Aprender a quererme
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace un tiempo atrás, alguien me dio a conocer una revelación que tenía mucho que ver con mis años de juventud, mis amigos de entonces, que hoy siguen siendo los mismos, mi noviazgo con quien actualmente es mi amada esposa y mi propia personalidad de aquellos años. No valen la pena los detalles. Lo que sí me resulta oportuno poner de relieve es que esa noche podía haber afuera un cielo bellamente estrellado, pero para mí resultó ser una noche cerrada en tinieblas y oscuridad. De más está decir que mi estado anímico no era el mejor, precisamente. Luego de esto fue aún peor al sumarle la opresiva decepción que experimenté al conocer lo que se me revelaba acerca de la supuesta actitud de quienes consideraba no mis amigos, sino ¡mis hermanos!. Al conocer esa terrible versión, por un momento me aturdí y ciego de ira, profundamente decepcionado y ya no con “raíces de amargura” (Hebreos 12:15) sino con un bosque enter