Cuando la egolatría domina

Alex López
La Catapulta
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¿Qué pienso de mí? Y ¿Cómo es que este domina mi día?

Quien tiene ojos sólo para sí mismo, no tiene ojos ni para Dios, ni para el prójimo. Y si no hay ojos, tampoco hay corazón. La empatía nace del ver, por lo que el que no puede ver, no puede sentir por otros. Y el que no siente por otros, es incapaz de experimentar el dolor de otros y ayudarles.

Es increíble el daño que una persona que practica la egolatría – porque vive sólo para sí mismo – produce en todos los que los rodean. Llámese parientes, clientes, empleados… Todo el que está cerca de alguien ególatra, terminará sufriendo. Porque el ególatra sólo puede ser fiel a sí mismo y los demás sólo son objetos de uso.

Dos herramientas son fáciles de utilizar para el ególatra. La primera es la victimización que va finamente vinculada con la calumnia. Podrá ser el ofensor, pero se vende como la víctima. Lo que hace que, aunque la historia sea mentira, se tomen partidos por la mentira proclamada. Y, el más débil, sea destruido.

Otra herramienta, además de la victimización que un ególatra utiliza, es la del poder. Ya sea poder de autoridad o poder económico. Ambas son palancas utilizadas para manipular ya sea de manera directa o disfrazada.

Probablemente dirá usted ¿Qué terribles los ególatras? Pero todos somos pecadores y no estamos libres ni de caer en esto y probablemente, incluso si no hemos caído en la egolatría y somos empáticos, todos hemos mentido.

El problema de la egolatría es doble. Uno hacia el cielo y otro hacia el suelo. Es probable que usted sea un gran ser humano, no se pone al centro de la humanidad, sino que está para servir a la humanidad. Es alguien empático, amoroso y servicial. Su pecado no es hacia su prójimo como el ególatra. Pero hay otro pecado que muy probablemente practica.

Si no reconoce la existencia de Dios, su pecado, las consecuencias de su pecado sobre otros, el perdón en la gracia de Jesús en la cruz y el llamado a negarse cada día, tomar su cruz y seguirle, usted tiene “paz” a nivel horizontal – por ser lo que describí en el párrafo anterior – , pero no paz a nivel vertical con Dios.

El apóstol Pablo escribió: “Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. Pues, así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 8 si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.” La Biblia en Romanos 12:3-8

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.” Filipenses 2:3 y 4

Oremos porque Dios nos muestre nuestro pecado, le muestre su pecado a la humanidad y todos vengamos al único lugar seguro, de perdón, restauración y vida eterna. A los brazos del padre Dios, quien por medio de la muerte de su hijo Jesús, pagó el precio por nuestro pecado, nos reconcilió consigo mismo y nos adoptó como hijos. Que el sea el centro (nuestro amo) y nosotros sus siervos (en modo de obediencia hacia él).

“»No tengas otros dioses además de mí.” Éxodo 20:3

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