TIEMPO DE BRILLAR



Es tiempo de brillar


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La iglesia a la que pertenezco se llama “Los Creyentes del Señor”. Somos una pequeña comunidad. Pero tenemos un corazón muy grande, por todo lo que está haciendo el Señor alrededor del mundo. El Señor nos ha dado la visión de hacer muchas cosas alrededor del mundo. Por cerca de veinte años he viajado a muchas naciones: India, Rusia, el Este de Africa; al Congo dos veces, a Sudán, y también a Argentina algunas veces. He estado varias veces, pero es la primera vez en este lugar. Hemos compartido lo que estamos haciendo en las misiones.

Ellos querían saber por qué aquí en Argentina. Aquí en Argentina, porque Dios me habló y me dio este nombre, el de Argentina para venir. Y de repente, nos encontramos acá en Mendoza. Y fue una hermosa experiencia compartir y armar un equipo acá en Argentina. Nuestra nación continúa orando por esta nación. Y espero que Uds. también estén orando por los Estados Unidos de América. Pero ahora quiero hablar de todo lo hermoso que está haciendo el Señor.

Esta tarde me senté y me puse a ver las Escrituras. Y pensé en lo que el Señor quería que compartiera con esta Congregación. Y esto tiene que ver con el Rey. Es tiempo de brillar. El pastor comenzó hablando de “resplandecer”. Y es el tiempo de la iglesia de resplandecer. Hay una luz que se encuentra en nuestro interior y el mundo necesita verla.

Muchos pueden pensar que no tengo una luz, pero les diré que todos la tenemos. Tomen sus celulares. Casi todo el mundo tiene uno. Qué increíble que es esto! Mírense entre Uds.! Esto prueba que todos tenemos una luz y que podemos hacerla brillar.

Vamos a verlo en las Escrituras, en 2da. Corintios cap. 4 y vamos a leer desde el versículo 3 al 7.

Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros (2 Corintios 4:3-7 RV1960)

No voy a explicar todo porque la misma Escritura es clara. Pero quiero enfatizar en un punto. Hay un mundo perdido ahí afuera que necesita conocer al Señor Jesús. Dice que tenemos un tesoro dentro nuestro. Lo que el Señor Jesús ha hecho por Ud. y lo que ha hecho por mí es un gran tesoro. Y Él nos está llamando para una gran oportunidad de compartir lo que Él ha hecho por nosotros.

Entendí que no es la primera vez que Uds. salen afuera, pero tampoco va a ser la última. Porque el Señor los llama a ser una comunidad que resplandezca, que brille en toda la región, que brille para la Gloria del Señor. Uds. tienen que brillar para Él. Este mundo está muy, muy oscuro. La Biblia dice que cada vez va a ser peor. Es que en este mundo aunque sea peor, nosotros tenemos que brillar más. Compartir lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas, compartir lo que Él ha hecho por nosotros; lo que ha hecho por mí, lo que ha hecho por vos. Tenemos que compartirlo con aquellos que están perdidos en la oscuridad.

En estos últimos días, el pastor Daniel nos ha mostrado dos tipos de gente que están considerando recibir al Señor. La gente está sin esperanzas, porque la oscuridad del pecado está cegando sus vidas. Es tiempo de que nos levantemos y brillemos. Es tiempo de que la Iglesia brille.  

Levántate,  resplandece;  porque ha venido tu luz,  y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra,  y oscuridad las naciones;  mas sobre ti amanecerá Jehová,  y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz,  y los reyes al resplandor de tu nacimiento. (Isaías 60:1-3 RV60)

Es tiempo de que nos levantemos y brillemos porque la Gloria del Señor tiene que resplandecer. El sol brilla sobre la tierra. Refleja su poder sobre todas las cosas que podemos ver. Y Dios llama hoy a la Iglesia para que refleje todo lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Estos versos dicen que el poder de Dios está en nosotros y todos van a ver su luz. Es tiempo de que otras personas vean esta luz. Es tiempo de que salgamos de estas paredes. No sé si es algo de la cultura, o de seguridad, pero algo que hemos observado nosotros, es que todo acá en la Argentina, está detrás de las paredes. TODO. La casa, la Iglesia, los negocios, pero debe haber alguien a quien seguramente le gusta construir paredes. Muchas de nuestras iglesias en América no tenemos paredes. Mi casa no tiene paredes alrededor. Tampoco hay rejas. Tampoco tienen rejas en las ventanas. Parece que no hay ladrones. Pero entiendo que es una cuestión de seguridad.

Pero muchas veces construimos paredes alrededor nuestro. Como cristianos, creamos estas paredes alrededor nuestro. No permitimos que la gente entre porque estamos muy encerrados. Y a veces no compartimos nuestros pensamientos con los demás. Lo vi en muchos de los testimonios. Que fueron a hospitales cuando salieron a la calle y la gente eran capaces de recibirlos. Nuestro problema es ese: las paredes. Tenemos todo en grupos. Un grupo para esto, un grupo para lo otro y ningún grupo quiere salir de esas paredes. Pero les digo que tenemos que salir y brillar; y brillar sobre este mundo que nos separa. Que nos separa de distintos barrios, de distintas ciudades. Porque Dios ama a todo el mundo y El quiere que compartamos nuestro mensaje. Dios ha comenzado a hacer un gran trabajo en esta Iglesia.

