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Nadie nos puede arrebatar de Su mano

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Thomas Watson Teología Sana https://teologiasana.com/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso Juan 10:28   y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Nuestro Padre celestial nunca nos desheredará. Puede que aparte por un tiempo a sus hijos, pero no los deshereda. Esto es algo evidente en virtud del decreto eterno del cielo. El decreto de  Dios  es la base sobre la que depende la perseverancia de los santos, y ni el  pecado , ni la muerte, ni el  infierno  pueden quebrantarlo.  Todos los predestinados serán glorificados.  Además de su decreto,  Él se ha comprometido por medio de una promesa de que todos los herederos del cielo nunca serán desheredados.  Sus promesas son como actas selladas, y no pueden revertirse. Son el carruaje real de los santos. La  fidelidad de Dios , que es la perla más rica de su corona, está comprometida en esta promesa por la perseverancia de sus hijos.  Un hijo de Dios no puede caer mientras lo sostienen los