El reposo de mi alma no está en mí
Alex López La Catapulta http://lacatapulta.net/vidacristiana/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso Y, de pronto, estaba alejado del bullicio de la ciudad. Una pausa para compartir con mi familia y unos amigos. A la noche, se adelantaron todos al restaurante. No había nadie más en la piscina. En ese pequeño instante, me puse a reflexionar. El agua de la piscina tranquila, el sonido de las cataratas artificiales generando ese ruido relajante y tranquilizador. La piscina cambiaba de colores y sólo podía pensar en que la paz y la bendición de Dios no se pueden comprar, sólo recibir. La paz y la quietud del corazón, sólo vienen del cielo. Podemos viajar al mejor lugar del mundo, pero la ansiedad nos persigue hasta allá. Podemos dormir y descansar el cuerpo, pero la mente sigue intranquila al despertar. Hay una paz que no se compra con guardaespaldas, con pastillas o con lugares. Es una que se lleva en el corazón y que desciende del cielo. Es ser conocido y conocer. Es ser ama