Las puertas de la muerte no prevalecerán contra ella
CONDICION Y PROMESA PARA LA NACIENTE IGLESIA
Síntesis del mensaje compartido por el Pastor
Diego Brizzio el 30/12/2016
IGLESIAS CRISTIANAS EVANGELICAS “SIGUEME” & "JESUS EL VENCEDOR"
España 155 – Godoy Cruz – Mendoza –
Argentina
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La Iglesia de La Isla se va a llamar “Jesús
el Vencedor”.
¿Ustedes qué piensan? La iglesia “Jesús el
Vencedor”… ¿Va a funcionar? ¿Va a permanecer? ¿Va a crecer?
Indudablemente que sí. Pero… ¿Por qué lo dicen? ¿Es simplemente
optimismo o hay alguna palabra bíblica que así lo diga?
Acompáñenme por favor Mateo cap. 16. Hay
alguna palabra que diga que una iglesia naciente puede funcionar,
puede permanecer, puede crecer.
El
les dijo: Y
vosotros, ¿quién
decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo:
Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió
Jesús: Bienaventurado
eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos.
Y yo también
te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Y a ti te
daré
las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la
tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en los cielos.
Entonces mandó a sus discípulos
que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.
(Mateo
16:15-20 RV60)
CONDICION Y PROMESA PARA LA NACIENTE IGLESIA
Hay una PROMESA de que Cristo puede hacerle muy
bien a la Iglesia. Pero hay en este pasaje una CONDICION previa para
que Cristo haga eso.
Vers. 16 y 17: “Respondiendo Simón Pedro,
dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo
reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.
Cuando Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
Viviente”, estaba haciendo una confesión. Es decir, que él
había llegado a tener una convicción, una certeza interna; y ahora
la estaba pronunciando, la estaba declarando, la estaba expresando.
La misma confesión que hizo Pedro, es la que
TODA IGLESIA; las iglesias, nacientes, las iglesias nuevas, y las
iglesias viejas, tienen que seguir haciendo. TENEMOS que seguir
haciendo. Todas las iglesias tenemos que tener y seguir aumentando la
certeza interna, espiritual que tenía Pedro, y tenemos que seguir
ANUNCIÁNDOLO, DICIÉNDOLO, PROCLAMÁNDOLO, EXPRESÁNDOLO. Debemos
seguir haciendo esta CONFESION FUNDAMENTAL.
¿Qué es específicamente lo que tenemos que
seguir confesando?
En primer lugar es: QUE JESUS ES EL CRISTO, el
HIJO DE DIOS. ¿Qué quería decir Pedro cuando dijo: “Tu eres
el Hijo de Dios”? Pedro había llegado a la convicción de que
Jesús era el Hijo de Dios. Es decir, que la relación que Jesús
tenía con Dios el Padre era cercanísima, estrechísima, era un
vínculo INTIMO. Jesús conocía a Dios. Amaba a Dios. También quiso
decir que Jesús poseía o tenía… TIENE vamos a hablar en
presente, todos los rasgos del carácter de Dios. JESUS ES COMO DIOS
ES. Obra como Dios obra. Pedro se dio cuenta: Jesús ama como Dios
ama. Es justo como Dios es justo. Es compasivo tal como Dios es
compasivo. Jesús tiene el carácter mismo de Dios, lleva el nombre
de Dios. Pedro también se dio cuenta de que Jesús hacía que el
Padre se complaciera.
Mientras
él aún hablaba, una nube de luz
los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es
mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
(Mateo
17:5 RV60)
Y como Dios se alegra de este Jesús, le ha
dado TODO. Le ha heredado TODO. Ha puesto TODO en sus manos. Incluso
el mundo y el gobierno del mundo. Eso quería decir con “Hijo de
Dios”. Pero, aparte, también quería decir con “Hijo de Dios”
que Jesús tiene la misma dignidad de Dios. De hecho, Jesús mismo lo
dijo: “para que todos honren al hijo como honran al Padre.”
(Juan 5:23).
Así como Dios es admirable, y se lo honra
también Jesús es admirable y se lo debe honrar. Así que eso es lo
que quiere decir “El es el Hijo de Dios”.
¿Qué significa que Jesús es “el Cristo”?
Pedro le dijo: “tú eres el Cristo”. Es el
Mesías. Cristo quiere decir Mesías. ¿Y el Mesías quién era para
la mentalidad de aquellas personas? Era alguien a quien Dios le
habías entregado TODO EL PODER PARA SALVAR. Lo había señalado, lo
había comisionado, lo había ungido, le había encargado, con todo
el poder necesario para la salvación del hombre. Salvación en todo
sentido.
