Por qué no debemos regodearnos cuando un líder cae
KEITH A. EVANS Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso John Owen, un puritano inglés del siglo XVII, tuvo la oportunidad de predicar ante el Parlamento el día después de que el rey Carlos I fuera ejecutado por traición. Owen era un ministro que se había puesto del lado del Parlamento y en contra del rey. Pensarías que cuando tuvo la oportunidad de dirigirse a sus compañeros partidarios el día después de una gran «victoria» como esta, levantaría la bandera del partido y se regocijaría, ¿verdad? Owen no solo guardó silencio sobre los acontecimientos del día anterior, sino que ni siquiera los mencionó, ni una sola referencia. En su lugar, Owen predicó arrepentimiento y humildad. La moderación santa de Owen nos instruye. Cuando los líderes caen, podemos caer en la tentación de regodearnos. Pero hay una diferencia entre regodearse, es decir, alegrarse de la desgracia ajena, y alegrarse de que Dios venza el mal.