Espíritu de colaboración
Espíritu de colaboración
Por:
Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com
E
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n cierta oportunidad me
tocó trabajar en un medio en el que el espíritu de colaboración y la buena
voluntad estaban mal mirados.
¿Cómo puede ser posible
semejante barbaridad?
Pues, bien, estimados
lectores, les tengo malas noticias. Existen medios; inclusive iglesias, en
donde el espíritu de colaboración, la buena voluntad y el concepto de trabajo
en equipo muy lejos de ser “bienvenidos”, son “malvenidos”. Y aquí no hablamos
del “entrometido”, de ése que aparece sin que nadie lo llame. Ese que cuando se
le solicita su opinión desaparece, pero aparece intempestivamente cuando no se la requiere. También
estuve en una comunidad así, pero ese es tema de otro libro.
Recuerdo en una
oportunidad, la líder del programa de Navidad me habló de una participación en la presentación. Le
manifesté mis ideas dentro de lo que es el uso de multimedios. Mi propuesta, en
realidad no cambiaba en nada lo que ya estaba, por decirlo de algún modo
“guionado”, lo que ya estaba planeado hacer. Simplemente añadía efectos y
vistas atractivas e interesantes a lo que ya estaba pensado hacer. Pues bien:
recibí un rotundo “NO” por respuesta. Lo vieron como una alteración, además de como
una intromisión. “-Aquí no se va a cambiar nada de lo que hemos pensado hacer”
fue la respuesta.
Obviamente, me desligué
del asunto. No hay peor cosa que forzar una intervención donde no se es
“bienvenido”, o como dije antes: se es “malvenido”. Poco después, asistí a la
presentación “tan cuidadosamente planeada” por esa líder. ¡Un desastre!. ¡Qué
mediocridad!
Hace poco viví una
situación parecida en otro sitio. Intenté resolver un problema del cual conocía
la solución, pero resulta que quien estaba a cargo estaba ocupado en otra cosa
y no podía resolverlo en ese momento. Toda mi intención fue colaborar y ayudar…
pero alguien encontró mal mi actitud y se las arregló para crearme problemas
con eso.
No entendía nada… Pero
pronto el Espíritu del Señor me mostró el problema: La gente mediocre no ve
espíritu de colaboración. Es que no lo tiene, por lo tanto no lo conoce. Lo que
ve es una intromisión, una invasión de territorio; ESTRATEGIA en vez de buena
voluntad.
Es como si tuviera puestas
gafas de sol. Cada uno ve las cosas con el tinte del color de las gafas que tiene puestas. Hay
personas tanto en el ámbito secular como aún dentro de la misma iglesia, que se
manejan con ESTRATEGIAS. Cada paso de sus vidas es un movimiento estratégico
destinado o encaminado a conseguir algo o producir cierto efecto y obtener con
ello un rédito. Y cree que el resto del mundo se conduce de la misma manera, por lo tanto muy lejos de
discernir espíritu de colaboración, ve ESTRATEGIAS, intromisiones, intentos de
manipulación, invasión de terreno; en las actitudes del prójimo. En pocas
palabras… ve las cosas de acuerdo a lo que hay en su corazón.
Nada
hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
(Filipenses 2:3 RV60)
Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos
de la carne, los deseos de los
ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
(1 Juan 2:16 RV60)
Aviso
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propiedad de www.devocionaldiario.com
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