Los cristianos y el Uso de las Redes Sociales

Por: Diego Brizzio y Ricardo Palacio



Redes sociales
La mayoría de nosotros tenemos cuenta en alguna red social: WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter. Las redes sociales son una de las grandes cosas que nos ha venido con la tecnología, y como todos los adelantos tecnológicos, nos presentan oportunidades y peligros. Debemos aprender a aprovechar las oportunidades o posibilidades que las redes nos brindan, pero también a evitar los peligros o riesgos. Hoy vamos a dar algunos tips sobre esto (no podemos decir todo en solamente una hora). Desde ya, Ricardo y yo reconocemos que no somos 100% ejemplos en esta área, pero estamos aprendiendo a usarlas bien.
I.          ¿Qué son, y cuáles son las RS más usadas?
Una red social es una estructura social compuesta por un conjunto de usuarios (individuos u organizaciones) que están relacionados de acuerdo a algún criterio (relación profesional, amistad, parentesco, etc.). Cuando hablemos de Redes Sociales hoy nos vamos a estar centrando en las siguientes:
Facebook es una red social pensada para conectar personas, es decir, compartir información, noticias y contenidos audiovisuales con amigos y familiares. Se trata de la plataforma social más grande y popular de todas las existentes en la actualidad. Se pueden compartir fotos, videos, estados de ánimo, noticias, reaccionar a otras publicaciones, etc. Se maneja con sistema de solicitudes de amistad. Actualmente posee 2.000 millones de usuarios. Un 28% de la población mundial. Mayormente usada por mayores de 25.
Instagram Ésta permite a sus usuarios subir imágenes y vídeos con múltiples efectos fotográficos como filtros, marcos, colores retro, etc.; compartir historias (videos Cortos o imágenes, que se eliminan a las 24 hs.). Tiene 1.000 millones de usuarios. Es muy usada por marcas, famosos, o personas que se han hecho famosos por su activa participación en esta red: Instagramer. Mayormente usada por Adolescentes y Jóvenes.
WhatsApp: Es una aplicación de mensajería para teléfonos inteligentes, que se utiliza con internet. Se pueden enviar fotos, videos, stickers, GIF, hacer llamadas. Se la considera Red Social, ya que, si bien comenzó simplemente como mensajería, con el avance y la posibilidad de crear grupos, subir estados y demás, se fue transformando en esto. Cuenta con 1.500 millones de usuarios.
Snapchat: es una aplicación de mensajería para teléfonos inteligentes con soporte multimedia de imagen, video y filtros de realidad aumentada. Su mayor característica es la mensajería efímera, donde las imágenes y mensajes pueden ser accesibles solo durante un tiempo determinado elegido por los usuarios. Cuenta con 200 millones de usuarios. Se la denomina la Red de los Adolescentes, ya que el 60% de los usuarios tiene menos de 25 años.
Twitter:  Es una red social que permite enviar mensajes de texto de corta longitud, con un máximo de 280 caracteres (originalmente 140). Se maneja con sistema de seguidores. Es de la más usada por famosos, autoridades políticas, etc. Tiene más de 1300 millones de cuentas creadas, pero 328 millones de cuentas activas.
II.         Tres advertencias “técnicas”
Es muy fácil que nos mientan sobre la identidad (y que mintamos sobre la nuestra). En su perfil o en el chat alguien puede decir o escribir que es una persona, cuando en realidad es otra: puede poner o enviar una foto que en realidad no es propia; puede decir o escribir que es niño o joven, cuando en realidad es mayor; puede hacerte pensar que es bueno, cuando en realidad es malo; que vive en otro país, cuando en realidad vive cerca de ti, etc. Es muy fácil que nos mientan, y casi no podemos verificarlo. Así que, no interactuemos ni permitamos a nadie de quien no estemos seguros de su identidad.
Perdemos el control de lo que compartimos o publicamos. Después de haber publicado algo, perdemos el control sobre eso. Ya no podemos saber hasta dónde llegará, ni quiénes, ni cuántos lo verán. Si publicamos una frase fea, o una foto con poca ropa, es imposible para nosotros detener su multiplicación y publicación.
