SEÑOR!! ¿DÓNDE ESTÁS???
Por: Luis Caccia Guerra Los tiempos de bonanza se van disipando. Sientes que la noche va cayendo sobre tu vida. Lo que hasta hace unos días era un cálido día de sol, ahora se va tornando frío y gris. Densos nubarrones asoman en tu cielo. Y no puedes hacer nada para evitarlo. Las malas noticias comienzan a llegar. Buenas relaciones se empiezan a deteriorar; amores que se esfuman; proyectos que se estancan; sueños que se desmoronan; el sentimiento de derrota y fracaso que no se puede eludir; y los pronósticos de vida anuncian los cuatro jinetes del apocalipsis. De repente, estás en medio de un desierto sin saber para dónde tomar, o llegaste a un callejón sin salida. Entonces, clamas desesperadamente al Señor por ayuda. Sin respuestas… o lo que es aún más desalentador, las cosas lejos de ponerse mejor, empeoran. Como si haber clamado, en lugar de ayudar, sólo hubiera traído más tribulación y desdicha a tu vida. Estás solo. Sientes que Dios te dio la espalda, escondió su rostro de