En primer lugar, poder para perdonar los
pecados. Para librar de condenación. Para librar de culpa. Para
llevar a una relación con Dios. En segundo lugar, le había dado
poder para librar de todo agente opresivo, destructor, que tiene el
ser humano. Ya sean demonios, ya sea el mismo Satanás, sean
enfermedades, sea algún otro tipo de agente de de cosas que
arruinan, destruyen al ser humano. El tenía y TIENE el poder para
liberar de todo agente destructor y nocivo para el ser humano.
También que Jesús tiene el poder para darnos el Espíritu Santo. Y
así capacitarnos para poder transformar completamente nuestra vida,
nuestra ética, nuestras relaciones, nuestra vida en general. Que
Jesús también tiene el poder para hacer de nosotros una COMUNIDAD,
una familia, un pueblo. Un pueblo de fe, un pueblo de Dios. Y también
que Jesús tiene el poder para resucitar nuestros cuerpos, de manera
completamente gloriosa para que podamos pasar una Eternidad gloriosa
junto a Él.
Así es que cuando Pedro estaba diciendo “Tú
eres el Cristo, el Hijo de Dios”, estaba queriendo decir por lo
menos, esto que acabamos de explicar.
Queridas iglesias: Nosotros tenemos que seguir
creciendo en convicción acerca de esto que acabamos de decir. Que
Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Tenemos que seguir
creciendo en certeza interna, en certeza espiritual. Que sea firme en
nuestro corazón esta verdad. Que Jesús tiene el poder para
salvarnos en todo sentido y tiene esa relación estrechísima con
Dios. Y no sólo tenemos que acrecentar nuestra convicción de estas
cosas, sino también PROCLAMARLO, CONFESARLO, DECIRLO.
Recordemos esto: CONFESAR es PRIMERO, tener una
convicción interna. SEGUNDO, proclamarlo, decirlo, expresarlo. Como
iglesia, como creyentes somos llamados a crecentar nuestra
convicción, esta convicción que tenía Pedro; y a decirlo
anunciarlo y expresarlo de la misma manera que él lo dijo.
¿Cómo podemos adquirir o seguir
adquiriendo esa convicción, esa certeza?
¿Cómo adquirió Pedro esa convicción?
“Porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que
está en los cielos” dice el pasaje. No se lo reveló ningún
mortal, ningún hombre. Dios es quien nos puede hacer adquirir
internamente esa convicción, esa certeza, para que nosotros podamos
luego, también anunciarla. En su soberanía, su bondad, Él puede
abrir nuestro entendimiento acerca de quien es realmente el Señor
Jesucristo.
¿Cómo hace Dios eso? Como lo hizo con Pedro.
Yo no creo sinceramente que esto sea una cosa espontánea, repentina,
una luz que le haya venido a Pedro en un momento específico, en un
segundo específico y se convenció de esto espontáneamente. Pienso
que Dios le reveló esto a Pedro a medida que acompañaba a Jesús. A
medida que veía lo que Jesús hacía. Mientras estaba cerca de Jesús
y escuchaba sus palabras. Esa es la forma en que Dios HOY nos hace
crecer en convicción acerca de la identidad de Jesús. Mientras
estemos cerca de Cristo, mientras escuchemos la palabra de Cristo.
Mientras repasemos sus obras, mientras veamos sus obras, las obras
que sigue haciendo HOY, Dios nos seguirá acrecentando nuestra
certeza, nuestra firmeza en la verdad de que ciertamente Él es el
Cristo el Hijo de Dios. Cuando veamos vidas transformadas, cuando
veamos gente que realmente deja el alcohol; que deja las relaciones
inconvenientes, que no son bíblicas; que empieza a amar, empieza a
servir, que deja su antigua vida. Cuando veamos la obra de Cristo
vamos a ir acrecentando nuestra convicción. Cuando estudiemos su
palabras, cuando veamos sus maravillas, se va a acrecentar.
Queridas iglesias, nunca tenemos que dejar de
seguir de cerca a Cristo, de escuchar la palabra de Cristo, de ver la
Obra de Cristo. Porque es aes la forma que Dios tiene de hacernos
acrecentar la convicción, de que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Por otra parte somos dichosos al adquirir esa
convicción, porque dice “bienaventurado eres” (Mateo 16:17).
¡Dichoso! ¡Bien ahí, Pedro! ¡Feliz! ¡Grande es tu dicha! Porque
Dios te dio convicción acerca de quién soy yo realmente.
La dicha de una iglesia, la alegría de una
iglesia, la bienaventuranza de una iglesia, no está en un edificio
nuevo. ¡Bueno, el aire acondicionado está bueno! ¡Pero tampoco
está en los aire-acondicionados la dicha de una iglesia! No está
ni siquiera del todo en la cantidad de gente.
