Cuando el hombre pretende ser Dios


Por: Jésica Andrea y Luis Caccia Guerra para www.destellodesugloria.org

Hace muy poco se estrenó la cuarta saga de una famosa y exitosa película donde el hombre una vez más juega a ser Dios y recrear, volver a dar vida a una especie de animal o bestia que ya no existe: “Jurassic World” (Mundo Jurásico), basada en la novela “Jurassic Park” de Michael Crichton, su antecesora de los años´90.

A muchos tal vez nos sorprendió y nos gustó. Cuando era chiquita me encantaban los dinosaurios y jugaba con ellos, esos juguetes con sus formas, tamaños y colores. Es más, leía libros, buscaba información en internet y por momentos me entusiasmé con estudiar Paleontología.

Recientemente, “El mundo.es” (http://www.elmundo.es) publicó una noticia que me sorprendió y a la vez me preocupó: “Hallaron el cuerpo de una cría de mamut”. La cría mide 130 centímetros de largo por 90 de alto, había sido encontrada en perfecto estado de conservación por paleontólogos e investigadores, en la península de Yamal, en la república rusa de Yacutia, Siberia oriental.

Los genetistas se frotan las manos y preparan sus jeringas debido a la alta probabilidad de que el proboscídeo conserve materia genética en perfecto estado, lo cual permita recrearlo con técnicas de clonación.

Los últimos avances en genética y clonación han reactivado la idea de resucitar animales del pasado. Pero ¿hasta qué punto es posible? se pregunta Luis Miguel Ariza en su artículo “De vuelta de la prehistoria” publicado en la revista “Muy Interesante Argentina” Nº 360.

Hendrik Poinar, Director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad Mc Master, Hamilton, Ontario, Canadá; ha mostrado gran entusiasmo sobre el rescate de material genético de especies extinguidas. Y es que recientemente ha sido posible secuenciar el genoma completo de un mamut lanudo de 44.800 años hallado casi intacto en el helado suelo de Siberia.” Cita en el mismo artículo.

Hendrik Poinar es hijo del entomólogo George Poinar, quien en los ´80 publicó un trabajo sobre la extracción de ADN de insectos atrapados en ámbar. Las gotas de resina pegajosa de los pinos del Jurásico y Cretácico en las que los insectos quedaban atrapados, con el tiempo se convirtió en ámbar. El trabajo de George Poinar no hablaba de resucitar ni mucho menos clonar dinosaurios. Sí era parte de estudios de cómo los mosquitos y otros insectos hematófagos, con sus picaduras transmitían y propagaban enfermedades entre los grandes animales del Cretácico, capaces de diezmar poblaciones enteras. Esto inspiró a Michael Crichton para escribir su sorprendente novela. (Art. “De vuelta de la Prehistoria”. Luis Miguel Ariza. Muy Interesante Argentina Nº 360; pp. 14 y ss. Televisa. Buenos Aires. 2015).

Evidentemente, quienes se hallan detrás de esta clase de producciones saben muy bien cómo atraer y entretener las mentes de grandes y chicos.

Recuerdo que pensaba e imaginaba cómo habría sido ese mundo en el que los dinosaurios vivieron. Llegué a pensar, y no fui, ni soy la única, en preguntarse: ¿Qué pasaría si los dinosaurios convivieran con el hombre? Muchos tal vez lo imaginan, otros no. De esos tantos que lo imaginan, en la ficción llegan a tal punto de convertirlo en realidad sin medir las terribles consecuencias que esto puede traer para la humanidad.

Pensemos y reflexionemos en esto: el Señor crea a la bestia (dinosaurio), y por algún designio de Dios un día desaparece de la faz de la tierra. Entonces aparece el hombre, su más perfecta creación y éste trata o quiere ser igual a Dios recreando todo aquello que ya no existe. Sólo quedan sus fósiles como prueba de que alguna vez, antes del hombre existieron bestias gigantes que poblaron la tierra. Por algo el Señor no quiso que los gigantes convivieran en el mismo planeta con el hombre. ¿Por qué el hombre, entonces, sí quiere?

Lo que fue pensado y creado por escritores y gente de cine, tal vez hoy tenga posibilidades de ser algo real.

Existen proyectos de científicos y empresarios con mucho poder, que lejos de destinar sumas varias veces millonarias de dinero en fundaciones para niños o gente sin hogar AYUDANDO A LA HUMANIDAD, han decidido invertir gran cantidad de recursos y apuestan año tras año a proyectos cuyo fin es que las bestias gigantes vuelvan a existir. Todo ello, creyendo que tienen el control y que no habrá malas consecuencias que enfrentar.

Son varias las veces en las que el hombre ha tratado de “crear” una especie nueva, mezclando genes de animales y gracias al Señor no ha resultado, por ahora. ¡Oremos por eso!

Sin embargo, existe otro proyecto mucho más preocupante, que pretende ir mucho más allá de la recreación de animales prehistóricos. De la mano de la ingeniería genética, quieren recrear a nuestro mismísimo Señor Jesucristo… Entusiasmados con los avances de esta ciencia, hay organizaciones, proyectos y laboratorios que intentan clonar a Jesús de Nazaret, mediante muestras supuestamente de Su Sangre extraídas de varias reliquias alojadas en catedrales y templos en diversas partes del mundo, entre ellas, la famosa “Sábana Santa de Turín”, que muchos aseguran, es la mortaja con la que se cubrió el cuerpo de Jesús. Para esos grupos, es posible lo que se antoja una disparatada historia de ciencia ficción: "Traer de nuevo a Cristo a la Tierra". Incluso, argumentan que en La Biblia ya está anunciada la segunda venida de Cristo. De ahí que hayan denominado a sus intentos “Second Coming Project” (Proyecto Segunda Venida).

