No era mi cuerpo, pero era mi bebé
GARRETT KELL Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso En el verano de 1998, una amiga y yo pasamos una noche juntos. Unas semanas más tarde, me dijo que estaba embarazada y que el bebé era mío. Ninguno de los dos lo esperaba ni se sentía preparado para criar un hijo juntos. No estábamos enamorados, y pensamos que sería mejor separarnos y hacer borrón y cuenta nueva. Conseguimos cuatrocientos dólares de un amigo y fuimos a una clínica abortista que nos recetó una píldora. Nos dirigimos a la casa vacía de alguien donde pasaríamos la noche. Le di un vaso de agua para que se tomara la píldora. Le sujeté la mano mientras ella se acalambraba y lloraba. Pusimos fin a la vida de nuestro hijo no nacido. Algunas decisiones dejan cicatrices; nuestro aborto es sin duda una de ellas. En los años transcurridos desde entonces, nuestra decisión me ha dado más compasión hacia quienes se enfrentan al miedo de un em...