Ha resucitado, como dijo!
Ha resucitado,
como dijo!
Síntesis del mensaje compartido por Joaquín Ravanelli el
01/04/2018
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”
España 155 – Godoy Cruz –
Mendoza – Argentina
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Hoy es un domingo muy especial, en el cual recordamos
cómo Cristo resucitó. Había transcurrido sólo una semana. Una semana que
comenzó con Jesús entrando en Jerusalén en medio de una ovación “Hosanna!, Hosanna, bendito el que viene en
el nombre del Señor!” (Mateo 21:9).
Pasaron los días, lo entregaron, lo apresaron, lo evaluaron y finalmente
lo mataron. Todo esto en sólo una
semana.
Vemos en la Biblia
cómo Dios nos va revelando su propósito. Todo esto no fue por casualidad en el
tiempo de Pascua. Estaba establecido que así tenía que ser. Me recuerda al
pueblo de Israel cuando fue rescatado de la tierra de Egipto. Había una señal
muy especial que era la sangre de un cordero. Un cordero que había sido
apartado, evaluado, revisado y luego sacrificado. Su sangre se usó para que
hubiera señal en la casa de esas personas y fuesen salvadas. Cuando los judíos
se disponían a recordar ese momento, es cuando Jesús entró en la tierra de
Jerusalén. Jesucristo fue probado e inmolado igual que el cordero. Jesucristo
fue el cordero y el sacrificio perfecto.
Esto ocurrió hace dos mil años y todavía nosotros lo
seguimos llamando domingo de resurrección. Ese día se dijo algo: “Aleluya! Ha
resucitado como dijo!” El cuadro de una tumba vacía. No es normal enterrar a
alguien y luego resucita.
El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían
preparado, y algunas otras mujeres con
ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Aconteció que estando ellas perplejas por esto,
he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras
resplandecientes; y como tuvieron temor,
y bajaron el rostro a tierra, les
dijeron: ¿Por qué buscáis entre los
muertos al que vive? No está aquí, sino
que ha resucitado. Acordaos de lo que os
habló, cuando aún estaba en Galilea,
diciendo: Es necesario que el Hijo del
Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. Entonces ellas se
acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los
once, y a todos los demás. Eran María
Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.
Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. Pero levantándose
Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que
había sucedido. (Lucas
24:1-12 RV60)
¿Por
qué se maravilló Pedro? ¿Por qué le parecía locura las palabras de ellas? ¿Acaso
Jesús no lo había anunciado en varias oportunidades?
Jesús anuncia su muerte en cuatro oportunidades:
Mateo
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Marcos
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Lucas
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Juan
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Primer anuncio:
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16:21
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8:31
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9:22
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Segundo anuncio:
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17:22-23
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9:32-32
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9:44-45
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Tercer anuncio:
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20:17-19
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10:32-34
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18:31-34
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Cuarto anuncio:
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12:27-36
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“El Cristo permanece para siempre” (Juan
12:34) había oído la gente que dice la Ley, y Él estaba diciéndoles que iba a
morir. No podían entender. Nosotros
comenzamos a leer Lucas y decía algo así como que a ellos les parecía locura
las palabras de las mujeres y no las creían.
De
todas las promesas que Jesús te ha hecho a vos, ¿cuál es la que no creés?
Cuán diferente hubiera sido que todos los discípulos en
vez de estar escondidos en una habitación temerosos, haber creído a Jesucristo.
En vez de ir a la tumba a ungir un cuerpo, ir a esperar su resurrección. Les
dijo tantas cosas, y todas se cumplieron…
Pedro mismo le dijo: “Tú eres el
Cristo, el hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16). Justamente él fue el que
se maravilló y el que tendría que haber estado ese domingo esperando a Cristo
resucitar. Jesús se los había dicho varias veces… a ver si te entra en la
cabeza! No estuvo ni uno. ¿Y vos, qué es lo que no creés? Me recuerda algunas
de las promesas que hizo Jesús:
Mateo 5:3-10
1. Bienaventurados
los pobres en espíritu, porque de ellos
es el reino de los cielos.
2. Bienaventurados
los que lloran, porque ellos recibirán
consolación.
3. Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la
tierra por heredad.
4. Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
5. Bienaventurados
los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia.
6. Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos
verán a Dios.
7. Bienaventurados
los pacificadores, porque ellos serán
llamados hijos de Dios.
8. Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Jesucristo nos prometió algo maravilloso:
Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Juan 11:25 RV60)
¿Lo crees?
¿Creemos realmente que Jesucristo es la resurrección y la
vida y que en el día de la resurrección Él va a ser mi abogado?
¿Por qué era
necesario que Jesucristo pasara por todo esto?
Vayamos al principio de todo. Cuando el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo estaban en absoluta armonía y deciden crear al hombre para
que comparta esa presencia, para que viva con ellos. Y Jesucristo estaba ahí.
Esto no lo tomó por sorpresa a Jesús. No es que justo se fueron dando las cosas
para que al final lo crucificaran. Antes de la fundación del mundo Él ya sabía
que iba a terminar en la cruz, porque sabía que el hombre iba a pecar.
1. El
hombre fue creado perfecto y sin pecado (Génesis 1:27-31). En esta tierra, hay tres seres humanos que caminaron sin pecado: Adán,
Eva y Jesús. Pero Adán y Eva pecaron, Jesucristo nunca. A imagen de Dios
los creó. Perfectos. No es que falló la creación.
