Estar donde debes estar
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Difícilmente cuando uno transita en soledad un valle de lágrimas, mira hacia arriba y se goza con un cielo azul brillante que el Señor nos regala. Cuando en medio de la tristeza el rostro del Señor parece esconderse, el corazón se quebranta, el alma se cierra como un puño apretando el dolor. Días atrás me quebranté y postrado, entre lágrimas, gritos y sollozos clamé: “¡Señor! ¡Ya no puedo más, no puedo más… no puedo más…!! ¡Por favor, haz algo!!!” Como una película pasaban constantemente por mi mente escenas de mi vida. Eran los peores momentos, esos que te faltan los días de tu vida para arrepentirte y quisieras volver el tiempo atrás para detenerte y no haber tomado esas decisiones, no haber cometido esos actos que te llevaron hasta este punto. En la certeza, la convicción de que el actual estado es resultado de tanto extravío, tanta desidia, tanta mala elección sin tener la capacidad de discernir ni la...