Ciclo: El Evangelio de Dios. El buen propósito de Dios para nosotros


Serie: El Evangelio de Dios
El buen propósito de Dios para nosotros
Mensaje compartido por el Pastor Diego Brizzio el 20/05/2018
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”
España 155 Godoy Cruz Mendoza Argentina
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Los psicólogos afirman que la mayoría de las personas que terminan en adicciones, conductas depresivas, inclusive en el suicidio, es porque no encuentran un propósito por el cual vivir. Por ello es muy importante que el ser humano conozca para qué vive, para qué existe.

La primera verdad sobresaliente del Evangelio de Dios: Sólo quien vive en este propósito para el cual Dios diseñó al ser humano, encuentra profunda y permanente satisfacción. El resto, vive en inquietud hasta el día de su muerte.

I.                    CUÁL ES ESE BUEN PROPÓSITO

Una cosa he demandado al SEÑOR, ésta buscaré; que esté yo en la Casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para inquirir en su templo. (Salmos 27:4 RV2000)

“para CONTEMPLAR la hermosura del Señor y para recrearme en su templo”  dice otra versión.

…mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas (…) me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. (Salmos 16:9 y 11b NVI)

Te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu amor es mejor que la vida; (…) Mi alma quedará satisfecha como de un suculento banquete (Salmos 63:2; 3a; 5a NVI)

1.       Que lo CONTEMPLEMOS

Los salmistas hablan de contemplar la hermosura del Señor.  De estar en su presencia.  De ver su Gloria. Los salmistas se referían a PERCIBIR CON EL SER INTERIOR los rasgos del carácter de Dios mismo. La forma de ser de Dios. Las características morales de Dios. Por ejemplo SU:

·         Compasión
·         Paciencia
·         Perdón
·         Amor
·         Fidelidad
·         Veracidad
·         Pureza
·         Justicia
·         Poder

Esa es la Gloria de Dios. Cuando Él habla de “verla”, se refiere a leer en su Palabra lo que la Biblia dice acerca del carácter de Dios y CREERLO. Experimentar una profunda certeza acerca de lo que he leído o escuchado del carácter de Dios. VIVENCIAR una profunda convicción de  que lo leído es CIERTO, es REALIDAD! Eso es CONTEMPLAR LA GLORIA DE DIOS. Y por ahí empieza EL BUEN PROPÓSITO DE DIOS PARA CON NOSOTROS LOS SERES HUMANOS.

2.       Que nos GOCEMOS en Él

 Los salmistas, inmediatamente después de hablar de CONTEMPLAR  a Dios, hablan de DICHA ETERNA, de alegría plena, de REGOCIJO. ¿Por qué? Porque nadie puede contemplar el carácter de Dios, la forma admirable de ser de Dios, SIN QUE SUS EMOCIONES SE ACTIVEN. Cuando nuestras emociones no se activan cuando estamos leyendo algo acerca de Dios, es porque en realidad, NO LE ESTAMOS CREYENDO. Siempre que hay una genuina contemplación del ser del Señor, las emociones se activan. Nadie puede contemplar tanta belleza en un ser sin sentir algo al respecto. Sentir por ejemplo:

·         Gozo
·         Profunda paz
·         Profunda libertad
·         Denuedo
·         Aliento
·         Ánimo

Y esto es parte del propósito de Dios para con nosotros. Que lo CONTEMPLEMOS, que nos GOCEMOS en Él.

3.       Que lo ALABEMOS

Inmediatamente los salmistas, después de hablar de la contemplación, de las emociones, al ver al Señor, hablan también de ALABANZA, de EXALTACIÓN, de BENDICIÓN a DIOS.  ¿Por qué? Porque nadie puede ver a Dios y gozarse en Dios, y todavía permanecer inexpresivo. Siempre que hay una emoción al ver algo admirable, tiene que haber algún tipo de expresión. Por eso los salmistas hablan de ALABANZA, de EXALTACIÓN. Al menos, alguna especie de expresión en el rostro, alguna postura física, alguna expresión de ser de Dios. Canción, contar a otros lo que estamos sintiendo, lo que hemos vivido, lo que ha hecho.

El buen propósito de Dios para con nosotros desde siempre, ha sido: que lo CONTEMPLEMOS, que nos GOCEMOS en Él, y que lo ALABEMOS.

