Trampa para ratones
Por: Luis Caccia Guerra
Escrito originalmente para
www.devocionaldiario.com
Se publica en los términos del uso legalmente
permitido.
Cuenta esta historia popular que en una
casa de campo había hecho su refugio un ratón que se alimentaba de
cuanto tenía al alcance en la cocina o donde fuera. Hasta que un día
la señora de la casa, cansada de las silenciosas andanzas del
ratoncito, decidió atraparlo y puso una enorme trampa para ratones.
El ratón aterrorizado cuando descubrió
la trampa, fue corriendo al patio de la granja a avisar a todos:
“¡Hay una ratonera en la casa!”
La gallina, que estaba cacareando
despreocupadamente, dijo:
-Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo
que es un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada, no
me incomoda.
El ratón fue corriendo hasta donde se
encontraba el cordero y le dijo:
-¡Hay una ratonera en la casa!
-Discúlpeme Sr. Ratón- contestó el
cordero- No hay nada que yo pueda hacer, solamente orar por usted.
El ratón se dirigió entonces a la
vaca, y la vaca le respondió:
-Pero, ¿acaso estoy en peligro?...
¡Pienso que no! ¡No es problema mío!
Entonces el ratón volvió a la casa,
en soledad, sin saber qué hacer con su problema, preocupado y
abatido.
Aquella noche se oyó un ruido, como el
de la ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió
para ver que había pasado. En la oscuridad, ella no pudo ver que la
ratonera en realidad había atrapado la cola de una serpiente
venenosa. La serpiente mordió a la mujer, y ésta quedó en estado
muy grave a causa del veneno de la serpiente.
Para reconfortar a su mujer, el
granjero preparó a la mañana siguiente una rica sopa... de gallina.
De más está decir, qué gallina fue la que pasó por el cuchillo
del granjero.
La mujer continuaba muy grave, por lo
que se encontraban en casa familiares, amigos y vecinos ofreciéndoles
su apoyo y contención en tan malas horas. Entonces, el granjero
quiso invitarles con una rica comida. Para agasajarlos y darles de
comer, el granjero mató al cordero.
La mujer, finalmente murió. El
granjero no tuvo más opción que vender la vaca al matadero para
poder cubrir gastos del funeral.
Son tantas, pero tantas, las veces que
escuchas que alguien tiene un problema y no le prestas suficiente
atención, simplemente no haces nada; o tal vez optas por la salida
más fácil: "Oraré por Ud.", en la falsa certeza de que
no se trata de un problema tuyo o de que no te afecta... cuando ¡Dios
tiene tantos caminos esperándote a la vuelta de cada esquina!
Ni
el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a
los pies: No tengo necesidad de vosotros.
De
manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él,
y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
(1
Corintios 12:21 y 26 RV1960)
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