El constructor
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Cuenta esta historia popular que había cierta vez un albañil que ya cansado de su trabajo, decidió retirarse de su oficio. En efecto, tomada la decisión fue y se lo comunicó a su empleador. Cuando éste lo supo, le pidió como un favor personal, que construyera para él una sola y última casa más. Le dijo que se trataba de un sueño, un proyecto que por años había abrigado dentro de su corazón y que no quería dejar de concretarlo antes de que él se fuera. El albañil lo hizo. Pero trabajó a desgano, como que esto ya no era lo suyo. Terminada la casa, no le quedaron dudas de que ésta había sido la peor de todas las que había construido en su vida. El dueño de la constructora, tan pronto notificado de la finalización de la obra, tomó en sus manos las llaves de la vivienda y le pidió al albañil que lo acompañara a realizar una última inspección. Una vez dentro, le entregó las llaves y con un gesto de alegría y satisfacció...