4.       Que lo REFLEJEMOS

 Inmediatamente, los salmistas, después de hablar de la CONTEMPLACIÓN, del GOZO, y la ALABANZA, hablan también de una CONDUCTA. ¿Por qué? Porque siempre que contemplamos a Dios, nos gozamos en Él y lo alabamos, QUEREMOS SER COMO ÉL. El que contempla a Dios y se goza en Él, automáticamente va a querer SER COMO ÉL. ¿Han visto los “ídolos” populares de nuestra cultura? Un gran futbolista, una modelo, un actor; alguien que tenga alguna habilidad especial, se vuelve “ídolo”. ¿Por qué se vuelve “ídolo”? Porque todos lo admiran. ¿Y qué pasa inmediatamente cuando se “admira” a alguien? Se lo quiere imitar.

Con Dios pasa lo mismo. Cuando se contempla a Dios, cuando uno se goza en Él, cuando uno lo alaba a Él, inmediatamente quiere IMITARLO.  Empezamos a querer tener los mismos sentimientos de Dios, los mismos pensamientos de Dios, las mismas conductas de Dios. ¿Saben por qué algunas veces no queremos imitar a Dios y ni se nos cruza por la cabeza? PORQUE NO EXISTIÓ TODO EL PROCESO ANTERIOR. Si hubiera estado este proceso, automáticamente se produciría el querer ser un reflejo del Señor.

¿Para qué propósito estás viviendo? Cada día que te levantas… ¿para qué vas a empezar a vivir el  resto de tu vida? ¿Cuál es el propósito prioritario detrás del cual te movés y vivís? ¿Para mantener a tu familia? ¿Para mantener las relaciones? ¿Para hacer plata? ¿Para tener fama? ¿Para adquirir poder?

El propósito para el cual Dios nos ha hecho, es que lo CONTEMPLEMOS, que lo conozcamos personalmente; que nos GOCEMOS en Él, que lo ALABEMOS y lo REFLEJEMOS durante toda la vida. Ese es el único propósito que si te proponés vivirlo y hacerlo realidad,  te va a satisfacer profunda y permanentemente. De lo contrario, vas a estar siempre inquieto hasta el día de tu muerte. Pongámonos ese propósito en el corazón y pidámosle a Dios que nos ayude a retenerlo.

II.                  ¿CÓMO SE VIVE ESE BUEN PROPÓSITO?

(el Diablo) …cegó el entendimiento de los incrédulos,  para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo,  el cual es la imagen de Dios (…) el que resplandeció en nuestros corazones,  para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. (2 Corintios 4:4 y 6b RV60)

(…) mirando (…) la gloria del Señor,  somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, (…) del Señor. (2 Corintios 3:18 RV60)

Estos versículos nos dicen cómo se vive ese buen propósito del que acabamos de escuchar en la primera parte. ¿Cómo se vive ese buen propósito?

1.       Contemplando a Cristo

La Gloria de Dios en la persona de Cristo. Si hoy en día queremos contemplar la Gloria de Dios, ¿a dónde tenemos que ir? A la persona de Cristo. Porque toda la Gloria de Dios está en la persona de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Todos los rasgos de Dios el Padre, su amor, su paciencia, su justicia, su poder, su admirable carácter; los encontramos en el mismo Hijo de Dios. ¿Y dónde lo encontramos a Cristo? Hay un Centro Glorioso, un Núcleo de máxima densidad donde podemos encontrar a Cristo. En los Evangelios. Pablo lo dice: “el evangelio de la Gloria de Cristo” (II Corintios 4:4). El “evangelio” es un mensaje acerca del Cristo glorioso. En el evangelio encontramos a Cristo con todos sus maravillosos rasgos de carácter. Con todo su amor, con toda su paciencia, con toda su justicia, con todo su poder; está en el mensaje del Evangelio. ¿Queremos encontrar a Dios? Tenemos que ir a Cristo. ¿Queremos encontrar a Cristo?

2.       ¿Dónde? En el Evangelio

Tenemos que ir al mensaje del Evangelio. ¿Y cuál es el mensaje del Evangelio?

·         Que el Hijo de Dios se hizo hombre
·         Que por amor se entregó a sí mismo por nosotros en la muerte. Que al morir estaba cumpliendo la SENTENCIA JUSTA que pesaba contra vos y contra mí por nuestro pecado y nuestra ofensa
·         Que al tercer día resucitó de entre los muertos
·         Que ascendió a los cielos
·         Y que hoy es el ÚNICO que puede perdonar TODOS nuestros pecados

En ese mensaje está la Gloria de Cristo, lo admirable de Cristo. Si hemos perdido de vista lo Admirable de Cristo, es porque no hemos ido al Evangelio para contemplarlo. Y si no hemos ido al Evangelio para contemplarlo, no podemos ver a Dios tampoco. Desconocemos a Dios.

3.       ¿Cómo podemos contemplar a Cristo en el Evangelio?