Lo que publicamos puede ser aprovechado por los delincuentes. Por ejemplo: (1) si publicamos que estamos de vacaciones, o que cobramos un dinero, o que hemos comprado o tenemos esto o aquello, alguien podría querer robarnos. (2) Si publicamos fotos provocativas nuestras o de algún ser querido, alguien podría querer abusar, o usarlas para algo sucio, etc. Así que, primero, debemos ir a la configuración de la aplicación y elegir quiénes queremos que vean nuestras publicaciones en principio, y luego debemos cuidarnos de lo que publicamos. 
III.        Tres prácticas malvadas
Bullying (ciberbullying). Publicar o compartir imágenes o textos acerca de alguien, para burlarse, denigrarlo o rebajarlo de algún modo: por su aspecto físico, por algún error… Causa mucho dolor.
Espero que nadie de nosotros, mucho menos los adultos, practique este bullying.
Sexting. Tomarse imágenes de partes privadas del cuerpo, o de prácticas íntimas, y compartirlas. A veces se comparten con personas que en ese momento son de confianza (novi@, cónyuge o amig@), y se piensa que ellos jamás las divulgarán. Pero por algún motivo (ya sea por bronca o despecho, o por broma o por error) esa persona después puede publicar o reenviar esa foto, o alguien se la roba, y empieza a desparramarse, y viene la vergüenza y el dolor, los odios, las peleas, etc.
Así que, jamás te tomes una imagen íntima. Si te la tomas, no la compartas. Si la recibes, no la conserves ni la sigas compartiendo.
Grooming (o engaño pederasta): es algo muy feo; es un delito penado por las leyes de varios países, incluido el nuestro. El grooming es lo que hace una persona mayor con un niño o un adolescente (varón o mujer), por medio de las redes sociales, para llegar a abusar de él, o hacerle algo feo. ¿Cómo lo hace? Bueno, siempre hay una persona mayor que es mala. (1) En su perfil, o en lo que dice, ese mayor malo se hace pasar por una persona inofensiva y buena. (2) Hace contacto simpático o amistoso con el menor. “Vos me conocés”; “Nos vimos en un cumpleaños, pero no te acordás”. (3) Con los días, crea vínculos emocionales o de confianza con el menor. Desde este punto, puede hacer una de dos cosas:
(4) Hace una cita con el menor, y cuando se encuentran (5) lo abusa o le hace algo feo.
O: (4) logra que el menor le mande imágenes de su cuerpo o de sus partes privadas. Y luego (5) puede usar esas fotos para páginas feas o malas, o extorsionar al chico, amenazándolo con que va a publicar entre sus amigos, a menos que haga cosas feas que él le pide.
Los padres somos responsables de nuestros hijos. Tenemos que estar muy atentos, y advertir a nuestros hijos menores, y controlar con quiénes se comunican, y tomemos medidas.
IV.       Usemos las redes sociales para la gloria de Dios.Sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios (1 Co 10.31). “Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús” (Col 3.17). Sean mis testigos… hasta lo último de la tierra” (Hch 1.8). Estos pasajes son muy claros. Hablan de la vida diaria: de comer, de beber, de hablar o de hacer cualquier otra cosa… Dicen que, como cristianos, debemos hacer todo, todo, todo para la gloria de Dios, para representar al Señor Jesús. Pregunta: ¿El uso de las redes sociales estará incluido? … Seguro que el apóstol no lo tenía en cuenta, porque no existía, pero por supuesto que hoy debemos incluirlo. Y con mucha razón. Así que, debemos usar las redes sociales para la gloria de Dios. ¿Qué significa para la “gloria de Dios”? Significa “obedeciendo al Señor”, “representándolo”, “mostrando el carácter que él nos enseña”, “buscando que otros sepan algo acerca de él: cómo es él, cuál es su voluntad (lo que él quiere), y que ha hecho, hace y hará”. Las redes sociales, con su alcance, deben ser usadas para esto, hermanos. ¿Las usas para esto? Yo solamente uso Facebook, y apenas, pero una rápida visita al Facebook de varios de nosotros es suficiente para comprobar que no mostramos mucho el carácter de Cristo, ni buscamos mucho que se sepa algo de él. Y no debe ser así. Debemos usarlas más para la gloria de Dios. Los siguientes puntos, son algunos usos específicos en que podemos usarlas dando gloria a Dios…
I.          Un mal uso es el uso abusivo de las Redes. Uno de los más comunes hoy. Según estadísticas del 2019, Argentina está 5° en el Ranking Mundial de uso de Redes Sociales, con 207 minutos diarios promedio. Sí, otro ranking no muy bueno en el que estamos en primeros puestos. Eso es 3hs y media por día. ¿Cuánto tiempo estamos usando en Redes Sociales? Seguramente te sea muy difícil de medir, ya que actualmente lo primero que hacemos al tener unos segundos libres en el trabajo, en una charla, esperando el micro, en el semáforo en el auto, en una charla familiar, es tomar nuestro teléfono y mirar alguna de nuestras redes. Son pequeños minutos del día que van sumando.
