Especial de Misiones: LOS NIÑOS
Especial de Misiones - Misión a los niños
Texto del mensaje compartido por Josué Blasco el
07/01/2018
Iglesia Cristiana Evangélica “Sígueme”
España 155 – Godoy Cruz – Mendoza –Argentina
Introducción: La
generación en riesgo
Leer la noticia de Telam sobre víctimas de guerras
Esta noticia ilustra la situación de vulnerabilidad en la
que se encuentran los niños. Sumado a es podríamos agregar que:
●
385 millones de niños en el mundo viven en
situación de extrema pobreza.
●
300 millones de niños en el mundo son víctimas
de violencia
●
En Latinoamérica 5.7 millones de niños y niñas
trabajan sin tener edad para hacerlo
●
El 47% de los abusos sexuales en Argentina lo
sufren niños/niñas de entre 6 y 12 años, y el 28% de las víctimas tiene de 0 a
5 años.
Como sociedad, y mucho más como iglesia, debemos hacer algo
por los niños.
Lectura Mc. 10:13-16
Este pasaje nos presenta dos actitudes que giran en torno a
Jesús y los niños. Por un lado, unas personas llevan o guían a los niños a
Jesús, pero por otro lado los discípulos reaccionan para impedir esto. Quisiera
que podamos reflexionar en torno a estas dos actitudes que podemos tener frente
a la misión de Dios.
- Debemos acercar a los niños a Jesús
(debemos guiar)
Jesús nos envía a hacer
discípulos a todas las naciones, y podríamos incluir a todas las edades. En
esta mañana nos enfocaremos en la niñez.
Considerar su realidad
Si queremos guiar a los niños a
Jesús debemos comenzar por considerar su realidad. Cuando leemos los evangelios
podemos ver que muchas personas se acercaban a Jesús, cada uno con sus
problemas y, además, detrás de cada situación hay una necesidad espiritual. Sin
embargo, Jesús no desestima ni menosprecia los problemas concretos de las
personas, sino que los aborda como una ilustración de lo que también hace con
ellos en el ámbito espiritual. Por ejemplo, cuando Jesús sana a un leproso, así
como queda limpio físicamente Jesús lo hace limpio espiritualmente al decirle
“tus pecados te son perdonados”.
Esto nos ayuda a comprender la
importancia de considerar la realidad de las personas en la misión de Dios. La
trascendencia espiritual del mensaje es tan grande e importante que a veces
menospreciamos la realidad cotidiana de las personas. La niñez está en riesgo, millones de niños
necesitan que la buena noticia del reino de Dios se encarne en sus vidas.
Teniendo en mente las
estadísticas que compartimos al principio quisiera que repensáramos algunas cosas:
¿Es suficiente predicar a los niños desde una plataforma? ¿Es suficiente
predicar mediante una obra de títeres? O
¿será que debemos ir más allá de la predicación y trabajar para que las
verdades que comunicamos lleguen a ser una realidad concreta en sus vidas?
Sin duda, para guiar a los niños
a Jesús, debemos ofrecer más que un mensaje audio visual enfocado solo en lo espiritual. Debemos presentar un
mensaje integral para todas las
áreas de su vida.
Considerar su forma de asimilar información
Muchas personas se acercaban a
Jesús por la habilidad que tenía para enseñar y comunicar las verdades del
reino en un lenguaje comprensible. Utilizaba las situaciones cotidianas de la
vida para ilustrar una enseñanza.
Así mismo nosotros, para llevar
ese mensaje de esperanza, la buena noticia del evangelio, debemos considerar la
forma de asimilar la información que tienen los niños. Ellos son muy concretos,
el pensamiento abstracto, es decir, la capacidad de reflexionar teóricamente
más allá de sus sentidos, comienza a desarrollarse en la adolescencia. Esto
significa que el mensaje de Jesús debe enseñarse mediante acciones concretas. (No como “Recibir a Jesús en el corazón”). Por
ejemplo, si le preguntamos a un niño si quiere ir al cielo, es probable que
asocie eso abstracto con alguna experiencia concreta que haya tenido, como un
abuelito que murió y le dijeron que fue al cielo. Entonces el niño bien podría
relacionar el cielo con la muerte, o la ausencia de un ser querido. ¿Esto
quiere decir que no podemos enseñarles conceptos abstractos? No, podemos
enseñarlos mediante cosas concretas que ellos puedan comprender para que
concreten esa abstracción; no mediante palabras simplemente. Por ejemplo,
enseñarle sobre solidaridad mediante acciones solidarias, enseñarle sobre el
amor mediante acciones concretas, ¿cómo enseñamos respeto si no es mediante
acciones concretas?
Por eso, para que los niños
abrasen nuestro mensaje, debemos intervenir
de forma concreta y positiva en sus áreas de necesidad e interés. Debemos
ser los primeros en brindarles alimento, agua potable, salud, apoyo escolar,
regalos, afecto. Debemos ser los primeros en preocuparnos por sus intereses
(que lamentablemente muchas veces nos parecen tonteras poco importantes). “El
que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí” (Mt. 18:5) “El que
muestra interés por las necesidades y preocupaciones de un niño como este, por
mí se interesa”.