 Dice: “Dios resplandeció en nuestros corazones,  para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios” (II Corintios 4:6). Nuestro corazón está arruinado. Nuestro sentido de la percepción espiritual está muerto. No podemos percibir a Dios naturalmente. ¿Sabe lo que necesitamos? Que Dios resplandezca en nuestros corazones. Que ilumine nuestro ser interior. Que active nuestro sentido de la percepción espiritual. La Biblia llama a esto “Que lo regenere”. Que nos haga nuevo el sentido de la percepción espiritual. Que te abra los ojos de la fe para creer el Evangelio de Cristo. Necesitamos una intervención sobrenatural de Dios por el Espíritu Santo que nos regenere, que nos abra el sentido de la percepción espiritual para poder ver en el Evangelio a Cristo, y en Cristo, a Dios. Y tras ver a Dios, que nos gocemos, que lo alabemos, que lo reflejemos. Necesitamos un resplandor de Dios.

¿Cuándo fue la última vez que buscando en la Biblia dijiste “Señor, ilumina mi sentido de la percepción espiritual porque estoy ciego”.

4.       ¿Cuántas veces? Habitualmente

Dice: “(…) mirando (…) la gloria del Señor,  somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, (…) del Señor.” (2 Corintios 3:18 RV60. La primera vez que vimos a Dios en Cristo en el Evangelio, fue durante la Conversión. Cuando por primera vez creemos en que Cristo es nuestro Salvador, y experimentamos el perdón de los pecados, eso se llama Conversión, Regeneración. Pero no es la única vez. Tenemos que seguir viéndolo, tenemos que seguir yendo al núcleo resplandesciente de la revelación de Dios que es el Evangelio de Cristo. El Evangelio es algo que se tiene que refrescar permanentemente. Tenemos que seguir yendo al Evangelio permanentemente, habitualmente, para que el Señor resplandezca en nuestro corazón, que podamos creer, conocer a Dios, gozarnos en Él y alabarle.

Es hora de que el Evangelio de Dios vuelva a brillar en nosotros. Es hora de que refresquemos sus verdades. Y hoy hemos visto una de las verdades fundamentales del Evangelio de Cristo: EL BUEN PROPÓSITO FE DIOS PARA CON NOSOTROS.

¿Cuál fue la intención original que Dios tenía en su corazón con vos al crearte? De que lo CONOCIERAS, lo VIERAS, lo CREYERAS, y luego, que te GOZARAS en Él; que sintieras fuertes emociones a raíz de eso que has visto! Y que luego, lo ALABARAS, lo RECOMENDARAS, lo TESTIFICARAS, y que lo REFLEJARAS en el mundo. Que VIVIERAS de acuerdo a lo que conocés de Dios. Que sintieras lo mismo, que pensaras lo mismo, que te comportaras lo mismo; ese fue el buen propósito de Dios y ES EL BUEN PROPÓCITO DE DIOS para vos.

¿Dónde estás queriendo encontrar satisfacción? ¿Buscando fama en las redes sociales, amigos, pensando que vas a encontrar un propósito para vivir? VAS A ENCONTRAR PLENA SATISFACCIÓN PARA TU VIDA VIVIENDO EL PROPÓSITO BUENO PARA EL QUE DIOS TE PENSÓ.

Tenemos que buscar a Dios. Decirle: “Necesito tu iluminación”.

Hoy quiero decirte: PODÉS VER A DIOS. PODÉS CONOCER A DIOS. PODÉS GOZARTE EN ÉL. PODÉS ALABARLO A ÉL. PODÉS REFLEJARLO A ÉL; si vas a Cristo y creés en el Evangelio.

El Hijo de Dios se hizo hombre
Murió por amor por todos nosotros en la cruz
Y cuando moría en la cruz estaba cumpliendo la justa sentencia de Dios por nosotros por haber pecado. Por amor Cristo dijo: “Yo pago su sentencia, Padre, yo muero en su lugar.” Y murió en tu lugar en la cruz, en el lugar de todos nosotros.

¿Creés esto? ¿Creés que por la muerte de Cristo en la cruz en tu lugar, hoy es tu ÚNICO, SUFICIENTE, SALVADOR, el único que te perdona de todos los pecados? NO HAY OTRO SALVADOR, no busques en otro lado. CRISTO ES EL ÚNICO QUE MURIÓ EN LA CRUZ POR VOS.

¿CREÉS QUE JESUCRISTO ES EL ÚNICO SALVADOR Y LE PEDIRÁS PERDÓN POR TUS PECADOS?
POR PRIMERA VEZ, ¿PODRÁS VER A CRISTO COMO EL AMANTE, EL PERDONADOR, COMO EL JUSTO QUE MUERE EN NUESTRO LUGAR?

Imagen: https://pixabay.com

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