Sin embargo, el experimento, aparte de que está prohibido por la legislación y ética de casi todos los países, es rechazado por los pocos grupos que  poseen muestras de esa sangre, con las cuales ya hicieron "clonaciones  moleculares" que les permitieron identificar el ADN del cuerpo envuelto en la  sábana.

Según la página www.clonejesus.com, del Proyecto Segunda Venida-SCP, por sus siglas en inglés-, "nuestra meta es clonar a Jesús, utilizando los avances tecnológicos en el Instituto Roslin de Escocia, lugar de nacimiento de Dolly, la oveja amada, al tomar una célula limpia de una de las tantas Reliquias Sagradas conteniendo sangre de Cristo y parte de su cuerpo, que han sido preservados durante toda la historia, para extraer su DNA e insertarlo dentro de un óvulo humano no fertilizado... El óvulo fertilizado, ahora el zigote de Cristo Jesús, será colocado en la matriz de una joven mujer virgen -quien se ofrecerá voluntariamente-. Esto será un segundo nacimiento virginal". (http://antesdelfin.com/clonacion.htm)


El número “7”, en la Biblia, generalmente representa el número de la perfección, Dios. El número “6” generalmente se lo atribuye al hombre. Si “666” (Apocalipsis 13:18) resultase ser la trinidad del hombre y resulta ser un pretenso Jesús clonado… regresado a la tierra en “segunda venida” ¡No quiero imaginarme lo que hará, de ser este proyecto viable!

Entre estos proyectos existe un denominador común: la mente humana caída en Edén. La mente del hombre es uno de los misterios más grandes, porque ni nosotros mismos sabemos hasta dónde podemos llegar y qué es lo que podemos hacer. Somos la especie dominante de este planeta.

Ahora mi pregunta y la de muchos es: ¿Qué es lo que nos lleva a actuar o pensar de esta manera? O ¿Quién?

Si visitamos el capitulo 3 del libro de Génesis en la biblia, vemos que el hombre desobedeció a Dios al probar del fruto del Árbol de la Sabiduría. Desde entonces sabemos lo que es el bien y el mal, sólo que optamos por actuar y pensar mal.

Aún siendo creyentes cometemos errores, caemos en la tentación y en el mal. Pero el pedirle al Señor que nos guarde de todo mal, nos libra de caer en él.

Pero, ¿Qué hay de aquellos que no conocen a Cristo, que no han escuchado ni siquiera su nombre?

¿Y de aquellos que, peor aún, han elegido no conocerlo ni acercarse a Él?

¿Qué o quién logra que muchos no quieran acercarse a Jesús?

Qué los llama a la tentación, a los pensamientos corruptos y a actuar de forma extraña?

¿Quién les hace creer que pueden más que Dios? Un par de líneas más arriba visitamos el libro de Génesis, en su cap. 3 y allí está la respuesta.

Así como es fácil engañar a un niño con películas o palabras que atraigan su atención, ya que un niño pequeño es “inocente”, le gusta descubrir cosas nuevas, escuchar, ver y creer; aunque no todo lo que ve y escucha es real o resulta ser bueno.

Esto es así desde las cosas más simples de la vida cotidiana, hasta los grandes proyectos como recrear animales extintos o inclusive, traer nuevamente a la tierra a un pretendido Jesús. Así lo hace el enemigo, que permanentemente está al acecho, observando a quien puede engañar, quien es el más débil, el más frágil, inocente. Como las publicidades y films quiere llamar la atención de la gente engañándola, minimizando siempre las consecuencias de sus actos. Aquello que no se puede ni se debe hacer, el enemigo le dice: “sí, hazlo, verás lo bueno que eres y podrás ser como Dios, inteligente, sabio, crearás vida, serás aún mejor que Él”. Sabiendo el hombre las consecuencias que puede traer, aún así actúa. Muchos caen en esa trampa.

Cuando la ficción pretende convertirse en realidad, los finales de la vida real no tienen por qué ser los mismos de las películas.

Como creyentes queremos ser como el Señor, seguir sus pasos, ser sus siervos, alabarle y darle gracias por todas las bendiciones que derrama sobre nosotros.

No podemos ser iguales a Él, porque es único, omnipotente, creador, Rey de reyes y Señor de señores. Somos hijos de Él; gloria a Dios por ser sus hijos, su mejor creación. Aprendemos de su palabra y la integramos a nuestra vida, mente y espíritu.

Señor Jesús derrama de tu bendición sobre nosotros, no dejes que el enemigo entre y gobierne nuestra vida, mente, no dejes que nos engañe ni que caigamos en su trampa. Que el poder de tu Espíritu descienda sobre nosotros, gobierna, reina en nuestra vida.
Gracias Señor por ser mi inspiración, por abrir mi mente y mi corazón. Amén.

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, …

(Romanos 1:20-22 RV60)

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