Arrebatando bendiciones
Arrebatando bendiciones Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En el lugar donde vivo, llueve muy pocas veces al año. Pero cada vez que lo hace, la lluvia tiene una muy particular forma de anunciarse, y es con una característica brisa que huele a ozono. Cuando esta fina y fresca brisa llega, ya no queda duda alguna de que la lluvia no se va hacer esperar. Con frecuencia, comparamos las lluvias con las bendiciones que provienen del cielo de Dios. De hecho en las Escrituras hallamos unos cuantos ejemplos de la lluvia como una bendición de parte de Dios. Sin embargo también hallamos en la Palabra que así como sale el sol para el bueno y para el malo, también llueve tanto para uno como para otro. Que ser creyentes y justificados en su infinita gracia no implica una póliza de garantía de que la adversidad nunca se hará presente en nuestras vidas (Eclesiastés 7:13 y 14; 8:14; 9:2 y 3). Sí de que nada de lo que nos acontece lo hará sin antes haber pasa