EL SACERDOCIO DEL CREYENTE


Síntesis del mensaje compartido por Daniel Villamarín el 18/03/2018
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”
España 155 Godoy Cruz Mendoza Argentina
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Acceda al audio de este mensaje desde AQUÍ

Acercándoos a él,  piedra viva,  desechada ciertamente por los hombres,  mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también,  como piedras vivas,  sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo,  para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Mas vosotros sois linaje escogido,  real sacerdocio,  nación santa,  pueblo adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo,  pero que ahora sois pueblo de Dios;  que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia,  pero ahora habéis alcanzado misericordia. (1 Pedro 2:4-5; 9-10 RV60)

El sacerdocio primero estuvo limitado a una familia, la de Aarón, luego a una nación, el pueblo de Israel, como vemos en Exodo cap. 19. Les habla de la salvación, pero si me obedecen, van a ser un reino de sacerdotes. Pasa el tiempo y el pueblo se establece en la tierra prometida, pero el sacerdocio sigue siendo exclusivo de esa nación y de esa familia, Aarón y sus hijos (Exodo cap. 28). Tenían el privilegio y la gran responsabilidad de ministrar e interceder por el pueblo, primero en el Tabernáculo, más tarde esto sería en el templo.

Todo lo que vemos en estos pasajes de la Biblia era figura de todo lo que iba a venir después en la persona de Jesucristo. Todo, desde la vestimenta de los sacerdotes hasta los sacrificios, todo apuntaba a lo que Cristo iba a hacer por nosotros.

Porque la ley,  teniendo la sombra de los bienes venideros,  no la imagen misma de las cosas,  nunca puede,  por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año,  hacer perfectos a los que se acercan.
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios,  que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo,  habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados,  se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. (Hebreos 10:1; 11-14 RV60)

No había sacrificio que pudiera terminar con la autoridad del pecado. Si Ud. ha creído en Jesús, está perfecto delante de Dios. Esto no es porque séamos mejores que nadie, sino por la fe Él nos justifica, Él nos hace estar perfectos delante de Dios. Con la obra de Jesucristo consumada, termina el sacerdocio aarónico y comienza el de Jesucristo.

Pues donde hay remisión de éstos,  no hay más ofrenda por el pecado. (Hebreos 10:18 RV60)

Él intercede por nosotros delante del Padre y nosotros tenemos el privilegio y la gran responsabilidad de ser ministradores de ese sacerdocio. Es hora de ver con sinceridad si estamos viviendo en ese olor fragante. Cuando el Sacerdote de la antigüedad encendía el incensario se desprendía un olor grato en la presencia de Dios. También encontramos sacerdotes que no cumplieron con lo que se les había mandado, pero de eso no hablaremos en esta oportunidad.

vosotros también,  como piedras vivas,  sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo,  para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:5 RV60)

Todo lo que podamos ofrecer a Dios es por medio de Jesucristo. Él nos pide sacrificios. ¿Qué sacrificios? Sacrificios espirituales. Veo al menos tres de ellos en las Escrituras:

1.       El sacrificio del cuerpo

Así que,  hermanos,  os ruego por las misericordias de Dios,  que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,  santo,  agradable a Dios,  que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo,  sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,  para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,  agradable y perfecta. (Romanos 12:1-2 RV60)

¿Cómo me ven aquellos que no son del Señor? ¿Qué hago con mi vida cotidiana? Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Cuidado dónde vamos y qué hacemos con este cuerpo que es templo del Espíritu de Dios. Especialmente los jóvenes. La vestimenta. He visto cosas que pasan en sitios donde supuestamente se adora a Dios. El cuerpo debe ser ofrecido en olor fragante. Le hemos costado la vida a Nuestro Señor Jesucristo. Cuidado con ofrecer fuego extraño.

No reine,  pues,  el pecado en vuestro cuerpo mortal,  de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,  sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos,  y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. (Romanos 6:12-13 RV60)

Este pasaje no les habla a los inconversos. Nos está hablando a vos y a mí, a la Iglesia le habla. Este es el sacrificio que Dios quiere que presentemos. En el Tabernáculo ministraba el sacerdote y entraba en un lugar santo. De la misma manera debe ser en nuestra vida.

