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Aprender a quererme

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace un tiempo atrás, alguien me dio a conocer una revelación que tenía mucho que ver con mis años de juventud, mis amigos de entonces, que hoy siguen siendo los mismos, mi noviazgo con quien actualmente es mi amada esposa y mi propia personalidad de aquellos años. No valen la pena los detalles. Lo que sí me resulta oportuno poner de relieve es que esa noche podía haber afuera un cielo bellamente estrellado, pero para mí resultó ser una noche cerrada en tinieblas y oscuridad. De más está decir que mi estado anímico no era el mejor, precisamente. Luego de esto fue aún peor al sumarle la opresiva decepción que experimenté al conocer lo que se me revelaba acerca de la supuesta actitud de quienes consideraba no mis amigos, sino ¡mis hermanos!. Al conocer esa terrible versión, por un momento me aturdí y ciego de ira, profundamente decepcionado y ya no con “raíces de amargura” (Hebreos 12:15) sino con un bosque enter

La justicia de Jonás

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Me fascina la historia de Jonás, ese Jonás que es tragado por un gran pez que Dios tenía preparado nada más ni nada menos que para él. Difícilmente haya existido antes una criatura como esa, y después de ese evento -único en la historia- haya habido otra igual (Jonás 1:17). Más allá de símbolos, figuras, tipos, representaciones, inclusive interpretaciones; veo en el Jonás anterior al pez, a un hombre con un fuerte sentido de la justicia. Justicia, en los términos humanos, claro está. Muchas veces la “justicia” del hombre difícilmente concilie con la justicia de Dios. El hombre por naturaleza es rápido para pedir perdón y clemencia por la multitud de sus rebeliones cuando sus transgresiones lo dejan en un callejón sin salida, pero es mucho más veloz, solícito y eficiente a la hora de aplicar la ley contra su prójimo; acusar, juzgar, condenar y ejecutar mano dura por las faltas de su semejante (Mateo 18:23-34).