LOS QUE SE VAN, LOS QUE SE QUEDAN
Por: Luis Caccia Guerra “A la gente se la conoce no tanto por cómo llega. A la gente se la conoce más por cómo se va”. Este pensamiento que ha estado dando vueltas por las redes, en verdad ignoro de quién es y cuál sería el trasfondo y la intención original de quien lo escribió. Pero puede que tenga mucha razón. Hace años y con mucho dolor abandoné la iglesia en la que experimenté mi primer amor con Jesús, donde hice mis primeros pasos en el ministerio. Me convertí entonces, en el peor de los creyentes. Hubo hermanos que me retiraron el saludo en la calle y amados amigos que si querían verme, tenían que venir a casa a escondidas del pastor… Me costó años recuperarme del trauma, de la culpa, de la vergüenza. Hoy, esa comunidad ha cerrado sus puertas como iglesia y el edificio está en venta. No importa si es su primera experiencia con Cristo o si ya es creyente y proviene de otra comunidad; cuando una persona llega a una iglesia, es porque tiene necesidades espirituales