Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Iglesia Sigueme

TODO PARA SU GLORIA - Incluso mi dinero

Imagen
Por: Diego Brizzio Se publica en este medio con permiso. Ya deberíamos conocer 1 Corintios 10.31: “Ya sea que coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”, incluso lo más personal y cotidiano de nuestra vida. Así se llama nuestra serie actual: Todo para su gloria Incluso mi dinero Veremos cinco modos de glorificar a Dios con nuestro dinero: I.           Evitando verlo como a un dios. “ ¿He puesto mi confianza en el dinero, o me he sentido seguro a causa de mi oro? …Si así fuera… significaría que he negado al Dios del cielo” (Job 31.25, 28). “E l avaro es un idólatra” (Ef 5.5). “ El amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas” (1 Ti 6.10). Dios nunca dijo que el dinero es malo en sí mismo, ni siquiera el mucho dinero. El dinero, y también las riquezas, son algo bueno, un regalo de Dios. Lo que

Todo para su Gloria-Incluso mi descanso

Imagen
Por: Diego Brizzio Se publica con permiso. No solamente las cosas muy trascendentes deben ser para la gloria de Dios, sino también las cosas muy personales y cotidianas. 1 Corintios 10.31 dice que… Todo para su gloria Domingos anteriores hemos visto que debemos glorificar a Dios incluso con nuestro modo de hablar, con el uso de nuestro tiempo, y con nuestro trabajo. Hoy vamos a ver que debemos glorificarlo también con nuestro descanso . ¿Cómo lo hacemos? AL menos de cuatro modos principales: I.           Parando efectivamente de trabajar. “Dios bendijo el séptimo día y lo declaró santo, porque ése fue el día en que descansó de toda su obra de creación” (Gn 2.2-3). “Trabaja durante seis días, pero descansa el séptimo. Ese día deberás descansar, incluso en el tiempo de arar y cosechar” (Éx 34.21). ¿Dios nos llama a trabajar? Sí, definitivamente. Pero también nos llama a parar de trabajar. En el día , por ejemplo, Dios no quiere que trabajemos las 24 horas; nos llama