El pecado seductor del cual nunca hablamos
TREVIN WAX Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados - Publicado con permiso Hay una especie peligrosa de orgullo en la vida cristiana que a menudo pasa desapercibido y no es tratado, pero mata. Envenena las relaciones. Obstaculiza nuestro arrepentimiento. Debido a que astutamente nos lleva a justificar nuestras malas acciones apelando a que nos han tratado mal, los tentáculos del orgullo mantienen su control sobre el corazón, aún cuando parecemos humildes y necesitados. Me refiero a la autocompasión, un pecado que está en todas partes en estos días. Cuando la compasión se vuelve hacia adentro La autocompasión comienza con la compasión o el sentimiento de lástima, la virtud de mostrar empatía y buscar comprender la situación de los demás. Cuando la conmiseración se vuelve hacia adentro, disminuye la compasión por los demás y hace más difícil el desprendimiento. Eugene Peterson en Earth and Altar ( Tierra y altar ) se preguntó