Hermana, no luches sola contra la pornografía
FERNIE COSGROVE Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso Mi dedo pasó por encima de la pantalla, desplazándose. Sabía que no debía estar allí, pero aun así sucumbí a la tentación. Seleccioné un video y aparecieron imágenes gráficas. Así empezó el ciclo: tentación, lucha, derrota, vergüenza, repetición. Me gustaría decir que esta lucha llegó de repente, pero no fue así. Durante meses, mi mente coqueteó con la idea: imaginaba cómo sería y racionalizaba que si tanta gente lo hacía, no podía ser tan malo. Cuando veía programas en Netflix con escenas gráficas, mis ojos se detenían y mis manos tardaban en quitar la imagen. Este coqueteo llegó con un costo. La culpa y la vergüenza me consumían por dentro: ¿Cómo he podido hacer esto? ¿Cómo me permití caer tan bajo? Las imágenes asaltaban mis recuerdos y la tentación consumía mi mente. La condenación me aisló y, en la lucha secreta, me volví más vulnerable...