Amor calidad "CCC"
Amor calidad “CCC”
Por:
Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com
J
|
uan esa noche estuvo
exaltado, desbordaba de entusiasmo. Cantó desde el púlpito ante una nutrida
congregación, y leyó algunos de sus propios escritos en ocasión de haber sido invitado a presentar su
ministerio en la nueva iglesia donde se congregaba desde hacía ya un tiempo.
Hubo mucha emoción. El Espíritu de Dios había tocado muchas almas. Hubo
conversiones, decisiones y lágrimas de arrepentimiento entre la congregación.
-¿Por qué con ellos sí y
en nuestra iglesia nunca? Preguntó con mucho respeto, pero con evidentes
señales cierta frustración, su ex pastor.
-No hay secretos, mi
hermano –respondió Juan.
-Ellos vieron lo mismo que
tú viste en mí durante todos esos años en que estuve contigo en tu iglesia.
Tanto lo bueno, como lo malo. La diferencia es que ellos tuvieron la valentía
de verlo y luego de enfrentarlo. Tú mirabas para otro lado.
Este episodio es ficción.
Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Lo que no podemos es
eludir la extraordinaria similitud con la realidad. En este
mundo existen muchas iglesias que han sido agraciadas con personas comunes,
pero de extraordinarios talentos, capaces de desarrollar ministerios poderosos.
Verdaderos diamantes en bruto necesitados de la empatía, de la ayuda, del
cuidado de sus congregaciones.
No faltará quien diga “si
lo haces para Dios y en Su Nombre…”, “el Espíritu Santo es quien…”, “Qué
importa lo que digan los hombres…”, “Cuando Dios llama es El quien da tanto el
querer como el hacer…” y un largo “etc.” y a ello añada una enorme lista de
versículos. ¿Y sabes qué, querido lector? ¡Lo bueno es que tendría razón!.
Todos hemos sido dotados
de al menos un talento para servir a Dios. Algunos ya lo conocemos. Al menos en
mi caso particular, aunque siempre estuvo allí delante de mis propias narices,
me costó mucho tiempo descubrirlo y tener las certezas necesarias. Otros, en
cambio, ni tan sólo saben que han sido dotados de, por lo menos un talento.
Y es aquí donde el amor en
acción calidad “CCC” comienza a trabajar en las congregaciones. Cuando Dios
hace surgir algo grande, simplemente lo hace emerger de la nada. Pero no ignora la
responsabilidad que le ha adjudicado a la institución puesta sobre la tierra
para cumplir con sus propósitos, la Iglesia. Y es que muchas personas se aletargan,
se desalientan, pierden su entusiasmo y bajan su autoestima ante la falta de
reconocimiento, la apatía y hasta la indiferencia de ministros demasiado
ocupados en sus agendas, pero ignorantes de la Gran Agenda de Dios. Después
de todo, con Poder o sin Poder de Dios, somos seres humanos y no podemos eludir
nada de estas cosas en nuestro tránsito por este mundo.
La Iglesia está para muchas cosas y no puede ni
debe darse el lujo de ignorar, menoscabar o lo que es peor despreciar, esas
semillas de poder sembradas dentro de sus congregaciones. La Gran Comisión de
Mateo 28 “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” abarca mucho más de lo que nos podemos
llegar a imaginar en nuestra precaria mente. “TODAS LAS COSAS …” es muy vasto,
es muy grande. Es nada más ni nada menos que la Gran Agenda de Dios
para la institución puesta sobre la tierra para ministrarla.
Hay semillas de talento sembradas en
las congregaciones. Tal vez la tierra las tapa y no las deja ver, tal vez un
incipiente brotecito está asomando sobre la superficie en alguna.
Amor en acción triple “C” es lo que
necesitan: “C” de COMPRENSION, “C” de CONTENCIÓN y “C” de COMPAÑÍA.
Pero vosotros,
amados, edificándoos sobre
vuestra santísima fe, orando en el
Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios,
esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
A algunos que dudan, convencedlos. A otros
salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su
carne. Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria
con gran alegría, al único y sabio Dios,
nuestro Salvador, sea gloria y
majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.
(Judas 1:20-25 RV60)
Aviso legal: La imagen que ilustra el presente
artículo es propiedad de www.devocionaldiario.com
Todos los
derechos reservados.
Comentarios
Publicar un comentario
Tu comentario nos interesa