2.       El sacrificio de la Alabanza

Así que,  ofrezcamos siempre a Dios,  por medio de él,  sacrificio de alabanza,  es decir,  fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis;  porque de tales sacrificios se agrada Dios. (Hebreos 13:15-16 RV60)
Alabanzas, gratitud, adoración. Expresar en palabras lo que el Señor ha hecho en mi corazón. La Alabanza que Dios quiere como sacrificio, es que le alabemos sea lo que sea lo que tengamos que pasar. Hay gente que pasa hambre, con salud quebrantada, con muchos problemas. La Alabanza que Dios demanda no se trata de una alabanza dominguera, sino de una alabanza continua sean cuales sean las circunstancias.

Pablo y su compañero de misiones Silas, son un ejemplo de esto. En Hechos cap. 16 los encontramos azotados y encarcelados en las peores condiciones, a la medianoche ofreciendo alabanzas a pesar de las circunstancias.

¿Qué hubiera hecho yo? En las peores circunstancias, mi Señor es mi consolador, mi proveedor, mi TODO. Una actitud de gratitud a su Nombre, a su Gloria, a su Salvación. Las oraciones de muchos creyentes, son “te pido…, te pido… te pido…” pero muy poca o nula gratitud. Sacrificio de alabanzas es lo que Dios demanda, nos ha dado un lugar en los cielos. Aquí estamos de paso. Si hoy mis ojos se cierran, sé que se abrirán más allá en el otro Reino.

3.       El sacrificio de la ayuda mutua.

  Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis;  porque de tales sacrificios se agrada Dios. (Hebreos 13:16 RV60)

¿Somos generosos con las ofrendas? ¿Es un sacrificio que agrada al Señor o es un peso?

Sin embargo,  bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros,  oh filipenses,  que al principio de la predicación del evangelio,  cuando partí de Macedonia,  ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir,  sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque dádivas,  sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido,  y tengo abundancia;  estoy lleno,  habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis;  olor fragante,  sacrificio acepto,  agradable a Dios. (Filipenses 4:14-18 RV60)

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13 RV60)

Honra a Jesús con tus bienes. TODO lo que tienes viene de Él. Debemos ser generosos en cuanto a las ofrendas. Respecto de los misioneros que a menodo nos enteramos que pasan necesidades. ¿Qué estamos haciendo?

Ayuda mutua: ¿Nos estamos ocupando y preocupando si el hermano pasa por necesidades? Una actitud de desprenderse de las cosas para dar gloria de Dios. No somos salvos por obras, nos salvó PARA buenas obras, que no es lo mismo, es decir con un propósito.

En Lucas cap. 10 encontramos a un samaritano que encuentra una persona herida. Había sido asaltada, herida, tirada en el camino. Los religiosos pasaron lejos de él para no ensuciarse. El samaritano lo ayudó, curó sus heridas y cuando se pudo poner en pie lo llevó a un lugar donde pudiera ser atendido. Cuando debió partir, no lo abandonó, sino que le dijo al dueño de la posada que pusiera los gastos a su cuenta para que no le faltara nada.

El Señor demanda que hagamos esta clase de obras sin clasificar a las personas. El Señor no clasificó a las personas. Lo hizo por vos, lo hizo por mí. Nos hizo Hijos, y nos vistió como sacerdotes para ofrecer sacrificios espirituales (v.9) que anuncien las virtudes de Cristo. Para bendecir y poder llegar a otros con una mensaje de salvación. Nos ha sido dado el privilegio, bendición y responsabilidad de anunciar la cruz de Cristo, el amor de Cristo a aquél que está perdido. ¿Cómo estamos con eso?

El sacrificio no es algo que nos ponemos y quitamos el día domingo. El sacrificio que Dios demanda es continuo y de todos los días. Tal vez hemos manchado las vestiduras de nuestro sacerdocio. Problemas, conflictos, pecados. Antes de ofrecer tu sacrificio, confesá tus pecados (I Juan 1:9), así nuestros sacrificios sean agradables delante de Dios.

Así que,  hermanos,  teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,  esto es,  de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero,  en plena certidumbre de fe,  purificados los corazones de mala conciencia,  y lavados los cuerpos con agua pura. (Hebreos 10:19-22 RV60)

Acerquémonos delante de Dios con un corazón sincero. Si no nos quitamos las manchas delante de Dios, si no nos presentamos con un corazón sincero, venimos a ser hipócritas. Entremos en la presencia de Dios con una actitud de gratitud y alabanza, con un corazón sincero dispuesto a ofrecer sin medida y generosamente.

Foto: https://stocksnap.io

Comentarios

Entradas más populares de este blog

UNGES MI CABEZA CON ACEITE...

El poder del ayuno

CUANDO TE LLENAS DE DIOS...