Por: Luis Caccia Guerra Se publica en este medio con permiso. A lo largo de nuestras vidas, desde que somos muy chiquitos, el temor, el miedo siempre ha estado presente. Es, en realidad, un mecanismo psicológico de defensa. Un temor saludable es el que nos hace desistir de intenciones o proyectos que pueden terminar en el más estrepitoso de los fracasos; que nos ayuda a cuidarnos de conductas perjudiciales para nosotros mismos, para nuestro entorno, e inclusive, para quienes nos rodean; o huir de situaciones que ponen en riesgo nuestra integridad física y la vida misma. Pero más de las veces, nuestra vida está llena de otros temores. Miedos cuyas raíces se encuentran en lo más profundo de nuestra psique. Un niñito pequeño puede asustarse hasta de su propia sombra, pero cuando somos más grandes, los temores también son más grandes. Tal vez estemos creyendo que no somos merecedores de las bendiciones de Dios. Entonces, cuando algo grande y bonito sucede en nuest...