Por qué voy a compartir este mensaje, si ya lo están haciendo? Quiero poner de relieve algo de lo que Dios está haciendo en nuestros corazones. La primera vez que vine a Mendoza, con un pastor hace tiempo, y ya no recuerdo su nombre. Esa noche, pregunté a dónde íbamos a ir, ¿a la Ciudad? ¿A la plaza central y vamos a tocar la guitarra, a cantar? ¿Vas a predicar y le vamos a hablar a la gente? “Tenía una pared”, porque nunca había hecho eso. Y los dos hermanos que venían con él dijeron: “No vamos a hacer eso”. Y el Señor a veces arregla las cosas para hacer cosas que nosotros a veces no queremos hacer. Pero le dijimos al pastor: “Sí vamos a ir”. Y fuimos a la plaza central y al otro día volvimos a ese lugar que habíamos visitado y cantamos. Y la gente comenzó a acercarse en pequeños grupos. Este es el momento para que prediques. Y prediqué el Evangelio del Señor, muy simple muy cortito, e hice una invitación para que vinieran al Señor. Pero nadie aceptó.

Pero había gente alrededor que habló con nosotros y compartimos el Evangelio uno por uno. Preguntamos algo por lo que podíamos orar por ellos y por cerca de treinta minutos oramos y hablamos con esas personas. Comenzamos a hacer brillar esa luz y eso cambió nuestras vidas para siempre.

Dios ha bendecido las calles de México muchas veces y ahora en México hacen muchas campañas en las calles. Ahora cada vez que vamos a México organizamos este tipo de eventos, cantamos… y si van a México, tienen que probar los tacos! Y en ese lugar, ellos tocan música, cantan, comen tacos, comparten el Evangelio del Señor y la gente escucha el Evangelio. Él entonces ahora se siente más cómodo cuando sale a las calles. Porque ahora creo que el Señor está en estas reuniones.

El Señor se sentó en un barco a hablar con las multitudes, también se sentó en un monte a hablarle a todas las gentes. El Señor no tenía ninguna pared que lo separara de la gente. Es tiempo de que nosotros brillemos. Es tiempo de que nosotros derribemos las paredes. Y no estoy hablando de estructuras. Hablo de las paredes que nos separan de las personas. Hablo de esas paredes que nos hacen sentir incómodos de hablar con la gente. Porque nosotros tenemos un tesoro dentro nuestro. Le podemos decir a la gente de lo que Él ha hecho por nosotros, lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas. Ellos están perdidos, están heridos, ellos necesitan de lo que Uds. tienen. Uds. ya han comenzado esta experiencia de lo que Él quiere que hagamos. Y no creo que sea solamente en el Día de la Independencia. Los veo a Uds. también en la primavera, también en el verano, porque Dios está en esto y Él quiere que derribemos las paredes, que nos abramos. Esas cosas que están cubiertas… las paredes no son del Señor.

Las paredes son del racismo, tenemos iglesias “blancas”, iglesias “negras”, iglesias de españoles, de católicos, pero todas tienen paredes. Pero Él quiere que las derribemos. Las blancas, las negras, las argentinas, las bolivianas; todos los grupos podemos adorar juntos. Derribemos esas paredes, alcancemos al otro. Uds. pueden ser sorprendidos de lo que Él puede hacer.

Mateo 5: 14 al 16 habla de cómo nuestras vidas tienen que brillar.

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16 RV60)

El verso 16 es uno de mis favoritos del Nuevo Testamento. Dejen que sus vidas brillen delante de los hombres y que vean sus buenas obras y le den Gloria a Dios.

Aleluya! Es tiempo de que la Iglesia brille. Nosotros necesitamos brillar para que la gente encuentre esperanza, para que encuentre sanidad, para que encuentre libertad.

En Isaías, Él hace una pregunta: ¿Quién irá por mí?
Y les hago esta pregunta ahora en el Nombre del Señor: ¿Quién es el que irá por mí?

Isaías dijo: Heme aquí Señor, envíame a mí. Todos tenemos una luz, no es la del celular. Es la que tenemos acá adentro. Y necesita brillar en este mundo herido y decirles a todos el Evangelio del Señor Jesucristo. Díganles lo que Él ha hecho en sus vidas. Que hay una vida eterna. Para que se arrepientan de sus pecados. Para que lo sitúen en la roca eterna.

Aquí estoy Señor. Envíame a mí.

Estoy muy contento por Uds. Porque creo que el Señor va a hacer algo impresionante con Uds. Uds. van a ser sorprendidos. Van a contar más y más testimonios, de lo que Uds. han hecho, porque Uds. van a brillar. Todo lo que hacemos lo hacemos para la Gloria de Dios. Vamos a alabarle a Él, vamos a orar,  vamos a darle honor por todo lo que Él ha hecho. 

Imagen: pixabay.com

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