ABORTO: Lo que debemos tener en cuenta para opinar, decidir y actuar respecto del aborto
Por: Pastor Diego Brizzio
Iglesia Cristiana Evangélica "Sígueme"
España 155 - Godoy Cruz - Mendoza - Argentina
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Foto: https://pixabay.com
Iglesia Cristiana Evangélica "Sígueme"
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Que nazca
Lo que debemos tener en cuenta para opinar, decidir y actuar respecto del
aborto.
Todos
sabemos que desde hace varios años algunos sectores están luchando por un
aborto legal, seguro y gratuito; es decir, quieren que el aborto voluntario deje
de penalizarse, que pueda ser realizado en forma médicamente segura en
instituciones del Estado, y que no cueste nada. Por eso, durante algunos meses nuestra
sociedad y nuestros legisladores estarán debatiendo si despenalizan o no el
aborto voluntario.
Más allá
de lo que ellos decidan, nosotros, como personas, ciudadanos y cristianos, debemos
saber opinar, decidir y actuar con respecto a este asunto. En nuestra vida personal,
familia y relaciones diarias lo necesitaremos. Por eso, en esta ocasión
queremos compartir con vos qué es lo que tenemos que tener en cuenta
para opinar decidir y actuar respecto del aborto. Por lo menos, debemos
tener en cuenta lo siguiente:
I.
A Dios.
¿Está Dios
implicado en este tema? Nuestro estado laico dice que no, por eso lo dejan fuera
del Congreso. Pero a Dios sí debemos tenerlo en cuenta, por las siguientes
razones:
Dios
creó la vida humana tomándose a sí mismo como modelo, y conduce el desarrollo
de cada persona en el vientre de su madre. “Dios
creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó” (Gn
1.27; Hch 17.25). “Tú me formaste con tus manos; tú me hiciste” (Job 10.8; Sal
139.13-14). A causa de lo anterior, Dios
prohibió el asesinato, declarándolo un delito que debe ser castigado por la
autoridad civil, colocada para este fin. Dice: “No matarás” (Ex 20.13; 21.12; Mt 5.21). Aunque Dios detesta el asesinato
de cualquier persona, en particular detesta que se asesine a los inocentes e
indefensos, Dice: “Esto dice el Señor… ‘¡Traeré un terrible desastre a este lugar… Pues…
han llenado este lugar de sangre de niños inocentes” (Jer 19.3-4). “No maltraten ni hagan violencia al
extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este
lugar…” (Jer 22.3). Dios ordena denunciar y detener
toda injusticia conocida, pero en particular las cometidas contra los inocentes
e indefensos. Dice: “Rescata a los que
están injustamente condenados a morir, sálvalos mientras van tambaleando hacia
su muerte. No te excuses diciendo: «Ay, no lo sabíamos».” (Pr 24.11-12; Sal
82.2-4; Jer 22.3). Dios
se levante como Juez: No “derramen
sangre inocente en este lugar… Si no
obedecen estas palabras, juro por mí mismo que este palacio se convertirá en un
montón de ruinas. Yo, el Señor, lo afirmo’” (Jer 22.5).
Así que, ¿qué opinarás, decidirías y harías respecto
del aborto voluntario, si tuvieras en cuenta estas cosas de Dios?
Aparte, también debemos tener en cuenta…
II.
Al bebé. ¿Está el bebé implicado en este
tema? Los promotores del aborto nunca hablan del bebé. No les conviene, porque
eso genera sensibilidad en la gente. Así que hablan del “producto del
embarazo”, o de cosas más impersonales todavía. Sin embargo, en este tema sí hay
bebés implicados. Tengamos en cuenta que:
El
cigoto es un ser humano. Desde que el espermatozoide penetra el óvulo y lo
fecunda, formándose el llamado “cigoto”, existe un ser humano. Son innumerables
los médicos y científicos que lo afirman. Por citar sólo uno o dos: El jefe de
Obstetricia del Hospital Austral, en Pilar, Buenos Aires, dice: “No se trata de una ideología, una creencia
o una postura política, sino de una evidencia experimental. La ciencia ha
probado con certeza que la vida humana comienza en el instante mismo de la
fecundación del óvulo por el espermatozoide”.[1] El Dr.
Manuel Kuri, experto en Bioética, explica que, desde que el embrión es
unicelular, ya contiene la información genética completa y diferenciada de un
ser humano. Ya están presentes en él prácticamente todas sus características
anatómicas y fisiológicas: su sexo, color de piel, estatura, etc.[2] Esa
primera célula no es la de un perro, ni la de un caballo, ni la de un roble; es
la de un humano, y está viva. Su humanidad no depende de su desarrollo, ni de
su edad, depende de su estructura e información genética. Afirmamos que desde que
el cigoto existe, existe un ser humano, un bebé. El cigoto,
embrión, feto, o bebé es un individuo, es decir, una persona diferente de la
madre, porque, aunque no tiene consciencia de sí mismo, sí tiene un código
genético diferente. Así que, no es, como se dice, parte del cuerpo de la mujer;
no es como un riñón, un músculo o un diente de la madre. Es verdad que está
dentro del cuerpo de la mujer, y depende de ella para su desarrollo, pero es un
individuo humano vivo diferente. El
bebé es un ser inocente. El
bebé es un ser indefenso.
Así que, ¿qué opinarás,
decidirías y harías respecto del aborto voluntario, si tuvieras en cuenta estas
cosas de Dios y del bebé?
La tercera parte
implicada que debemos tener en cuenta es…
III.
A la mujer. Con todo amor y sensibilidad, de la mujer deberíamos
tener en cuenta, en primer lugar, sus derechos: tiene
derecho a la educación sexual, y mucho mejor si es una educación sexual seria e
integral, que incluya lo fisiológico, pero también lo moral y lo afectivo. Tiene derecho
a tener relaciones sexuales solamente cuando lo consiente, y nunca
forzadamente. Tiene derecho
a contar con los recursos para no quedar embarazada. Tiene
derecho a realizar sus proyectos de vida: estudios, carrera laboral, etc. En
caso de quedar embarazada, tiene derecho a ser apoyada y contenida, tanto por
su pareja como por el Estado.
En segundo lugar, de la mujer debemos tener en
cuenta también sus responsabilidades o deberes (la mayoría están compartidas
con el varón o la pareja, pero nos vamos a referir a él en el punto siguiente).
Cuando consienta en una relación sexual, pero no
desea quedar embarazada, la mujer —lo mismo que su pareja— tiene la
responsabilidad de evitar la concepción. Ese es el momento de evitar un embarazo,
no después de que existe el cigoto. Una
vez que ha concebido un bebé que no deseaba, es comprensible que la mujer se
lamente de alguna manera, o se enoje, por anticipar que algunos proyectos se
complicarán; sin embargo, para poder cumplir con su proyecto de vida a corto
plazo, de ninguna manera tiene derecho a acabar con la vida de su bebé. Es
mucho más importante ésta que aquellos. Ahora debe poner especial atención a cobijar
y proteger a su bebé, al menos hasta darlo a luz. Luego, si todavía persistiera
su deseo de no criarlo, podría darlo en adopción. La
mujer que está triste o enojada por haber quedado embarazada debe saber que,
según un estudio realizado, más del 75% de mujeres que en principio pensaron
abortar y luego no lo hicieron, se alegran de no haberlo hecho, y manifiestan
ser muy felices con su hijo.[3]
También debe saber que muchas mujeres que abortaron han tenido serios sentimientos
relacionados con la culpa.
Así que, para opinar,
decidir y actuar respecto del aborto, debemos tener en cuenta a Dios, al bebé y
a la mujer. ¿Qué opinarías, según lo que llevamos visto hasta aquí?
También debemos tener en
cuenta…
IV.
Al varón. Podemos
decir que el varón es el más ausente en este asunto. No tiene ni la voz ni el
protagonismo que debería tener; primero, porque él mismo se ha hecho el
desentendido, porque no le ha importado. Y segundo, porque las organizaciones
pro-aborto no lo han dejado participar a los interesados. Le dicen que esto es
cosa de mujeres, que no se meta. Pero es bueno tener en cuenta lo siguiente:
En primer lugar, su participación: El varón tiene por lo menos el
50% de la responsabilidad por el embarazo. Algunas
veces, las relaciones sexuales que resultan en embarazo y terminan en aborto
han sido más forzadas por los varones que consentidas por las mujeres. Muchas
veces es el varón quien, al enterarse del embarazo, se niega a tener al bebé,
no la mujer. Es él quien suele convencerla u obligarla a abortar. Aun
así, la legislación actual, en caso de aborto, no considera la penalización del
padre que consintió, sino solamente la de la madre y la del “médico”. Eso no está
bien.[4]
En segundo lugar, del varón debemos tener en cuenta
sus responsabilidades. Tiene la obligación: de
mirar a la mujer como un ser integral, precioso, con proyecto de vida, y la
respete completamente. En caso
de anticipar una relación íntima, y de no desear un embarazo, tiene la
obligación de evitar la concepción en ese mismo momento, en lugar de deshacerse
luego del bebé ya concebido. En el
caso de haber dejado embarazada a la mujer, tiene la obligación de
identificarse con ella, acompañarla, cuidarla, contenerla, compartir todo el
proceso; aceptar al bebé, alegrarse por él, esperarlo, defenderlo, protegerlo y
proveerle.