2. El
hombre decidió pecar contra Dios (Génesis 2:16-17; 3:4-6). ¿Cuándo me doy
cuenta de que alguien me ama? Cuando tiene la opción de no hacerlo. Dios no
creó robots. Creó seres que por decisión propia, que con libre albedrío
dijeran: “yo elijo amar a Dios”. Y si
yo elijo amar a Dios, también puedo elegir no hacerlo.
3. Rechaza
a Dios y se esconde de su presencia (Génesis 3:8; Romanos 3:28). Cuando Dios
buscó al hombre en el huerto estaba escondido. “Estamos desnudos”. Dios podría haber desechado al hombre. Hacemos
nuevos, éste está roto. Pero Dios es un Dios que restaura, es un Dios de
oportunidades, es un Dios que respeta tu vida, tu corazón y tus elecciones.
Pero el hombre al estar en pecado rechaza a Dios. Pero por otro lado, Dios no
puede estar en la presencia del pecado. ¡Qué problema!
por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios, (Romanos
3:23 RV60)
Dios tenía un plan. Quiso crear al hombre para vivir con
él, para estar con él, para que goce de la presencia de Dios, y el pecado
ahora, parece destruirlo todo. Ahora el pecado separa al hombre de Dios. ¿Por qué era necesario, entonces, que
Jesucristo fuera el sacrificio perfecto? Porque si no, esa relación no se podía
restaurar. Hay un abismo entre Dios y el hombre, y eso nos incluye a todos.
Pero hay una solución y Gloria a Dios por eso! Gloria a Dios, porque ha resucitado, como dijo!
Hagamos al hombre, dijo Dios, y yo me voy a sacrificar
por él, porque lo amo, dijo Jesús el Hijo.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16 RV60)
Nos encontramos entonces, con el cuadro de la perfección
de la Obra de Cristo:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en
él antes de la fundación del mundo, para
que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con
la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su
sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia, (Efesios
1:3-7 RV60)
Mis pecados: “Yo me hice cargo” dice el Señor. De
todas las religiones, Mahoma, Buda, las tumbas están con los huesos de ellos. Nosotros
tenemos una tumba vacía y ese Jesucristo hoy quiere entrar en tu corazón,
quiere salvarte. La única manera en que seas acepto ante Dios es por medio de
Jesucristo. No hay otra forma de sortear ese abismo que hay ante Dios, de ser
aceptos ante Dios si no es mediante la sangre de Jesucristo. Cada gota de su
sangre tiene el nombre de uno de nosotros.
Jesús decide ser el sacrificio
perfecto. Morir y resucitar para Salvación de todos los hombres.
El siguiente día vio Juan a Jesús
que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Juan 1:29 RV60)
Juan estaba bautizando. ¿Cómo se dio cuenta?
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6 RV60)
Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:16 RV60)
“OPORTUNO
SOCORRO”. Ese día, cuando te enfrentes con la muerte ¿Quién va a socorrerte?
¿Crees
en Cristo para tu Salvación?
Tantas veces escuchamos y
vivimos en un país en el que se predica el Evangelio, no vaya a ser cosa que
nos pase como ese domingo de resurrección, que estaban todos escondidos en vez
de estar esperando a Jesús al amanecer. La Biblia no dice otra cosa que lo que
somos los seres humanos y nos cuesta creer. ¿Cuántas veces se los dijo? Y
cuando las mujeres se lo dijeron, les pareció locura.
Jesucristo hoy puede salvar tu
vida si hoy entregás tu vida a Él de corazón. El día de mañana cuando llegue tu
hora, no vas a estar escondido en una habitación, sino que vas a estar detrás
de la piedra diciendo “ya llegó mi hora,
mi Jesucristo va a venir para ser mi abogado ante Satanás que me va a acusar”.
Te va a acusar y te va a decir absolutamente todas las cosas que hiciste mal,
pero Jesús va a salir de esa piedra y va a decir: “es verdad, él hizo todo eso, pero yo en esa cruz pagué por él”. Y
pagó por vos y por mí. Yo quiero estar cubierto, quiero ser salvo.
¿Vos querés ser salvo? ¿Crees
que su muerte en la cruz puede salvarte de tus pecados? ¿Crees que Jesús
resucitó de los muertos?
Esta mañana veía cómo se
hacían regalos entre la gente. Regalos de chocolate. Hoy Dios tiene un regalo
para vos. Un regalo precioso, único, que es la SALVACIÓN.
que si confesares con tu boca que Jesús
es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:9-10 RV60)
¿Quieres hoy recibir a Cristo?
¿Has estado en tu corazón separado de Cristo y hoy quieres reconciliarte con
Él?
¿Has tenido algo que no has creído
de Jesucristo, has estado orando durante años y no has sentido respuesta?
Imagen: https://pixabay.com cross-2043874
( * ): Audio de este mensaje. Es una grabación con sonido ambiental. Rogamos tenga a bien perdonar las numerosas interferencias ajenas a nuestro dominio, que distraen y/o no permiten escuchar el mensaje como es debido. Aún así consideramos que de todos modos valía la pena publicarlo.
Gracias querido Luis. Excelente resumen!
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