Dios es fiel

Dios es fiel
Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com

Nunca prediques por decir algo. Predica porque tienes algo por decir.”
(Martín Lutero)
Siempre debería existir la pregunta:

-Señor ¿Qué le digo a los hermanos?

porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
(Filipenses 2:13 RV60)

Es Dios el que pone tanto el querer como el hacer. Lo que decimos –o en este caso escribimos– sin ánimo de agregar ni quitar nada a lo que ya ha sido escrito (Apocalipsis 22:18 y 19), son consideraciones, interpretaciones, aplicaciones muy personales sobre lo QUE YA ESTA ESCRITO; cosas que creemos, Dios puso en nuestro corazón comunicar y compartir, pero siempre BASADAS en la Escritura, o en todo caso, inspiradas por ella. La Escritura es la Palabra inspirada por Dios (2da. Timoteo 3:16). Así es como funciona. Así es como debería ser. Y eso se nota cuando no es así. A diario escucho personas hablar en el nombre de Dios, pero que no lo dejan hablar a Él; anticipar bendiciones que Dios dará, cuando nada ha dicho Él al respecto.

¿Por qué la inspiración se va? ¿Por qué a veces no encontramos el mensaje, las palabras, el tema para comunicar?

Es que queremos decir muchas cosas, muy desde el fondo de nuestro corazón, con sinceridad y genuino amor; pero el Señor ha puesto otras cosas en nuestro corazón que en los tiempos en que nos toca vivir a veces pueden ser complicadas, comprometidas. Nos resulta difícil de afrontar la dura experiencia de “poner la cara”, la firma, el nombre, a la hora de comunicar ciertas verdades, de decir ciertas cosas. La mente, entonces, bloquea inconscientemente el mensaje, no lo podemos ver. Es entonces cuando nos parece que “la inspiración” se escapa. En realidad está ahí, delante de nuestras narices, de nuestros propios ojos espirituales, sólo que no la podemos ver. Es un mecanismo psicológico inconsciente propio y muy típico de esta naturaleza heredada de nuestro padre natural Adán.

Es entonces, cuando para poder ver y discernir lo que el Señor ha puesto en tu corazón comunicar a los hermanos, es necesario pasar por un valle de sombras. Viene la “sacudida”, la salida abrupta sin más ni más, de la “zona de confort”.

A menudo descubro que de los valles más profundos, de los quebrantamientos más tristes, es de donde surgen los mejores escritos, los mejores mensajes. Hoy, cuando la desesperanza y el desaliento hacen estragos; cuando los más bonitos sueños penden de una cornisa a punto de hacerse añicos; cuando todo se derrumba y no me queda más por entregar, que mi amarga derrota, mi corazón roto y mi fracaso, en las dulces manos del Señor; cuando no veo futuro, cuando negros nubarrones se ciernen sobre mi vida y la de mi familia; es cuando encuentro la inspiración perdida cual perla que brilla intensamente como tesoro en la densa oscuridad de lo profundo de un océano asfixiante, impregnado de tinieblas.

Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
(Apocalipsis 1:9 RV60)

Juan escribió en la inspiración del Espíritu de Dios el libro de APOCALIPSIS, término que no significa “destrucción”, “caos”, ni “terribles eventos”, como el enemigo pretende confundirnos, sino: “REVELACIÓN”. No eran los mejores momentos de la vida de Juan. Sin embargo justamente en ESOS momentos, es cuando aparece la divina inspiración para escribir el final de la Biblia, la última REVELACION de Dios a su amado pueblo.

Vivimos la vida mirando hacia delante, pero la entendemos mirando hacia atrás.”
(Joyce Meyer)

Unos miles de años antes, Job, varón recto, temeroso de Dios y apartado del mal a los ojos de Dios (Job 1:1), dice al final de su libro: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:5) después de todo lo que tuvo que pasar.

Hoy comparto contigo, amada, amado del Señor, este mensaje. Y mis palabras no pueden hacer otra cosa que prorrumpir en alabanza y gloria a Dios, porque sin importar las circunstancias, el desenlace, pase lo que pase; DIOS ES FIEL.

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

(1 Corintios 10:13 RV60)

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