UNA SÚPLICA DESDE LO PROFUNDO DEL CORAZÓN
Por: Luis Caccia Guerra En II Samuel 7:27 encontramos esta oración del rey David: Porque t ú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica. (2 Samuel 7:27 RV60) Una súplica que evidentemente el Señor había puesto en su corazón. No la imaginó, no la recordó, no la leyó en ninguna parte ni la escuchó de otro. No la esbozó improvisadamente como quien de repente se ve en el compromiso de conducir una oración en público y no sabe qué decir. Dice la Escritura que Dios se la reveló. Esta es la clase de oraciones que como perla de brillo y de gran valor debe ser buscada y debe ser hallada. Pero para que una oración como esta pueda ser encontrada dentro del corazón, debe ser un corazón íntegro, creyente, atento a Dios; no prestando el oído al mundanal -¿y… por qué no, eclesial?- ruido. He escuchado oración públ