Se deleita Dios en mí? Su complacencia en la santidad (imperfecta)
Scott Hubbard Coalición por el Evangelio https://www.coalicionporelevangelio.org/ Todos los derechos reservados-Publicado con permiso Si pudiéramos destilar la voluntad de Dios para Su pueblo en una simple oración, no podríamos hacerlo mejor que una súplica a menudo repetida de Robert Murray M’Cheyne: «Señor, hazme tan santo como un pecador perdonado puede serlo» ( Memoir and Remains of Robert Murray M’Cheyne [ Memorias y relatos de Robert Murray M’Cheyne ], p. 159). ¿Con qué frecuencia una oración así se posa en tus labios? ¿Hasta qué punto tal deseo da forma a tus esperanzas y planes? Si los anhelos de tu corazón pudieran hablar, ¿exclamaría alguno de ellos: «Hazme tan santo como pueda ser»? El deseo de Dios por nuestra santidad arde en las Escrituras como un fuego purificador. Pablo quiere que pensemos así: «Porque esta es la voluntad de Dios: su santificación» ( 1 Ts 4:3 ). Pedro quiere que pensemos así: «Como Aquel que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda s