UN CAFE CON EL MAESTRO

Síntesis del mensaje compartido por Mario Sanchez el 04/06/2017
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”
España 155 – Godoy Cruz – Mendoza – Argentina


En la historia ha habido muchos encuentros trascendentes. San Martín y Bolívar (1822); Dalai Lama  y Juan Pablo II (2003); Barack Obama y Raúl Castro (2015); los más grandes ajedrecistas de la historia: Anatoli Karpov y Garri Kasparov. Hay una anécdota que cuenta que durante un mundial de ajedrez, Kasparov salía de su hotel por las noches disfrazado para no ser reconocido, e iba a conversar con Karpov. Un periodista lo descubrió y cuando le preguntó por qué hacía eso, Kasparov contestó: “Porque necesito hablar con un ajedrecista”.

Cuando conocí esta historia, me vino a la cabeza esta otra historia que les voy a contar ahora. Un encuentro que se encuentra registrado en la Biblia y es de mucha mayor trascendencia que todos los anteriores juntos: Jesús y Nicodemo.

Nicodemo seguramente habrá pensado “yo tengo que hablar con el Maestro, de salvación”. ¿Y con quién otro iba a hablar Nicodemo, sino con otro Maestro?

UN CAFÉ CON EL MAESTRO
¿Cuánto hace que no te tomas un café con el Maestro?

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,  un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche,  y le dijo:  Rabí,  sabemos que has venido de Dios como maestro;  porque nadie puede hacer estas señales que tú haces,  si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo:  De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de nuevo,  no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo:  ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?  ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre,  y nacer? Respondió Jesús:  De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de agua y del Espíritu,  no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne,  carne es;  y lo que es nacido del Espíritu,  espíritu es. No te maravilles de que te dije:  Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere,  y oyes su sonido;  mas ni sabes de dónde viene,  ni a dónde va;  así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo:  ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo:  ¿Eres tú maestro de Israel,  y no sabes esto? De cierto,  de cierto te digo,  que lo que sabemos hablamos,  y lo que hemos visto,  testificamos;  y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales,  y no creéis,  ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo,  sino el que descendió del cielo;  el Hijo del Hombre,  que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto,  así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,  sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree,  no es condenado;  pero el que no cree,  ya ha sido condenado,  porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
(Juan 3:1-18 RV60)

I-EL PERFIL DE NICODEMO (v.1-2)

a)      Con qué vino Nicodemo
Con todo su currículum. 

·         Fariseo
·         Principal de los Judíos
·         Posible miembro del Sanedrín
·         Influyente
·         Erudito
·         Religioso ceremonial
·         Obsesionado por mostrar piedad desde lo externo

b)      Cómo venimos nosotros a Jesús cada día

¿Con tus títulos? ó… ¿Con un corazón humilde y quebrantado?
Nicodemo vino de noche. En medio de la oscuridad. Con oscuridad en su corazón.
Nicodemo vino a Jesús sin haber derramado su corazón.
¿A dónde estamos yendo nosotros?

II-JESÚS DA UNA RESPUESTA “AL HUESO” (DIRECTA) DE NICODEMO (v.3)

Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua,  muchos creyeron en su nombre,  viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos,  porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre,  pues él sabía lo que había en el hombre.
(Juan 2:23-25 RV60)

a)      Una respuesta sorprendente
“En especial, dada la estatura de Nicodemo como líder religioso. Nicodemo estaba sin duda alguna acostumbrado a que se le mostrara gran honor y deferencia o amabilidad. Las primeras palabras de Jesús hacia él comunicaron, en cambio, la clara y deliberada implicación de que este importante fariseo aún tan lejos  del Reino de los Cielos que era incapaz de darse cuenta en absoluto. Si Nicodemo hubiera estado motivado únicamente por el orgullo, o hubiera estado buscando meramente afirmación, sin duda habría quedado ofendido de la respuesta de Jesús”. ( John Mc Arthur)

Sin duda Jesús conocía el corazón de Nicodemo y sabía de la necesidad que tenía Nicodemo.

b)      El Evangelio de Cristo, La cruz de Jesús, la persona de Cristo, SIEMPRE nos confronta. Podemos ser buenas personas. Podemos tener un servicio en un barrio. Hay mucha gente que trabaja dando ayuda social, hay mucha gente que es buena y hay mucha gente que hace lo bueno. Pero en algún momento, en algún punto, el Evangelio de Jesús nos confronta. Así como confronta a Nicodemo, nos confronta a cada uno de nosotros.  Nicodemo había hecho tanto para agradar a Dios y ahora no le servía de nada. Jesús confronta a Nicodemo diciéndole “tenés que nacer de nuevo”.

III-NACER DE NUEVO. NECESIDAD DE LIMPIEZA Y PURIFICACION (vv.4-8)

a)      Tenés que empezar de vuelta. Tenés que ser regenerado. Tenés que nacer de nuevo. Y entre los vv. 4 y el 8 Jesús plantea esto de volver a nacer.

¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? (v.4)

Nicodemo era un hombre estudiado. Era un erudito. Muchas veces predicamos como que Nicodemo no entendió nada. Sin embargo lo que Nicodemo está diciendo es “¿tengo que volver a empezar todo?” Lo que Nicodemo en verdad está diciendo es “¿Qué hago ahora con todo lo que hice, con todo lo que sé, que no sirve de nada?”  Nicodemo confrontado en ese momento no sabía dónde guardarse la religión. Repasó su historia, sus rituales, su religión, sus costumbres…
Y Jesús lo confrontaba y le decía: “tenés que empezar de vuelta”.

NICODEMO: Nada de lo que HAGAS SIRVE PARA LLEGAR AL REINO DE LOS CIELOS. Solamente la Obra de Cristo es lo que sirve para llegar al Reino de los Cielos. Tenés que ser regenerado. Nacer de nuevo era para Nicodemo demasiado pedir. Había realizado tanto esfuerzo para acumular méritos que agradaran a Dios y ahora todo eso no era nada. ES QUE NO HAY ABSOLUTAMENTE NADA QUE PODAMOS HACER PARA ENTRAR EN EL REINO DE LOS CIELOS.

b)      La necesidad de purificación y limpieza.

Respondió Jesús:  De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de agua y del Espíritu,  no puede entrar en el reino de Dios.
(Juan 3:5 RV60)


IV-¿CÓMO PUEDO HACER ESTO? (vv. 9; 13; 14; 15; 16; 17 y 18)
Casi siempre el agua se emplea en un sentido figurado en el A.T. y se refiere a la renovación o a la limpieza espiritual, en especial si se presenta en conjunción con el Espíritu. (Números 19:17-19; Salmos 51, Isaías 32:15). Lo que estaba diciéndole Jesús a Nicodemo: Tenés que ser LIMPIO, tenés que ser PURIFICADO.

Lo que es nacido de la carne,  carne es;  y lo que es nacido del Espíritu,  espíritu es. No te maravilles de que te dije:  Os es necesario nacer de nuevo.
(Juan 3:6-7 RV60)

a)      Nacer del  Espíritu es una Obra del Espíritu de Dios y está por encima del control de las obras humanas, o de la fuerza de voluntad humana. No hay absolutamente nada que nosotros podamos hacer para nacer de nuevo.

Nicodemo: Tenés que ser limpio desde adentro hacia afuera.

Y esto lo hace el Espíritu.

Para un típico fariseo lo que Jesús estaba diciendo a Nicodemo probablemente habría resultado muy ofendido. Jesús estaba atacando el núcleo mismo del sistema de creencias de Nicodemo. Dando a entender claramente que Nicodemo estaba perdido, muerto espiritualmente. Y, en definitiva, nada mejor en su rígido fariseísmo que un gentil totalmente inmoral sin Dios. Jesús estaba diciendo a Nicodemo  en un lenguaje que Nicodemo seguro que entendió. Que no sólo no estaba hablando de una reforma propia superficial o carnal, sino que de hecho, él estaba llamando a algo que Nicodemo era impotente, para hacer por sí mismo. Eso destruyó el corazón de las convicciones religiosas de Nicodemo. Para un fariseo como él, la peor noticia imaginable sería que no hubiera nada que él pudiera hacer para ayudarse a sí mismo espiritualmente. Nicodemo era un referente espiritual del pueblo y no había nada que él pudiera hacer para ayudarse a sí mismo espiritualmente. Jesús básicamente había igualado a este distinguido fariseo con el tipo de pecador más depravado y licencioso. Había descrito el caso de Nicodemo como totalmente sin esperanzas. Eso sí que es hablar duro!

Nicodemo: Con tus fuerzas NO!
Amigo, hermano: Con nuestras fuerzas, NO! No alcanza. No podemos. La única manera es venir a Cristo, empezar de vuelta. Limpiarse de nuevo. REPITO: LIMPIARSE DE NUEVO.

Nadie subió al cielo,  sino el que descendió del cielo;  el Hijo del Hombre,  que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto,  así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.
(Juan 3:13-15 RV60)

b)      Jesús da a Nicodemo, en bandeja el MENSAJE DE SALVACION. ¡Qué beneficio que tuvo Nicodemo de haber podido conocer el Mensaje del Evangelio a través del mismo Jesús! El que iba a ser levantado le estaba predicando antes de ser levantado.

Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,  sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree,  no es condenado;  pero el que no cree,  ya ha sido condenado,  porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
(Juan 3:16-18 RV60)

Yo no sé si tu corazón conoce a Cristo. Lo que sí aprendo, es que una vez más tenemos que volver al Maestro. Una vez más quiere limpiarnos, quiere regenerarnos.  Si nunca hiciste esto, seguramente va a ser la decisión más linda que puedas tomar. Yo no sé qué dolor está pasando por tu vida. Pero sí sé que el mismo Jesús que se encontró con Nicodemo y le dijo “Nicodemo, tenés que nacer de vuelta”, ese mismo Jesús está esta tarde acá esperando que puedas aceptarle.

O si tal vez has tenido ese “primer café con Jesús” en tu vida pero otra vez te volviste a caer. Hace un tiempo, con mi esposa pasamos por un momento de muchas tristeza en nuestra vida. Pero El que permitía la tristeza era lo sumo, era lo máximo en consolación. Le preguntábamos ¿por qué? Y seguramente vos también le estás preguntando ¿Por qué? hoy a Jesús.  Pero cuando decíamos ¿A dónde vamos? ¿Qué hacemos? Y volvíamos a Él. Ahí Él estaba todas las mañanas esperando que nosotros “fuéramos a tomar el café” con Él. Nosotros íbamos a plantearle ¿por qué? Y él nos estaba abrazando.


No sé como está tu corazón hoy. No te quiero vender una religión. Disfrutá de la presencia de Dios, de la presencia de Jesús. Tenés que ser limpiado, tenés que ser regenerado. Si estás pasando por momentos malos, queremos orar por vos para que puedas volver a sentir este renuevo del Espíritu.

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