Para muchos niños la conversión
es un proceso más que una experiencia puntual. Hasta a los mismos discípulos
les tomo tiempo reconocer quién era Jesús y comprender las dimensiones de su
obra. Es por eso que la buena noticia del evangelio no puede reducirse a solo
un “mensaje de predicación”, sino que debe estar integrado a sus experiencias
cotidianas para ir formando en ellos un entendimiento concreto y claro acerca
de Jesús.
Las generaciones están cambiando
a pasos agigantados. Los niños hoy son muy diferentes a los niños que nosotros
fuimos unos 20 o 30 años atrás. Por eso, el guiar a los niños a Jesús no solo
implica intervenir positivamente en sus áreas de necesidad o interés para
ilustrarles el evangelio, sino que también debemos esforzarnos por comprender y
manejar sus mismos códigos de
comunicación. (Ejemplo con los frutos del espíritu). Para ello debemos
estar dispuestos a crear modelos de
comunicación creativos. Eso también implica revisar los modelos que hoy estamos usando. Muchas veces las clases
o lecciones bíblicas están más centradas en el maestro que en el alumno, es
decir, el maestro enseña lo que le queda cómodo o le parece mejor sin pensar en
las necesidades y los intereses del niño ni en la forma en la que el niño
asimila lo que se le enseña. (acercarnos a la tecnología y a los medios de
comunicación que usan los niños. Tal vez hoy tiene más impacto hacerles un
video a los niños que usar un franelografo)
- No debemos alejar a los niños de Jesús (no debemos entorpecer el
camino)
Para Jesús los niños tienen una
actitud más digna del reino de Dios que los mismos discípulos. Los discípulos
no habían tenido en cuenta que su aparentemente buena actitud de querer cuidar a
su maestro para que no fuera molestado más de lo habitual los está dejando
fuera del reino de Dios y por ende alejándolos de Jesús. Mientras que, los
niños a quienes ellos rechazan se acercan a Jesús y son modelo de un verdadero
discípulo. Por eso esta actitud que a Jesús le indigna debe llevarnos a
reflexionar en cuanto a nuestras propias actitudes para con los niños. ¿Será
que tenemos actitudes que entorpezcan el
camino para que los niños lleguen a Jesús? ¿Qué implicaría entorpecer ese
camino?
A veces pensamos que es estorbo quien
solo critica el trabajo con niños, o quien se queja de los niños, pero en
realidad también entorpece el camino quien tae a los niños a la iglesia, les
habla del amor de Dios, pero en casa los grita o los maltrata con golpes. Otros
pueden hablar de la honestidad y la sinceridad, pero en casa estafan, no pagan
lo que deben, mienten, engañan/maltratan a su esposa o esposo, no son
generosos, etc.
¿Cómo estamos transmitiendo a
nuestros hijos, sobrinos, nietos hermanitos las verdades del amor, la justicia,
la gracia, la bondad de Dios? Recordemos que ellos aprenden mediante acciones
concretas por ejemplo…
¿Qué
elegís ver en la tele?
¿Cómo
los tratas en casa?
¿Qué
les lees?
¿Cuánto
tiempo de calidad pasas con ellos?
¿Cómo
tratas a tu esposa/esposo?
¿Cómo
manejas tus finanzas?
Si
querés que tu hijo, nieto, sobrino sea un discípulo, vos tenés que ser el
primer modelo a seguir.
Ejemplo: Timoteo “Traigo a la memoria tu fe
sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre
Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido.” 2Tim. 1.5
Además de esto, nuestra
indiferencia es una forma de entorpecer el camino. Tenemos que recordar que
los niños ocupan un lugar muy especial en el reino de Dios.
●
A veces podemos pensar que la escuela dominical
es un tiempo para que los niños no molesten en la reunión de adultos
●
La indiferencia a la problemática que vive hoy
la niñez
Tenemos que invertir en los niños como campo de misión:
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Orando
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Ofrendando
●
Trabajando
●
Informándonos e informando a otros sobre la
situación crítica en la que se encuentran los niños, como iglesia y como
sociedad.
Nunca menospreciemos a un niño porque Dios tiene planes
hermosos para su vida. Al menospreciar a un niño podemos estar menospreciando
el Reino de Dios. Dios habló a Samuel cuando era un niño en un tiempo en el que
no era frecuente escuchar la voz de Dios. Jesús alimentó a mucha gente por la
actitud generosa de un niño que ofreció su almuerzo (5 panes y 2 peces).
Unas cuantas iglesias
que conocemos surgieron del trabajo con los niños: Godoy Cruz, Mendoza Norte,
Rodeo, La IslaImagen: https://stocksnap.io Todos los derechos reservados.
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