Cuando tenemos pasión por lo trivial y apatía por lo vital
Uche Anizor Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso Un llamado elevado Jonathan Edwards, el predicador y teólogo del siglo XVIII, era joven cuando escribió setenta resoluciones personales para ayudar a mantener su vida espiritual enfocada, enérgica y centrada en Dios. Su tercera resolución dice: «Resuelvo que si alguna vez caigo o me vuelvo perezoso de tal manera que falle para no mantener estas resoluciones, me arrepentiré de todo lo que pueda recordar, cuando recupere mi sensatez». Una resolución posterior hace eco de ese sentimiento: «Resuelvo vivir con todas mis fuerzas, mientras viva». Como pastor que enseñaba regularmente la Palabra de Dios, escalando las alturas de doctrinas como la soberanía de Dios, el cielo y el infierno, la justificación por la fe, y otras más, era muy consciente de que el corazón —incluso más que el intelecto— es siempre el factor decisivo. Sabía que quienes se exponen a las ver