, inclusive, de dar el sermón del domingo a la noche muchas veces. Pero nunca fue lo mismo. A

No con mi propia luz, mas con la luz de Cristo

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. (1 Pedro 1:1-2 RV60) Me emociona el vibrante saludo con que Pedro comienza su primera carta a los “expatriados de la dispersión…” (1ra. Pedro 1:1) “ Entre su fracaso inicial y la redacción de su carta, Pedro fue usado por Dios como catalítico en la formación de la iglesia primitiva. Pero una vez que fue quebrantado y humillado, su liderazgo fue completamente diferente de lo que hubiera sido sin su fracaso.” En las acertadas palabras de Charles R. Swindoll. (El poder de la esperanza. Charles R. Swindoll. Betania. USA. 1996) El sol brilla, las estrellas también lo hacen. Tienen luz propia. Sin embargo durante algunas no