LA DICHA DE UNA IGLESIA ES HABER ADQUIRIDO
CONVICCION FIRME DE QUE JESUS ES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS
VIVIENTE.
Esa es la alegría más grande que pueda tener
un creyente, y un grupo de creyentes, la iglesia de Jesucristo. Esa
es tu dicha, que hayas adquirido la certeza de que yo soy el Hijo de
Dios, el Cristo.
Tenemos que tener muy en claro esto que
acabamos de ver, tenemos que seguir haciendo esta confesión
fundamental, la que hizo Pedro. Esta es la CONDICION que Él pone
para luego hacer con su parte, cumplir con su PROMESA.
Y
yo también
te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Y a ti te
daré
las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la
tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en los cielos.
(Mateo
16:18-19 RV60)
Jesús dijo estas palabras acerca de la
Iglesia, después de haber dado la convicción, después de haber
hablado de la confesión fundamental. Es una promesa que Jesús hace
para la Iglesia., SIEMPRE QUE LA IGLESIA HAGA LA MISMA CONFESIÓN DE
PEDRO. Es decir que sobre esa confesión que nosotros tenemos que
hacer, Cristo prosperará a la Iglesia.
La Iglesia es un grupo de personas, una familia
espiritual, que Cristo llamó, salvó. La Iglesia le pertenece a
Cristo. Ahí dice “MI IGLESIA”. Porque Cristo la adquirió, con
amor y la adquirió con su propia sangre. Efesios 5:2 dice que “amó,
y se entregó a sí mismo por ella”. ¿Por qué le pertenece
la Iglesia a Cristo? Porque la amó, la compró con su propia muerte.
Esta Iglesia, este grupo de personas que la forma, será prosperada
por Cristo. Él la va a hacer funcionar, Él la va a hacer crecer.
Vamos a ver tres cosas que va a hacer Cristo con su Iglesia, pero es
Él, el que lo hace. Lo hace siempre y cuando que la Iglesia siga
haciendo la confesión de Pedro. Siga teniendo esa convicción y siga
diciéndolo.
En primer lugar, Cristo sobre esa
confesión va a edificar su Iglesia. Cristo ve a la Iglesia como
un edificio en construcción. Como un templo que todavía no está
completo, que todavía no se ha finalizado. Así como a un edificio
en construcción se le van poniendo piedras, se le van agregando
ladrillos, cosas para terminarlo, a la Iglesia, a este grupo de
personas que le pertenece al Señor, también hay que seguir
agregándole piedras. ¿Quiénes son las “piedras”? Las personas,
los creyentes. Pedro lo dice: “vosotros sois como piedras vivas”
(I Pedro 2:5).
¿Quién es el encargado de seguir agregándole
personas? ¿Quién es el encargado de conducir a las personas al
arrepentimiento y de darle la fe para que crea también en Cristo,
el Hijo de Dios? ¿Quién es el que edifica, en este sentido? CRISTO.
“Edificaré” (Mateo 16:18) Primera persona. Él es el que irá
agregando nuevas personas, nuevos creyentes, a la Iglesia.
Ahora, bien. Como todo edificio en construcción
necesita ser embellecido, limpiado… La Iglesia también, no
solamente necesita de ir agregando piedras, sino también necesita ir
siendo pulida, ir siendo embellecida. ¿Quién es el que va a
transformar corazones para que sean cada vez más parecidos a Cristo,
es decir, quién va a embellecer la Iglesia? ¿Quién va a hacerla
semejante a Cristo? ¿Quién le va a hacer dejar todos los vicios que
traemos? ¿Quién le va a transformar las emociones, los
pensamientos, la conducta? ¿Quién es el que puede hacer eso?
Solamente CRISTO. Él edificará su Iglesia, en este sentido. Él va
a AGREGAR a los creyentes, y Él va a SANTIFICAR a los creyentes.
Pero… ¿bajo qué condición? Siempre bajo la confesión de que
Jesucristo es el Hijo de Dios. La Iglesia, el día de mañana calla,
deja de estar convencida de esto, y se corta la edificación de la
Iglesia.
En segundo lugar, dice que va a hacer
PREVALECER a su Iglesia. Dijo: “las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Con estas palabras,
Cristo prometió que el poder de la muerte nunca triunfará sobre la
Iglesia. Aunque se decrete la persecución contra la Iglesia, aunque
se encarcele a los cristianos, aunque se asesine a los creyentes,
aunque haya dificultades mil; NUNCA EL PODER DE LA MUERTE VA A
TRIUNFAR SOBRE LA IGLESIA. Nunca nadie podrá hacer desaparecer
completamente a la Iglesia, ni callarla completamente a la Iglesia.
