No tener ganas de hacer algo no significa que no puedas hacerlo

Ana Ávila Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso No tengo ganas de escribir este artículo. Mi cerebro está nublado por el desvelo. Hace un par de meses que no escribo regularmente y mi pluma está oxidada… lo último que quiero es enfrentarme a la dificultad de organizar mis pensamientos. Con todo, puedo escribir. Mi mente funciona (aunque no sienta que funciona «al 100 %»); sigue siendo capaz de ordenar a mis dedos que se muevan y presionen botones para formar palabras, oraciones y párrafos que espero puedan servir a los que leen. No tengo ganas de escribir; eso no significa que no puedo escribir. Quizá esto te suena como algo deprimente. Como si me tuvieran encadenada al escritorio hasta que termine mi trabajo. No te alarmes: no soy una esclava, sino todo lo contrario… soy libre. Hay pocas cosas tan profundamente liberadoras como el comprender que podemos hacer lo correcto independientemente de ...