Hoja de ruta
Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En la bellísima novela “La luz que no puedes ver” (Anthony Doerr); el papá de la niña construye una maqueta en escala de la ciudad, para que su pequeña hijita ciega pueda recorrer son sus dedos cada detalle, “leer el mapa” para que ella lo memorice y aprenda a orientarse y volver a casa cuando salga. Nuestra ciudad tiene a ambos lados de cada calle, pequeños canales que transportan agua. Se llaman “cunetas” o “acequias” y es una de las primeras cosas que llama la atención de los turistas que nos honran con su visita. Pero así como significan un gran beneficio para la abundante arboleda que se encuentra a cada lado de las calles, también representan un peligro potencial si no se tienen los debidos cuidados. Hace poco ví a un joven hombre no vidente confundir la posición del puente y la cuneta al cruzar la calle y caer de bruces en el canal. Felizmente el episodio no terminó en nada grave; no tenía más que unos raspones,