¿Cuándo se vuelve mal uso? Cuando constantemente recurro a eso. Queridos, constantemente veo que no dejamos de usar las Redes ni siquiera estando en la reunión. Son 2 hs en las que podríamos liberarnos de eso y no lo hacemos. A ver, ¿cuántos tienen sus datos apagados ahora? ¿Cuántos desde que empezó la reunión no revisaron su WP su Facebook, etc? Estamos en la reunión y seguimos pendiente de eso. Me ha pasado no venir algún domingo a la iglesia y estar recibiendo mensajes o publicaciones entre las 18.30 y 20.30 de personas que si están en la reunión. No podemos despegarnos en la reunión, en juntadas de amigos o familiares, en el auto.
Algunos buenos consejos o ejemplos: (1) Apaga tus datos o el Wifi en la Reunión, en tu devocional, o cuando estudias. (2) No permitas el uso del teléfono en la mesa cuando se va a comer. (3) Una de las Jóvenes hace poco nos contó que ella mide el tiempo con cronometro que pasa en las redes. (4) Probá con medir cuántos ratitos por día le dedicas. El siguiente texto debe regir el uso de nuestro tiempo: “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos” (Ef 5.15-16 – “Aprovechando bien el tiempo” —RVR 60).
II.         Cuidado al seguir a usuarios perjudiciales o banales. Otro mal uso que podemos dar es, agregar como amigos personas desconocidas o seguir innumerable usuarios perjudiciales o simplemente banales. Agregar como amigos o dejarnos que nos sigan desconocidos es peligroso. Mostrar nuestra actividad en la Red a personas que no nos conocen no está Bueno. Algunos agregan personas de otros países, totalmente desconocidos… y se hacen “amistades”. Otros pueden estar siguiendo perfiles que son perjudiciales, por los chistes que se suben, por las imágenes que se suben. Si bien estas redes censuran el contenido explicito, hay mucho contenido muy sugerente. Por ejemplo, en Instagram, que es una red o una trampa para caer en tentación, famosos y otros perfiles suben cosas muy sugerentes y malignas que nos pueden dar el pie para caer en otra cosa, existe la lista de “mejores amigos”. Estar en grupos de WP en los que recurrentemente se comparten estas cosas también es dañino.
Y también existen los perfiles banales. En sí no muestran nada malo, pero sí nos quitan el tiempo, influencian nuestro pensamiento, nos hacen concebir la vida equivocadamente. Ej. Yo sigo a algunos jugadores de Boca, distinto es a seguir a todos, a las páginas de Boca, a los periodistas, etc. Eso nos hace perder el tiempo. Podemos seguir a algunos famosos, pero estar constantemente viendo sus vidas en las historias o videos es totalmente pérdida de tiempo. Existen perfiles que muestran su vida de millonarios, en islas viviendo una vida que es totalmente distinta a la nuestra, y puede hacernos pensar que la vida pasa por ahí. O seguir perfiles con pensamientos extremistas, ya sea de derecha o de izquierda, feminista o anti-feminista, etc. Esas cosas nos influencian.
Consejos: (1) Equilibremos nuestros seguidores. (2) Sigamos perfiles que nos edifiquen, páginas o artistas o referentes cristianos. (3) Eliminemos todo desconocido y usuarios dañinos. (4) Configuremos nuestra privacidad de cuenta. (5) Bajemos al mínimo los perfiles sin sentido. “Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1 Co 11.1 - PDT) . ¿A QUIÉNES SEGUIMOS? Jesús nos dice que lo sigamos a Él y a sus cosas. “Algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana” (TLA). Y también nos dice que algo puede ser licito, como seguir a cualquier usuario, pero no todo me conviene o me favorece en mi crecimiento.
