Dios no decretó la reprobación o perdición del pecador
J.C. Ryle Teología Sana https://teologiasana.com/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso Leer: Juan 3: 9 -21 Estos versículos nos muestran, en último lugar, la verdadera causa de la perdición del alma del hombre . Nuestro Señor le dice a Nicodemo: “Esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”. Las palabras que tenemos ante nosotros constituyen una conclusión apropiada para las gloriosas noticias que acabamos de considerar. Eximen por completo a Dios de cualquier injusticia en la condenación de los pecadores . Muestran de forma simple e inequívoca que, a pesar de que la salvación del hombre pertenece completamente a Dios, su destrucción cuando se pierde es responsabilidad suya. Cosechará el fruto de su siembra. Debemos recordar cuidadosamente la doctrina que aquí se establece. Proporciona una respuesta para un habitual motivo de reparo que plantean los enemigos de la Verdad de Dio