Así que, para opinar, decidir y actuar respecto del
aborto, debemos tener en cuenta a Dios, al bebé, a la mujer y al varón. ¿Qué
opinarías y decidirías, según lo que llevamos visto hasta aquí?
V.
Al Estado. Algunas cosas a tener en cuenta acerca del Estado. Todo Estado
debe garantizar que los derechos fundamentales de las personas sean respetados,
teniendo especial cuidado del derecho de los más débiles, en este caso, el derecho
a la vida de los bebés, y también los derechos de las mujeres. El Estado
argentino debe seguir penalizando toda acción que viole el derecho del bebé. El
Estado no debe elegir la vida de algunas mujeres a costa de la muerte de miles
de bebés; ni la vida de miles de bebés a costa de la muerte de mujeres. Debe legislar
para que ambos sigan con vida, para contenerlos y asistirlos durante y después
del embarazo. Debe
responsabilizar eficazmente a la pareja de la mujer, para que se ocupe de ella
y de su hijo. El Estado debe
anticipar que, en caso de despenalizar el aborto, estará dando vía libre al
asesinato de miles de bebés por medio del aborto, y para colmo, ni siquiera
resolverá el problema de la muerte de mujeres por complicación por aborto,
porque tal complicación siempre existe en alguna medida, tanto si el aborto se
lleva a cabo en un lugar clandestino, como en una institución pública. Despenalizar
el aborto voluntario no es avanzar como civilización, sino retroceder hasta los
tiempos de Esparta, que desbarrancaba a los bebés “inútiles”, y a los tiempos
de la Roma antigua, que abandonaba a ciertos bebés.
Así que, para opinar, decidir y actuar respecto del
aborto, debemos tener en cuenta a Dios, al bebé, a la mujer, al varón y al
Estado. ¿Qué opinarías y decidirías, según lo que llevamos visto hasta aquí?
VI.
A la iglesia. La
iglesia, por medio de sus ministerios y miembros particulares, debe:
Denunciar y
enseñar verbalmente todas estas cosas, por todos los medios posibles, y en
todos los lugares que pueda. Debe aprovechara
para manifestar prácticamente el amor y la compasión de Jesucristo. Por
ejemplo: acompañando emocionalmente a la mujer que no desea tener a su bebé, asistiéndola,
asesorándola, etc., de todos los modos posible. Algunas familias cristianas
incluso han adoptado a bebés no deseados por sus padres. Y por
último, la iglesia debe seguir anunciando las buenas noticias del perdón de
Jesucristo, para toda persona que haya estado implicada de algún modo en un
aborto realizado… A propósito, ¿necesitas sentir el perdón de Jesucristo acerca
de ese pecado, o algún otro? Por ser el Hijo de Dios, y por haber muerto y
resucitado por nuestros pecados, él quiere y puede concederte el perdón de todo
pecado. ¿Te arrepentís de tus pecados, y confiás en él como Salvador? Él te
promete perdón y vida eterna.
Más allá de lo que se decida a
nivel legislativo, nosotros, como personas, ciudadanos y cristianos, debemos
saber opinar, decidir y actuar con respecto al aborto voluntario. ¿Cómo lo
harías, teniendo en cuenta a Dios, al bebé, a la mujer, al varón, al Estado y a
la iglesia?
https://www.clarin.com/sociedad/aborto-descartar-nueva-vida_0_Bylww1TDG.html
[2]
Manuel Ramos Kuri es coordinador de la comisión de bioética del Centro de
investigación social avanzada, en México. Ver http://cisav.mx/evidencias-cientficas-el-cigoto-ya-es-un-ser-humano/
[3] John Stott, La
fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos (Grand Rapids: Libros
Desafío, 2002): 349.
https://www.clarin.com/politica/nicolas-massot-penalizar-padre-aborto-clandestino_0_ByCLVOvdf.html
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