III.        No las usemos para chisme ni para discutir. En los últimos meses y años las redes se usan entre otras cosas para compartir pensamientos políticos. Hoy en día, está muy polarizada la cuestión, y es el ámbito para discusiones y peleas en las que nosotros los cristianos —yo incluido— muchas veces nos metemos. Esto la verdad no suma, resta. No edifica, genera discordia. Cualquier utilización de las redes para discutir es más perjudicial que beneficiosa. O usamos las redes para el chisme: vi algo en Facebook o Instagram, lo comparto a mis amigos por WP (obvio “para que oren”), les envío los print de pantalla, hablamos de esa persona, de sus acciones, de sus pensamientos y sus emociones… porque conocemos todo, sabemos cómo piensa y qué siente… Dice el Señor: “No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo” (Fil 2:3 - PDT).
IV.       (1) No usemos las redes para pelear, aunque sea verdaderamente tentador responder, o pensemos que tenemos la razón. (2) No usemos las redes para observar cómo otros se comportan, y después criticarlos. Siempre mirémonos a nosotros mismos antes. No mirar el palito en el ojo del otro, cuando yo tengo un cacho de tronco en el mío. (3) Seamos cuidadosos con lo que comentamos y compartimos. (4) No armemos esas conversaciones privadas sólo para criticar a otros, enviando lo que me dijo, lo que hace, etc. A menos que el sentido sea para recibir un consejo de cómo actuar, y sea a personas que nos van a ayudar en eso, no a personas que sabemos que sólo nos incentivaran a seguir hablando mal, o reaccionar mal. “En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Co 10.31). “No presumas de sabio, respeta al Señor y evita el mal” (Pr 3:7 - BLPH).
V.        No derivemos la autoestima de las redes. Dos consejos: (1) No nos creamos ingenuamente lo que otros publican, ni nos comparemos con ellos. ¿Por qué? Porque las personas publican solamente lo bueno, lo escogido de su vida. No publican lo malo y lo feo, que seguramente también tienen (como todos). Son o somos caretas. Y cuando publican lo bueno, algunas veces es fingido, o está “producido” o “mejorado” con ediciones, filtros o escenografías. ¡Mucho de lo que se publica es ficticio! Cuando creemos ingenuamente que todo lo publicado es así tal cual, e inconscientemente nos comparamos, vamos a sentirnos mal con nuestra propia vida, realidad o situación; y vamos a desear o ansiar otra cosa; y no es sabio hacer eso en base a las redes sociales. (2) No publiquemos cosas nuestras, ansiando buenas devoluciones. Casi todos nosotros, y en especial los adolescentes y los jóvenes, buscamos ser aprobados, aceptados e incluso admirados por otros, y para eso se creamos cuentas en las redes, y subimos fotos o videos, y luego revisamos ansiosos, a cada rato, para ver cuántos “seguidores” o “amigos” logramos, cuántos “likes” o “me gusta” o buenos comentarios recibimos. Si recibimos poco o malo, nos sentimos mal; si recibimos mucho y bueno, nos sentimos bien, aceptados, valiosos. O sea: a algo tan importante como el sentimiento de aceptación lo estamos derivando de una opinión irreflexiva o pasajera de gente distante, que solamente está mirando una fachada nuestra (también bastante irreal). Esa gente quizá no conoce nada más de nosotros, y no conoce nuestra situación ni carácter personal genuino. Así que, no derivemos nuestra autoestima de las redes. Para sentirnos felices y amados, necesitamos confiar en el amor eterno ya demostrado de Cristo, y si aparte también tenemos el amor de la familia y de la iglesia, muchísimo mejor. Pero no lo busques en las redes. No es más que cáscara podrida.
VI.       Las relaciones y las conversaciones personales importantes son cara a cara, no mediante las redes. Las relaciones y las conversaciones mediante las redes sociales tienen mucha probabilidad de ser insatisfactorias, malentendidas, superficiales o malas. ¿Por qué? Porque les falta el 70% de lo que constituye una buena comunicación: le falta el contacto visual completo, ver las miradas, los gestos faciales, las posiciones o movimientos físicos. Le falta el contacto auditivo nítido: captar claramente los tonos y matices de voz, las pausas, etc. Le falta el contacto físico: el saludo, la palmada, el abrazo. Le falta estar en el mismo ambiente y en la misma experiencia: tomar un café, caminar, jugar, etc. Todas estas cosas conforman más del 70% de la significación de una relación y una conversación.
No descuidemos las relaciones y las conversaciones personales importantes. Aprendamos a pasar tiempo con las personas, a conversar, a expresarnos, a leer rostros, etc. No las descuidemos.
Usemos Las redes sociales para la gloria de Dios.


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