No hice nada para ser su hijo

Alex López
La Catapulta
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El fin de semana, tuve la bendición de estar compartiendo la palabra en tres iglesias en Guatemala. Es precioso, ver con la expectativa y amor que los miembros llegan a adorar, buscar a Dios y compartir con sus hermanos en Cristo.

Uno de esos pastores, me envió hoy, un mensaje por WhatsApp con un diseño y un texto que sacaron de mi prédica. Este diseño decía: “No hice nada para ser su hijo…”.

Al cierre del mensaje compartí sobre como tenía 4 hijos. Y, como, los 4 son mis hijos. Pero que dos de ellos, nacieron del vientre de Aixa y dos del corazón, en la sala de partos del Consejo Nacional de Adopciones. Puede leer sobre la llegada de nuestras hijas en: Mi familia y yo, estuvimos embarazados. Y en, Los López García ahora somos 6.

Mis dos hijas menores, fueron adoptadas y hoy son, hijas. Para que vinieran a casa, fuimos a un taller, llenamos la documentación necesaria, presentamos toda la papelería, los cuatro nos hicimos exámenes médicos y de laboratorio, fuimos a exámenes psicológicos, recibimos a una trabajadora social, hicimos las visitas requeridas al hogar y por fin, adoptamos y recibimos a nuestra hija.

Recuerdo cuando llegó la primera, le afirmé que todo lo que veía, carros, casa, perros y demás, era de ella, porque ahora, era una López García y para siempre. Le expliqué cómo hasta muertos nosotros, seguiríamos siendo sus papás y la gente diría: “Ella es la hija de Alex y Aixa”.

Por último, le pregunté ¿Qué hiciste para venir? Sin pensarlo, me respondió: “Nada”. Eso es lo mismo que tenés qué hacer para permanecer con nosotros. Porque te vamos a amar siempre, pase lo que pase.

¿Qué hicimos para ser hijos del Padre Dios? ¡Nada! No hice nada para ser su hijo. Dios hizo todo. El envió a su hijo Jesús, Jesús fue tentado en todo, pero sin pecado, Jesús nos mostró el camino al Padre, Jesús murió para aplacar la ira de Dios, por medio del sacrificio de Jesús fuimos adoptados como hijos por Dios y tenemos la esperanza eterna, que Jesús hoy es nuestro abogado, pero regresará por su iglesia como juez.

No hicimos nada para ser su hijo. Nuestra salvación comienza en la obra de Dios, el nos busca, el nos convence de pecado, él nos salva. Tenga certeza que no debe hacer algo bueno para llegar a ser hijo, porque sucio fue que experimentó el perdón de Dios y vino al Padre. Viva respondiendo a esa gracia con amor por persona, su llamado y su caminar.

“¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.” 1 de Juan 3:1-3

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