Esto ha sido una realidad a lo largo de la historia cristiana en
muchos lugares del mundo. Si leemos Hechos de los Apóstoles, nos
vamos a dar cuenta de que es: un episodio de crecimiento, un episodio
de oposición contra la Iglesia; otro episodio de crecimiento, otro
episodio de oposición contra la Iglesia. Así se va alternando.
Termina el libro de Hechos… ¿dónde está la Iglesia? ¡EN TODO EL
IMPERIO ROMANO! A pesar de toda la oposición. “Las puertas del
Hades, no prevalecerán contra la Iglesia”.
Los siglos I, II y III de la era cristiana:
persecución tras persecución. Intentos de exterminio contra los
cristianos. DIEZ EMPERADORES ROMANOS que se propusieron exterminar a
los cristianos. Mientras más se proponían exterminar a los
cristianos, menos lo lograban. LA IGLESIA NUNCA SE CAYÓ, LA IGLESIA
NUNCA DESAPARECIÓ. Podríamos mencionar otros casos.
Hace poco leí un librito. Una misionera en
China, mediados del siglo XX. La Revolución China. Los comunistas
quieren hacer callar a la Iglesia. Matan a un montón de cristianos.
¿Lo logran? ¡No lo pueden lograr! Hoy en la actualidad existe en
China, “la Iglesia secreta”. ¡MILLONES DE CHINOS CRISTIANOS! Y
es también lo mismo que está pasando en Corea del Norte, en Irak,
en Eritrea, en Afganistán, en muchos otros países, donde se procura
callar a la Iglesia, se procura hacer desaparecer a los cristianos.
Pero en vez de lograr esto, porque la Iglesia sigue con la confesión
de Pedro, la convicción de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios,
no pueden hacerla ni desaparecer, ni hacerla callar.
SIEMPRE, SIEMPRE que la IGLESIA MANTENGA LA
CONFESION de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, NUNCA, NADIE,
NI LA MUERTE MISMA, podrá callar ni hacer desaparecer a la Iglesia.
La Iglesia puede ser pobre, puede estar en una
zona difícil, puede tener muchas dificultades, puede carecer de
apoyos, pero si sigue haciendo la confesión fundamental, va a
permanecer y va a triunfar.
Por último, Cristo le dará AUTORIDAD a su
Iglesia. Dice: “ti te daré las llaves del reino de los
cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos;
y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.
(Mateo 16:19). El Señor está dando AUTORIDAD a su Iglesia. Cada
vez que la Iglesia predique que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios;
cada vez que predique el Evangelio de Jesucristo, mientras PERMANEZCA
CON ESA CONFESIÓN, Él seguirá introduciendo en el Reino de los
Cielos, seguirá abriéndole las puertas a mucha gente para que
entre. Lo hace con la Autoridad de la Iglesia, por la predicación de
la Iglesia. Así como Pedro predicó primero a los judíos en
Pentecostés, y luego un poco en Samaria, y luego a los Gentiles, a
Cornelio, le abrió el Reino de los Cielos a todos ellos, la Iglesia,
HOY EN DÍA con su predicación le sigue abriendo el Reino de los
Cielos a los que Dios acerca con arrepentimiento y con fe.
Y también tiene que ver con las decisiones que
tienen que ver con la Iglesia. Toda DECISIÓN que la Iglesia haga
basada en la Palabra de Dios, sean decisiones de membresía, sean
decisiones de cualquier otra índole; es una decisión que Él
CONFIRMARÁ, que Dios confirmará, que los cielos confirmarán.
Así que Cristo va a EDIFICAR a su Iglesia, va
a hacer PREVALECER a su Iglesia y le va a dar AUTORIDAD siempre que
las Iglesias sigan con la convicción de que Jesús es el Cristo y el
Hijo de Dios y lo anuncien, que lo digan, que lo hablen.
Iglesia “JESUS EL VENCEDOR”, Iglesia, aquí
en calle España: ¿Será que ESTO VA A FUNCIONAR? ¿Será que VA A
PERMANECER? ¿Será que VA A CRECER? Cristo lo prometió, pero le
puso una condición. TENEMOS QUE TENER ESA CONVICCIÓN, ESA CONFESIÓN
Y ÉL SE ENCARGARÁ DEL RESTO.
Que la Iglesia “Jesús el Vencedor”
tanto como nosotros sean Iglesias crecientes, pujantes y firmes para
la Gloria de Dios sin importar situaciones ni circunstancias.
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