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Burbujas

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Burbujas Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace un tiempo, para llamar la atención y a modo de publicidad, una tienda de ropa y accesorios para niños había instalado en la vereda del local un curioso equipo que emitía abundante cantidad de burbujas de jabón. Era delicia de grandes y chicos pasar por ese lugar entre la nube de burbujitas. Mi hija, sin ir más lejos, cuando chiquita, le gustaba jugar con esos juguetes que producen burbujas de jabón. Al rayo del sol muchas de ellas parece que tuvieran distintos y tornasolados colores. El perro –nuestro fox terrier, del que hace mucho que no digo nada, pero aún vive, goza de buena salud y sigue haciendo de las suyas– también obtenía su generosa porción de diversión saltando y reventando burbujas. Un tan bello como efímero espectáculo de colores y movimiento.   Las burbujas tienen un aspecto curioso, colorido, gracioso. Entretienen y divierten la vista. Resulta una delicia verlas flotar en el ai

Culpa buena vs. culpa mala

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Culpa buena vs. culpa mala Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Una de las numerosas acepciones de la definición de la palabra “culpa” del Diccionario de la Real Academia Española es: “Pecado o transgresión voluntaria de la ley de Dios”. En cambio el diccionario de psicología va algo más allá, respecto de los sentimientos relacionándola con “una situación emotiva-conflictual, autocastigo, autoacusación, fenómeno típico de las neurosis y finalmente con autopunición” , o lo que es lo mismo para este último término: “ autocastigo ” (paráfrasis, Diccionario de psicología. Ed. Orbis S.A. Barcelona. 1985). “por cuanto todos pecaron,   y están destituidos de la gloria de Dios,” (Romanos 3:23 RV60) dice la Escritura. Durante mis primeros años en la vida cristiana pasé por una pequeña iglesia en la que su ministro predicaba con vehemencia la culpa, el castigo y el infierno. Muchos años después, descubrí que en realidad no era celo por las cosas del Seño

Arrebatando bendiciones

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Arrebatando bendiciones Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En el lugar donde vivo, llueve muy pocas veces al año. Pero cada vez que lo hace, la lluvia tiene una muy particular forma de anunciarse, y es con una característica brisa que huele a ozono. Cuando esta fina y fresca brisa llega, ya no queda duda alguna de que la lluvia no se va hacer esperar. Con frecuencia, comparamos las lluvias con las bendiciones que provienen del cielo de Dios. De hecho en las Escrituras hallamos unos cuantos ejemplos de la lluvia como una bendición de parte de Dios. Sin embargo también hallamos en la Palabra que así como sale el sol para el bueno y para el malo, también llueve tanto para uno como para otro. Que ser creyentes y justificados en su infinita gracia no implica una póliza de garantía de que la adversidad nunca se hará presente en nuestras vidas (Eclesiastés 7:13 y 14; 8:14; 9:2 y 3). Sí de que nada de lo que nos acontece lo hará sin antes haber pasa

Aprendiendo a caminar

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Aprendiendo a caminar Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Recuerdo que mi madre a menudo hablaba de lo mucho que me costó aprender a caminar.   Los médicos ordenaron toda clase de estudios, ya que sospechaban la existencia de algún problema óseo o físico que me impedía caminar. ¡Imagínense el temor de mi madre ante la posibilidad de que su hijo no pudiera caminar!! Eso sí: lo hablaba todo. Caminar, nada; hablar, todo. Finalmente y luego de meses de estudios clínicos, el médico principal dio su veredicto. -¡No se preocupe, señora, no tiene nada!¡Es vago!. Lapidario. ¡Gracias, doctor; yo también lo amo!. En todo caso la vagancia del pequeño vástago pudo significar un gran alivio para mi madre. No había ningún impedimento serio de índole física. Alguna vez iba a poder caminar. Y así fue. Cuando adquirí confianza y me largué, ya nadie pudo detenerme. Obviamente, a medio siglo de aquellos duros momentos no puedo recordar absolutamente nada, sólo l

El fluir de nuestros pensamientos

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El fluir de nuestros pensamientos Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com El agua tiende a fluir siempre por un mismo sendero, El que naturalmente le resulta más fácil. Quienes vivimos en zonas de montaña podemos observar este fenómeno cada día. El agua proveniente de la nieve de las altas cumbres, que se derrite al llegar la temporada estival, tiende a fluir por el camino naturalmente más fácil. De tanto pasar siempre por el mismo lugar, va creando su propio sendero en la ladera de la montaña. Con el tiempo ese camino del agua va profundizándose más y más hasta formar anchos y hondos socavones. Muchos de ellos terminan convirtiéndose en bravos ríos de montaña que arrasan todo a su paso. Para que esto preste una utilidad a los seres humanos, es necesario construir obras que canalicen ese caudal lanzado con impetuosa fuerza al libre albedrío de la naturaleza y grandes reservorios que permitan tener disponible el líquido elemento cuando más se lo neces

Gafas de sol

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Gafas de sol Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Días atrás, noté en mis gafas de sol como un pequeño y molesto pelito de escasos dos o tres milímetros de largo. Cuando examiné detenidamente el cristal con la intención de extraer el pelillo, descubrí que en realidad se trataba de una trizadura. Con el transcurrir de los días y del uso, la pequeña e imperceptible rotura fue extendiendo su longitud hasta que un día fui a extraer los anteojos de su estuche para ponérmelos y el cristal ya se había espontáneamente partido en dos. El técnico dijo que por el tipo de diseño y armado del marco no se podía extraer el cristal para reemplazarlo. ¡Qué pena! ¡Amaba esas gafas! ¡Y cómo las necesitaba! De modo que no hubo más remedio que dejar esos anteojos que me habían acompañado poco menos de quince años   y adquirir unos nuevos. Estrenar las gafas de sol nuevas, me hizo recordar la primera vez que usé lentes para sol. Era un niño de unos once, tal vez do

Agua estancada

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Agua estancada Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En el estado donde vivo, los ingenieros durante los últimos dos siglos lograron convertir una zona árida de desierto montañoso en un verdadero oasis de vida. Si hay algo que llama poderosamente la atención a visitantes y turistas de diversas partes del mundo, son las “acequias” o “cunetas” que corren a ambos lados de las calles en plena ciudad. Son pequeños canales que llevan el agua de riego proveniente de diques y reservorios para la abundante arboleda de la ciudad. También cumplen la función de escurrir rápidamente el agua de las calles cuando llueve, cosa que ocurre pocas veces en el año. Esta ingeniosa manera de transportar y aprovechar el agua de deshielo proveniente de los ríos de montaña, sumada a otras complejas obras son los medios de aprovisionamiento de agua para la ciudad y sus habitantes. Es lo que hace que una zona árida y desértica se transforme en un frondoso oasis.    Pero el